Pisando finas láminas de madera

 

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Resumen

Raute es un destacado proveedor global de plantas de producción completas para los productos laminados de madera. La posición líder de la compañía está reforzada por su presencia regional y sus conocimientos sobre las necesidades tecnológicas en distintas regiones.
Raute opera global­mente de acuerdo con el principio del «buen ciudadano corporativo». En sus operaciones, la compañía tiene en cuenta las culturas y sociedades locales. Raute desarrolla sus productos y servicios de forma responsable con el medioambiente. El objetivo de la compañía es mejorar continuamente su entorno laboral y conseguir que éste sea más rentable.

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La empresa familiar finlandesa Raute tiene casi un siglo de historia. En las últimas dos décadas, la compañía ha enfocado su actividad enormemente.

Raute ha encontradosu propio nicho en el mercado, fabricando máquinas que puedan cortar un tronco de árbol lo más finamente posible.

La compañía tiene su sede en Nastola, Finlandia, a unos 120 kilómetros de Helsinki. Es uno de esos lugares recónditos que no quedan de paso. Su sede –el edificio más alto de la zona– está rodeada de bosque. Desde allí, Raute suministra máquinas a clientes de todo el mundo, creando unas ventas anuales de unos 80 millones de euros.

Finlandia siempre se ha apoyado sobre su «pata de palo», y Raute forma parte del próspero grupo de empresas del sector forestal, que incluye compañías papeleras y fabricantes de máquinas para este sector.

Las operaciones centrales de Raute comprenden procesos de fabricación de productos laminados de madera. Los clientes de Raute pueden adquirir plantas de producción completas, líneas de producción o simplemente componentes de maquinaria, equipos y/o sistemas de medición.

Es un mundo de ingenieros en el que las cosas se miden en milésimas de milímetros y milisegundos. La investigación y el desarrollo se centran en su reducción.

«Al producir laminados, contrachapados o revestimien­tos para suelos, las variables claves para nuestros clientes son la eficiencia, la calidad, la fiabilidad y la velocidad», dice Markku Pärssinen, ingeniero de desarrollo de Raute. «Algunos productos pueden requerir un contrachapado de tan sólo 0,5 milímetros de grosor. Esto significa que las láminas individuales son de 0,2 milímetros».

 

Pärssinen cruza el patiohacia uno de los edificios. Quiere enseñarnos la nueva línea de Raute. Tras subir al puente por las escaleras, Pärssinen señala a un operario solitario sentado sobre un torno.

«Nuestra fuerza está en que verdaderamente podemos controlar todo el proceso, desde que llega la madera hasta su envío a clientes», dice. «El operario a cargo del proceso lo controla hasta el último 0,01 milímetro».

«Adelante», le grita al operario.

Un tronco es escaneado y luego llevado al torno de contrachapado. La cuchilla del torno corta el tronco y en cuestión de segundos, envía una lámina de 10 metros de largo y varios milímetros de grosor a la línea. Antes de que la primera lámina llegue a las cámaras que verifican su calidad, los husillos ya transportan un nuevo tronco hacia la cuchilla.

Mientras el nuevo tronco se convierte en láminas, los restos del tronco anterior caen al suelo. Estos restos y los otros desechos orgánicos son utilizados, por ejemplo, por la industria papelera.

En la actualidad, los clientes de Raute desean poder aprovechar más los troncos y usar troncos más pequeños, dice Pärssinen. El tamaño medio de los troncos está descendiendo, a medida que las empresas utilizan cada vez más árboles de plantaciones.

Con este fin, Raute ha desarrollado una nueva línea de producción que permite que los operarios controlen el proceso hasta el más mínimo detalle. El nuevo sistema puede manejar hasta 20 ciclos por minuto.

Según Pärssinen, Raute puede suministrar fábricas llave en mano que abarcan una amplia gama de procesos, desde el corte de troncos hasta el empaquetado de paneles.

«En nuestro negocio hay muy pocos competidores que realmente puedan suministrar fábricas de contrachapado o LVL (láminas de madera contrachapada)», dice Pärssinen. «Pero, claro, hay empresas que pueden suministrar distintas partes de las líneas de producción».

 

Raute cuenta con oficinasen cuatro continentes y fábricas en Finlandia y Canadá. En África, el único continente en el que Raute no tiene oficinas, la compañía tiene un representante de ventas.

La compañía es de propiedad familiar, pero una parte de sus acciones cotiza en la Bolsa de Helsinki. Esto le da flexibilidad para tomar decisiones rápidas, y un poder negociador suficiente para expandirse mediante adquisiciones, si eso fuera necesario.

El volumen de negocio de Raute depende de las fluctuaciones que experimenten las inversiones en los sectores de sus clientes. El continuo traslado de la producción de contrachapado a las plantaciones del hemisferio sur, y el uso de maderas nuevas y más resistentes, como la del eucalipto, requerirá una nueva inversión.

«Actualmente, los principales mercados de Raute son Norteamérica, Rusia y Europa Occidental», dice Pärssinen.

Como muchas otras empresas manufactureras, Raute quiere también potenciar sus actividades de servicio y mantenimiento, a fin de crear nuevas oportunidades y protegerse de las fluctuaciones del negocio. Una parte de esto es la modernización de las plantas existentes de clientes.

«Las cosas pintan bien», dice Pärssinen, y sonríe. «No es que vayamos a rechazar pedidos, pero tenemos la cartera de pedidos llena hasta fin de año». Y eso es bueno, lo mires como lo mires.


Actuadores electromecánicos de SKF

Cuando la nueva línea de producción de Raute transporta un tronco hacia la cuchilla, en esta acción interviene un banco de 5 toneladas que debe moverse rápidamente al lugar correcto. Para asegurar cortes con una precisión de 0,01 milímetros, Raute dejó de utilizar actuadores hidráulicos.

Los ha sustituido con dos nuevos actuadores electromecánicos de SKF que usan husillos a rodillos planetarios. El husillo a rodillos convierte entonces el movimiento rotativo en movimiento lineal.

«Son más rápidos y precisos que los actuadores hidráulicos, y además son ecológicos», dice Jukka Antila de SKF Multitec Finland. «Para su mantenimiento basta aplicar veinte gramos de grasa una vez al mes. Además, los actuadores electromecánicos son más eficientes, por lo que se ahorra energía y los correspondientes costes».

Raute y SKF tardaron casi tres años en desarrollar los actuales actuadores adaptados a las necesidades de Raute y sus clientes.