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Resumen

Sapa fue fundada en 1963 en Vetlanda, Suecia, una población equidistante de las tres ciudades más importantes de Suecia: Estocolmo, Gotemburgo y Malmö. La empresa cuenta con una facturación de 1.500 millones de euros y emplea a 9.000 personas. Sapa tiene plantas de producción en Suecia, Dinamarca, Polonia, Inglaterra, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Portugal, Estados Unidos, China, Lituania y Eslovaquia. Sus actividades incluyen el desarrollo y fabricación de perfiles de aluminio (Sapa Profiles), sistemas de construcción basados en perfiles de aluminio (Sapa Building Systems) y bandas de aluminio para la transferencia térmica (Sapa Heat Transfer). Sapa cotizaba en la Bolsa de Estocolmo hasta 2005, cuando fue adquirida por Orkla Group de Noruega.

 

Sapa es una empresa sueca especializada en el aluminio, un metal aparentemente inagotable que se utiliza en todas partes.

La empresa sueca Sapadesarrolla y comercializa perfiles de aluminio de alto valor añadido, sistemas de construcción de aluminio y bandas de aluminio para la transferencia térmica, muy utilizados en la fabricación de, por ejemplo, radiadores y sistemas de aire acondicionado para automóviles.

Sapa es un especialista en productos de aluminio así como SKF lo es en rodamientos. Y, como SKF, sus productos se utilizan en todas partes y para todo.

«Simplemente, nos dedicamos al aluminio», dice Bengt Gustavsson, ingeniero de mantenimiento en Sapa Heat Transfer en Finspång, Suecia, una de las tres divisiones que componen el Grupo Sapa. «El aluminio está en todas partes, en nuestros coches, nuestros edificios, nuestros embalajes, nuestros tejados, nuestras puertas, nuestros aviones, nuestras bicicletas. El aluminio está siempre presente en nuestra vida diaria».

Las tres áreas de negocio de Sapa son: Sapa Profiles, uno de los primeros productores del mundo de perfiles de aluminio extruido; Sapa Building Systems, uno de los tres mayores proveedores de Europa de sistemas de construcción basados en perfiles de aluminio; y Sapa Heat Transfer, una de las empresas líderes del mundo en la producción de bandas de aluminio para los termopermutadores utilizados en la industria de la automoción.

Finspång, donde Sapa tiene su centro de producción sueco, es un epicentro industrial en Suecia. Situado a 30 kilómetros al noroeste de Norrköping, Finspång se dedicaba a fabricar cañones a finales del siglo XVI y fue creciendo hasta convertirse en un centro metalúrgico para empresas como DEMAG, Alstom, Sapa y SSAB. Incluso hoy, muchos de los viejos edificios industriales siguen en pie. Caminando por Finspång, uno casi puede creer que ha vuelto a la revolución industrial.

El nombre «Sapa» originalmente era la sigla de Scandinavian Aluminium Profile AB cuando la empresa se fundó en Vetlanda, Suecia, en 1963. Dos empresarios suecos que habían visto la tecnología de extrusión en los Estados Unidos decidieron importar la tecnología a Suecia. Hoy, la empresa se conoce simplemente como Sapa. Desde 2005, Sapa forma parte del Orkla Group de Noruega.

 

Los productos de Sapase comercializan en todo el mundo. La empresa emplea a 9.000 personas en 26 países. Hay centros de producción en 11 países europeos, Estados Unidos y China.

Los productos de Sapa Heat Transfer se utilizan principalmente en evaporadores, condensadores, radiadores, enfriadores de aceite, termopermutadores y sistemas de aire acondicionado para coches. «Un coche actual puede tener 6 ó 7 productos de este tipo», dice Bengt Gustavsson. «Y como tenemos una cuota de mercado del 30% en Europa, significa que uno de cada tres coches que circula actualmente lleva material nuestro».

Los productos de la empresa consisten básicamente en enormes rollos de bandas de aluminio bobinadas, cortadas al grosor y a la anchura especificados por el cliente. Cada año, Sapa Heat Transfer procesa 70.000 toneladas de aluminio, de las cuales tres cuartas partes consisten en aluminio reciclado.

«Somos lo que se denomina un horno de fundición de aluminio secundario», dice Gustavsson. «Compramos aluminio reciclado y lo volvemos a fundir».

Gustavsson afirma que el aluminio es uno de los metales ecológicamente mejor adaptados del planeta. Explica que la energía necesaria para producir un kilogramo de aluminio primario es equivalente a unos tres litros de gasolina, pero sólo hace falta el equivalente de 0,15 litros de gasolina para refundir un kilogramo de aluminio reciclado. Y la calidad del aluminio refundido es igual a la del metal nuevo.

Sapa Heat Transfer explota un enorme horno de fundición en sus instalaciones en Finspång. Al ser el aluminio un metal mucho más ligero que el hierro, por ejemplo, el horno de fundición de Sapa debe cumplir unas medidas de seguridad muy estrictas y no se permite la entrada de personas ajenas a las instalaciones.

«Una mínima cantidad de humedad en el proceso de fundición podría provocar una explosión al convertirse el agua en vapor», dice Olle Helin, colega de Gustavsson y, como él, ingeniero de mantenimiento. «El aluminio es un metal muy ligero y cuando se encuentra en forma líquida en el horno de fundición, el vapor podría hacerlo estallar. Por este motivo, todo el aluminio utilizado se precalienta para eliminar la humedad».


ALUMINIO

El aluminio constituye el 8% de la corteza terrestre. Es uno de los pocos metales que se consideran prácticamente inagotables. El aluminio se puede reciclar fácilmente repetidas veces, con un consumo energético mínimo y un impacto medioambiental bajo.

Un producto hecho de aluminio muchas veces puede pesar hasta un 50% menos que el mismo producto hecho de acero.


La colaboración Sapa/SKF

Una parte importante del negocio de Sapa Heat Transfer consiste en cortar aluminio con precisión. En la fábrica de Finspång, seis cortadoras toman un rollo de 8 toneladas de chapa de aluminio y lo cortan en bobinas de 1.800 mm de diámetro compuestas por bandas de aluminio cortadas con precisión. Algunos clientes quieren bandas de tan sólo 12 milímetros de anchura.

En 2005, se descubrió que una de las cortadoras tenía problemas para producir cortes de precisión, con lo que se desperdiciaba mucho material.

«Había cierto movimiento axial en los cilindros que producía cortes desiguales. A veces, las bobinas tenían una forma parabólica que era inaceptable», dice Bengt Gustavsson, ingeniero de mantenimiento de Sapa.

Michael Haugland, de SKF, creó un equipo de proyecto compuesto por personas de SKF y Sapa, cada una con una función específica. El proyecto se llevó a cabo con un modelo de tres pasos e incluyó un análisis de la causa raíz del fallo, un estudio de viabilidad y la implantación.

El análisis mostró una fuerza axial desfavorable junto con una rigidez axial insuficiente en los rodamientos fijos.

La solución de SKF fue rediseñar completamente el soporte donde giraban los cilindros de corte e instalar un rodamiento axial para mejorar la rigidez. Sapa cambió la trayectoria de la fuerza.

Para garantizar el rendimiento del sistema, se implantaron sistemas de lubricación y de monitorización de la condición de SKF.

El Documented Solutions Program (programa de soluciones documentadas) de SKF mostró que el proyecto fue un éxito desde el punto de vista financiero ya que incrementó la utilización de la máquina y redujo los deshechos. Como resultado, SKF está trabajando en otros dos proyectos con Sapa Heat Transfer.