Héroe insular – Søren Hermansen

Søren Hermansen fue uno de los ganadores del Premio de Gotemburgo al Desarrollo Sostenible 2009 por su labor en la creación de la mayor comunidad climáticamente neutra del mundo en la isla danesa de Samsø.

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Resumen

EDAD: 51 años
VIVE EN: Una pequeña granja en Kolby Kås en Samsø, Dinamarca. Las placas solares de la granja garantizan la autosuficiencia energética entre mayo y septiembre y una caldera de pellets produce energía para el resto del año.
FAMILIA: Esposa, dos hijos, de 17 y 25 años
AFICIONES: Navegar con vela, pescar, la fauna salvaje y el fútbol
PELÍCULA PREFERIDA: Urga, del director ruso Nikita Mikhalkov
LIBRO PREFERIDO: The Song Lines, de Bruce Chatwin.

Søren Hermansen fue uno de los ganadores del Premio de Gotemburgo al Desarrollo Sostenible 2009 por su labor en la creación de la mayor comunidad climáticamente neutra del mundo en la isla danesa de Samsø.

La tecnología para producir energías renovables avanza continuamente. Lo que cuesta más es cambiar la actitud de las personas. El ecologista Søren Hermansen, con su increíble tenacidad y habilidad para convencer a la gente, ha conseguido transformar la isla danesa de Samsø en la mayor comunidad climáticamente neutra de la actualidad.

La transición hacia la neutralidad climática ha llevado una década. En 1997, Svend Auken, ministro de Energía danés, convocó un concurso para que las islas danesas lograran la autosuficiencia mediante energías renovables. Para ello, había que decidir la mejor manera de gestionar recursos como la energía solar, eólica, hídrica y de biomasa. Samsø, una pequeña comunidad insular en el estrecho de Kattegat, conocida por sus productos agrícolas, ganó el concurso, por delante de otros cuatro municipios, con su ambicioso eco-plan. El plan incluyó la instalación de aerogeneradores, en el mar y en tierra; un sistema de calefacción central municipal que utiliza como combustible la paja suministrada por agricultores locales; cocinas que funcionan quemando pellets de madera; sistemas de climatización geotérmica en sustitución de las calderas de gasóleo, tan caras y contaminantes; y la implantación a gran escala de placas solares.

Les ha ido tan bien que la isla ahora produce un 10 por ciento más de electricidad de lo que consumen sus 4.100 habitantes. El excedente se vende a la red eléctrica danesa y los ingresos se reparten entre los isleños. A través de los esfuerzos de Hermansen y Samsø Energiakademi, se ha conseguido reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 140 por ciento. «En realidad, un habitante de Samsø emite 3,7 toneladas negativas de dióxido de carbono al año», explica Hermansen. La media nacional de Dinamarca se sitúa en 10 toneladas positivas.

En 2009, Hermansen fue galardonado con el Premio de Gotemburgo, a veces llamado «el Premio Nobel del Medio Ambiente». Es concedido anualmente por el Ayuntamiento de Gotemburgo, con la colaboración de SKF y otras 11 empresas importantes. Hermansen también fue aclamado como el «Héroe del Medio Ambiente» por la revista Time en 2008.

«Estoy muy orgulloso», dice. «El premio ha dado atención y reconocimiento internacional a nuestro trabajo».

Hermansen, natural de Samsø, empezó su trayectoria profesional como profesor de estudios medioambientales. Desde 2007, es consejero delegado de Samsø Energiakademi.

La Energiakademi tiene su sede en un edificio largo y estrecho con paredes acristaladas y un tejado negro con placas solares que convierten la luz del sol en energía. El espacioso edificio está equipado con un dispositivo regulador automático de la calefacción y un depósito de agua pluvial para los aseos. Fue construido en 2007 pero los acabados rústicos de madera en colores alegres recuerdan a una casa vikinga. Su construcción costó 1,6 millones de euros y es totalmente autosuficiente en términos energéticos.

La Energiakademi funciona como centro de estudios en energías renovables. Organiza talleres y cursos para políticos, periodistas y estudiantes de todo el mundo que visitan Samsø para conocer su proyecto de reconversión energética. Los habitantes de la isla también acuden allí para recibir asesoramiento gratuito sobre aspectos prácticos de la reconversión energética, por ejemplo, cómo aislar su casa o cómo cambiar una caldera antigua de gasóleo.

Otra de las funciones de Energiakademi es intercambiar información con otras comunidades que quieren poner en marcha sus propios proyectos de reconversión. Sin embargo, Hermansen recalca que las condiciones locales exigen soluciones locales. Lo que funciona en Samsø no necesariamente funcionará en otros lugares.

«Cada lugar es único», dice. «Samsø es una isla y las condiciones son excelentes para la energía eólica. Además, la agricultura es la base de nuestra economía. Nuestro modelo puede adaptarse a otras comunidades pequeñas pero debe situarse en el contexto local».

El Premio de Gotemburgo ha ayudado a centrar la atención internacional en Samsø y Søren Hermansen es un conferenciante muy buscado. Cuando Hermansen habló con Evolution en mayo, acababa de volver de la Expo 2010 en Shanghái, donde había organizado un seminario sobre el proyecto de Samsø en el Pabellón de Dinamarca.

«El proyecto de Samsø es una historia sencilla que pueden entender incluso las personas que no conocen el tema», dice Hermansen. «Si las historias son demasiado complicadas, sólo las escucharán los técnicos».

El lema «piensa localmente, actúa localmente» es uno de los secretos del éxito del proyecto, sostiene Hermansen. Se trata de actuar a pequeña escala para convencer a los isleños para que cambien de actitud. Pero, dice, el resultado de sus esfuerzos debe reflejarse en su bolsillo.

«El dinero es un buen incentivo para cambiar la forma de pensar de la gente», dice Hermansen. «También se ha convertido en una especie de concurso entre los isleños para ahorrar un 10 por ciento más que sus vecinos instalando placas solares o aislando la casa».

Son los propios isleños los que financian y colaboran con todos los centros de producción. Por una cuota módica, pueden recibir calefacción a bajo precio a través de cuatro centrales de calefacción que extraen energía desde fuentes renovables como biomasa, pellets de madera, y paja. Las centrales actualmente calientan el 70 por ciento de las casas de la isla. Mientras tanto, lo que antes era un producto residual de la actividad agrícola y forestal ahora tiene valor como biomasa.

«Tres kilos de paja equivalen a un litro de gasóleo, que produce 10 kilovatios de energía», dice Hermansen. «Una casa normal consume unos 20.000 kilovatios al año. Ahora es energía limpia en vez de gasóleo y, lo que es más importante, esa energía la produce Samsø».

Once aerogeneradores terrestres abastecen la isla de electricidad. Frente al puerto de Kolby Kås, otros 10 aerogeneradores se alejan en línea recta mar adentro.

Hoy, Samsø exporta 80.000 MWh de electricidad pero Hermansen está pensando en sacar mejor provecho del excedente energético en la propia isla. Un nuevo proyecto, una planta de biogás a partir de residuos agrícolas y estiércol, se encuentra en fase de planificación.

«Generará electricidad y calor pero también estamos estudiando la posibilidad de abrir una estación de repostaje y crear una plataforma para el uso compartido de coches», dice Hermansen, entusiasmado.