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Enfrentar los desafíos climáticos

Enfrentar los desafíos climáticos

La meta climática de SKF para el período 2012–2016 ha producido logros impresionantes y ha contribuido a sentar las bases de nuevas y ambiciosas metas climáticas.

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Climate Savers es un programa de liderazgo en materia de clima dirigido por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature, WWF) que tiene el objetivo de reconocer el liderazgo corporativo en soluciones climáticas, de desarrollar modelos de negocio bajos en carbono, de cero carbono o positivos en carbono y de demostrar que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero puede ir de la mano del crecimiento económico. SKF formó parte del programa entre 2012 y 2016.

Antes de adherirse oficialmente al programa Climate Savers, los posibles participantes entran en un proceso intensivo de colaboración con expertos para definir, cuantificar y articular sus metas.

“Uno de los aspectos más relevantes del programa es que las empresas participantes deben comprometerse públicamente a alcanzar determinados objetivos claramente definidos”, explica Stefan Henningsson, asesor sénior del WWF sobre clima, energía e innovación. “Planificar los detalles es importante para lograr metas realistas que también marquen una diferencia”.

Cuando SKF se unió a Climate Savers en 2012, uno de los objetivos era invitar a un tercero creíble a verificar las metas claras y transparentes que SKF se había marcado en relación con las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Fueron un socio importante para fijar metas concretas y alcanzables”, afirma Jonas André, de Sostenibilidad Corporativa de SKF. “Han pasado cinco años desde entonces y, durante ese tiempo, hemos reducido nuestra huella de CO2. Además, lo aprendido hasta ahora nos sirve de plataforma para avanzar hacia las nuevas metas fijadas para 2025, sobre cuyo progreso informaremos en marzo de 2018”.

Una vez definidos los cuatro ámbitos clave, SKF se puso a cambiar su planteamiento en las áreas de fabricación, transporte y consumo energético, y también estudió cómo podían contribuir los proveedores a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Básicamente, implica toda la cadena de valor e incluye una gran cantidad de acciones y proyectos”, afirma André. “El hecho de tener estas metas claras y públicas nos ayuda a dar visibilidad y credibilidad a nuestra ambición”.

Metas climáticas de SKF en 2025*

Reducir:

  • Un 40% las emisiones de CO2 derivadas de la fabricación por tonelada de productos vendidos.
  • Un 40% las emisiones de CO2 derivadas del transporte de mercancías por tonelada de productos enviados a sus clientes.

Aumentar:

  • La cantidad y el porcentaje de proveedores de alto consumo energético certificados conforme a la norma ISO 50001.
  • El apoyo brindado a los clientes para reducir sus emisiones de CO2, a través de la implementación de soluciones SKF BeyondZero.

* Utilizando 2015 como año base.

BeyondZero es una marca registrada del Grupo SKF.

Paneles solares en el Campus Jiading de SKF
Paneles solares en el Campus Jiading de SKF, en las afueras de Shanghái, China. Este fue el mayor proyecto solar de 2016 en el área metropolitana de Shanghái.

Un aspecto importante fue el consumo energético que supone la política aplicada por SKF a la hora de abastecerse de las materias primas que utiliza para fabricar sus productos. En lugar de intentar regular la forma de operar de los proveedores y exigir reducciones en las emisiones de CO2, SKF optó por promover la certificación de todos los proveedores de materias primas con un alto consumo energético conforme a la norma ISO 50001, una certificación que la propia SKF también solicitó en 2011. Fue una decisión muy eficaz: a finales de 2016, cerca del 84% de los proveedores afectados habían obtenido la certificación, y los proveedores restantes la están tramitando.

En cuanto a su propio consumo energético, SKF se fijó como meta reducir un 5% el consumo energético en 2016 respecto al consumo registrado en 2006, independientemente del crecimiento que haya experimentado la empresa. Esa meta se cumplió con un amplio margen, ya que el consumo energético de SKF había bajado un 14% en relación con los niveles de 2006, a pesar de un crecimiento de más del 35% de sus ventas netas.

En dicho éxito, tuvieron un papel importante proyectos como el de Busan, Corea, donde tras optimizar el sistema de aire comprimido, se redujo un 17% el consumo energético por unidad de producción. En el SKF Campus Jiading en Shanghái, China, se redujo casi un 30% el consumo ­energético por unidad producida entre 2015 y 2016, gracias al uso de los nuevos sistemas de iluminación y de aire comprimido; y en SKF Mekan en Katrineholm, Suecia, un nuevo taller de fundición permitió reducir un 20% el consumo energético.

“Además de reducir las emisiones de CO2, ahorrar energía también permite ahorrar costos, y esto siempre es bienvenido”, continúa André.

El transporte de mercancías es otra fuente de emisiones de CO2. SKF se fijó como meta una reducción del 30% de las emisiones relativas por tonelada-kilómetro en 2016. Al final de dicho año, se había conseguido una reducción del 31%, y esto se logró evitando transportes innecesarios y utilizando medios o rutas alternativos con menor intensidad de CO2. En San Pablo, Brasil, por ejemplo, transportistas locales crearon centros de clasificación en las propias instalaciones de SKF en lugar de hacerlo en las suyas. Eso significa que las mercancías se pueden enviar directamente al cliente, lo que redunda en distancias más cortas. Junto con el uso de camiones más eficientes en el consumo de combustible, esta medida consiguió reducir las emisiones en un 30% en solo un año, entre 2015 y 2016.

En Gotemburgo, se utilizan camiones de biogás y biodiésel para todos los transportes de la fábrica al puerto, con reducciones del 70 al 80% de las emisiones de CO2. En Bélgica, SKF empezó a utilizar barcazas fluviales para el transporte entre el depósito internacional de Tongeren y el puerto de Amberes, con lo que redujo un 50% las emisiones de CO2.

En el cuarto ámbito, se quería involucrar a proveedores y clientes. Esto se consiguió gracias a las soluciones para clientes de SKF que dan lugar a un mejor comportamiento medioambiental. Cada reducción de fricción, peso o necesidad de lubricantes en aplicaciones como bombas, molinos de viento, automóviles, camiones, trenes y otros productos con piezas giratorias beneficia al cliente, al usuario final y al medioambiente. Para calcular y verificar la reducción del impacto climático, se aplica un enfoque de ciclo de vida.

SKF se propuso incrementar las ventas de estas soluciones, que están mejorando mucho el comportamiento medioambiental, y entre 2015 y 2016 las ventas anuales aumentaron un 16% hasta los 700 millones de euros en 2016, o alrededor del 9% de las ventas totales del grupo.

“Los sectores de energía eólica y vehículos eléctricos son buenos ejemplos, ya que les suministramos componentes que mejoran los productos y los hacen más baratos. Los fabricantes de turbinas eólicas ya constituyen un segmento muy importante de clientes para nosotros”, resume André.
 

El WWF también valora positivamente los resultados de la participación de SKF en Climate Savers. “SKF desempeñó un papel importante como impulsor de nuevos estándares en su sector”, expone Henningsson, del WWF.