Compartir bienes y servicios se ha convertido en una tendencia global creciente. Se basa en la idea de que, al compartir objetos como automóviles, estos se ponen al alcance de más personas a la vez que se reduce el consumo de recursos naturales.
La ciudad de Seúl es uno de los pioneros de este movimiento. La capital de Corea del Sur se declaró una “Ciudad que comparte” en 2012 y, desde entonces, el Gobierno Metropolitano de Seúl (Seoul Metropolitan Government, SMG) ha otorgado a varias organizaciones y empresas el distintivo de “compartidoras”, y a 37 de ellas les ha facilitado apoyo administrativo y financiero.
La iniciativa ha tenido una amplia aceptación. A fines de 2015, las empresas de automóviles compartidos tenían unos 400 000 socios y se habían producido unos 850 000 servicios de uso compartido. Modu-Parking ha compartido 2 000 plazas de estacionamiento en 7 distritos, y Kiple ha compartido cerca de 8 millones de prendas para niños.
Como resultado, Seúl ha recibido reconocimiento internacional, incluido el Premio Metropolis, y más de 100 ciudades de todo el mundo han enviado representaciones para conocer de cerca la política de economía compartida. El SMG calcula que los habitantes de Seúl han ahorrado 12 000 millones de wones (12 millones de euros) por año, que se han creado 1 280 empleos y se han emitido 30 000 toneladas menos de CO2.