Industria

Máxima velocidad

¿Cuál es el secreto de Dallara Automobili, “el fabricante de coches de carreras de más éxito de los últimos tiempos”?

Contenido relacionado

Datos

DALLARA AUTOMOBILI

Constitución: En 1972, en Varano Melegari (Parma), Italia.

Equipo de dirección: Fundador Gian Paolo Dallara, Presidente Andrea Pontremoli.

Sede central: Varano Melegari, Italia; oficinas comerciales también en Indianápolis, Indiana, EE. UU.

Líneas de productos: Diseña y construye chasis para ocho campeonatos distintos y ofrece cada vez más servicios de consultoría.

Volumen de ventas: 40 millones de euros en 2011.

Número de empleados: 185 (60 de los cuales ingenieros).

 

Enlaces relacionados

Dallara Automobili

Contacto de venta

Fabio Falsetti, Fabio.Falsetti@skf.com

El ingeniero Gian Paolo Dallara nunca ha temido la velocidad, ni en el circuito ni fuera de él. Todo lo contrario: su empresa está dedicada específicamente a la velocidad. Hoy, Dallara Automobili es “el fabricante de coches de carreras más grande, más influyente y de más éxito de los últimos tiempos”, según la revista Motor Sport.

Aunque el alcance de la empresa es global, sus raíces permanecen fieles a las de su fundador, que nació a pocos metros de la sede actual de la empresa en Varano Melegari, cerca de Parma en el norte de Italia, y todavía sigue viviendo en la misma casa.

Gian Paolo Dallara se licenció como ingeniero en el Politecnico di Milano en 1959. Como parte de la carrera pasó dos meses en Gotemburgo, Suecia, haciendo prácticas en SKF. La experiencia le permitió mejorar su inglés y conocer la cultura corporativa de SKF.

“Pude ver cómo trabajaban –dice– y, desde entonces, rodamientos y SKF son sinónimos para mí. A lo largo de mi carrera, siempre que he tenido que elegir entre componentes he comprobado que vale la pena elegir la opción de alta calidad”.

La calidad ha sido un referente en la trayectoria profesional de Dallara. Tras licenciarse, se incorporó al departamento técnico de Ferrari, donde desarrolló su pasión incipiente por las carreras de coches. Tres años después, esa misma pasión le llevó a Maserati, donde siguió las 12 Horas de Sebring del Cooper-Maserati. Los pilotos eran auténticas leyendas de las carreras: Bruce McLaren y Roger Penske.

“Era fantástico”, recuerda, pero el trabajo todavía no le permitía dedicarse exclusivamente al mundo de las carreras. Cuando a mediados de los años 60 Lamborghini le propuso el cargo de director técnico, no se lo pensó dos veces. Su paso por la empresa tuvo como fruto uno de los proyectos de coche que más le enorgullece, el Miura. Sin embargo, aunque los Lamborghini eran vanguardistas y rápidos, no eran muy fiables en el circuito, “y para ganar carreras hay que serlo”, explica Dallara.

Tras un breve paso por De Tomaso Automobili, en 1972 Dallara creó su propia compañía. “Si no me podía dedicar a tiempo completo a las carreras trabajando para otro, lo haría trabajando para mí”, dice. Su primer despacho fue el garaje de su padre, su primer empleado fue un mecánico local y su primer cliente fue Lancia. Trabajó como consultor para el coche de rallies Lancia Stratos, lo que dio pie a otros proyectos relacionados con las carreras. Fue cosechando éxitos, y en menos de seis años ya estaba construyendo coches para la Fórmula 3.
La fama de la empresa se extendió por toda Europa pero no fue hasta abril de 1993 que Dallara conquistó el Reino Unido, el corazón de la producción comercial de coches de carreras. Un Dallara hizo un buen papel en una carrera británica de Fórmula 3, y en tres meses casi todos los coches de ese circuito estaban equipados con un chasis Dallara.

En 1996, la aparición de la Indy Racing League en Estados Unidos fue vista por Dallara como una oportunidad para entrar en el gran mercado nortamericano. La empresa se enfrentaba a una competencia feroz y, como reconoce Dallara, “nuestros coches no daban el rendimiento que pretendíamos”. Sin embargo, en cuestión de meses la empresa mejoró las piezas y las entregó sin cargo. Una rápida reacción que permitió a la empresa conservar la confianza de sus clientes.

Hoy, Dallara construye chasis para ocho campeonatos: Indycar, GP2, GP3, World Series by Renault, Fórmula 3, Indy Lights, Grand-Am y la serie junior alemana Formel Master. Estos campeonatos suponen el 60 por ciento de su volumen de ventas; el resto procede de encargos de consultoría e ingeniería automovilística. La última categoría crece con fuerza, gracias en parte a inversiones como un nuevo túnel aerodinámico y un espectacular simulador de conducción valorado en 8 millones de euros e inaugurado en diciembre de 2010.

El sucesor elegido para Dallara es el ex consejero delegado de IBM Italia, Andrea Pontremoli. Al igual que el fundador de la empresa, Pontremoli tiene raíces locales, es un gran aficionado a las carreras de coches y siente un gran compromiso con los clientes.

Un coche de carreras no tiene ninguna garantía debido a todos los factores que intervienen en la competición. “Por ello –observa Dallara–, nuestros clientes tienen que sentir confianza en lo que hacemos. La base de nuestro éxito es que definimos la calidad como la satisfacción de nuestros clientes”.

 

SKF en los circuitos
Para los ocho campeonatos en los que compiten coches de Dallara, SKF ha introducido soluciones sofisticadas que solo acostumbran a utilizarse en los monoplazas de la Fórmula 1. Los rodamientos utilizados por Dallara representan la mejor combinación de rendimiento (rigidez máxima, fricción mínima, lubricación óptima) y duración del producto. Los rodamientos más importantes son producidos por SKF Racing Unit. Cada rodamiento tiene un número de serie único para asegurar su trazabilidad.

SKF Racing Unit produce soluciones efectivas y eficientes que proporcionan a sus clientes el alto rendimiento que necesitan tanto en la línea de meta como en la rentabilidad. Como explica Fabio Falsetti, jefe de producto de SKF Racing Unit: “Cubrimos todas las necesidades de todos los coches en los ocho campeonatos con solo cuatro tipos de rodamiento de rueda. Así, reducimos los costes de existencias de Dallara pero no su rendimiento en los circuitos”.