Industria

Calma total

Imagínese un viaje en barco con la misma estabilidad que un viaje en tren o avión. Una empresa estado­unidense pretende utilizar un dispositivo de alta tecnología para transformar una experiencia humana fundamental.

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Datos

Seakeeper

Sede: La ciudad de California en Maryland, EE. UU.
Planta de producción: Mohnton, Pensilvania
Número de empleados: Más de 100
Fundada en 2002
www.seakeeper.com

Contacto de venta

David R. Mikalonis, David.R.Mikalonis@skf.com

Desde los primeros viajes de los marinos de la Antigüedad, navegar sobre un mar tranquilo ha sido un objetivo tan preciado como difícil de conseguir, y el mareo ha sido una experiencia habitual. Pescadores, mercaderes, piratas, yatistas; todos han debido adaptarse al balanceo de los barcos.

Ahora, una empresa estadounidense se ha propuesto cambiar todo eso. Seakeeper Inc. fabrica diversos estabilizadores giroscópicos que mantienen la estabilidad de los barcos al neutralizar el movimiento de las olas, aparentemente por arte de magia.

“Cuando el barco lleva el giroscopio, este lucha contra el balanceo del barco”, explica Shep McKenney, que cofundó la empresa en 2002 con John Adams. Ambos aportaron una amplia experiencia en el desarrollo de sistemas de control de movimiento para las embarcaciones.

“Básicamente, hay tres maneras de moverse por el planeta: por tierra, en avión y en barco”, dice McKenney. “Y la que causa más ansiedad e incomodidad por su movimiento intrínseco es el barco. Y a pesar de que hace miles de años que el hombre navega, nadie ha conseguido eliminar esa sensación de desorientación fundamental que produce el balanceo del barco. Lo que nosotros estamos haciendo, creemos, es cambiar una de las experiencias humanas esenciales. Y creemos que, en un plazo relativamente corto, será un elemento imprescindible en cualquier barco, sea cual sea su tamaño, simplemente porque transforma la experiencia de viajar en barco”.

Seakeeper fabrica sus estabilizadores giroscópicos en un complejo de antiguas fábricas textiles, en Mohnton, Pensilvania. Dentro del complejo, decenas de especialistas crean dispositivos esféricos de color blanco, con tecnología avanzada, parecidos a unas pelotas playeras de metal macizo. En el interior de cada dispositivo, un volante gira en un vacío para reducir la fricción y el consumo de energía. Instalado en un barco, genera una fuerza que contrarresta el balanceo producido por el oleaje. Los volantes giran a velocidades de hasta 10 700 r. p. m., o 178 revoluciones por segundo. Eso significa que el perímetro exterior del volante se desplaza a unos 900 km/h. Las tolerancias de las piezas se miden en micrones, mucho menos que el grosor de un pelo humano.

“La idea de utilizar un giroscopio para estabilizar los barcos tiene más de 100 años de antigüedad”, dice McKenney. “Lo que ha cambiado es que ahora existen tecnologías colaterales –en automóviles, aviones y naves espaciales– que han generado dispositivos y conocimientos científicos que podemos incorporar en el giroscopio, y que lo convierten en algo que no habría sido posible hace 30 años”. Enumera una lista que incluye sensores, computadoras, tecnología de vacío y rodamientos.

“Desde el primer momento hemos sabido que el componente más decisivo de este producto son los rodamientos”, continúa McKenney. “Determinan la velocidad de giro, la carga admisible y su durabilidad. Son el corazón del giroscopio”.

Inicialmente, Seakeeper probó rodamientos de bolas de contacto angular hechos completamente de acero, pero los desestimó al constatar que la fricción y el calor que generaban eran excesivos. El problema quedó resuelto con la introducción por parte de SKF de los rodamientos de bolas de contacto angular híbridos sellados de superprecisión. “Sin estos rodamientos, que hasta hace poco no existían, no sería posible”, explica McKenney. “El éxito de esta empresa y de este producto es una confluencia de tecnologías emergentes”.

Los fabricantes de las embarcaciones recreativas constituyen el grupo más importante de clientes del giroscopio de Seakeeper, dice McKenney, mientras las renovaciones en barcos ya existentes representan el 25% de las ventas.

Explicar con detalle el funcionamiento del giroscopio lleva rápidamente a las complejidades de la física y la dinámica del movimiento. John Adams, cofundador de Seakeeper, lo simplifica así: “Cuando el giroscopio es desequilibrado por el balanceo del barco, se inclina hacia delante y hacia atrás con un movimiento de precesión, y aplica su par de giro a un ángulo de 90º en un intento de anular el balanceo del barco”.

El primer modelo lanzado por Seakeeper, el M7000, fue diseñado para embarcaciones en la categoría de 12 a 18 metros, la más popular en el mercado recreativo. En los últimos años, la empresa ha introducido modelos más grandes y más pequeños, y actualmente está ampliando su oferta para incluir lanchas más pequeñas con motor fuera de borda.

Seakeeper vendió unos 1 000 giroscopios en 2015 y prevé vender 1 500 en 2016. Los precios van desde unos 30 000 dólares hasta casi 200 000 dólares. El modelo más vendido, el Seakeeper 9, cuesta unos 67 000 dólares.


SKF en los giroscopios de Seakeeper

Los rodamientos del volante: Rodamientos de bolas de contacto angular híbridos sellados de superprecisión. Los aros de los rodamientos están hechos de NitroMax, un acero inoxidable con alto contenido de nitrógeno. Las bolas están hechas de nitruro de silicio para rodamientos, un compuesto cerámico. Las bolas de cerámica son mucho más livianas y duras que las de acero.
Los rodamientos del cardán: Rodamientos de rodillos a rótula SKF Explorer sellados. Se llenan en la fábrica con la cantidad correcta de una grasa apropiada, lo que asegura un funcionamiento prácticamente libre de mantenimiento. El cardán es un soporte giratorio que permite la rotación de un objeto alrededor de un eje único.

Los estabilizadores giroscópicos de Seakeeper permiten al barco resistir el movimiento de las olas, lo que brinda una mayor estabilidad. Los estabilizadores se fabrican en distintos tamaños. Volantes listos para montar. Ruedas de volante sin mecanizar.