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Steven Beckers – Con la sostenibilidad presente

Desde niño, cuando se sentaba en el regazo de su abuelo arquitecto, Steven Beckers ya sabía que esa también sería su profesión. Ahora ha alcanzado su meta y la sostenibilidad es su sello.

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Resumen

AGE: 48
LIVES: In Uccle (Brussels).
FAMILY: Wife Carole and children Julien, 14, and Olivia, 9
INTERESTS: Family and work.
FAVOURITE MOVIE: Blade Runner, by Ridley Scott with Harrison Ford.
FAVOURITE BOOK: Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things, by William McDonough and Michael Braungart.

Desde niño, cuando se sentaba en el regazo de su abuelo arquitecto, Steven Beckers ya sabía que esa también sería su profesión. Ahora ha alcanzado su meta y la sostenibilidad es su sello.

Industria

No podemos extraer de la naturaleza más de lo que puede regenerar», dice el arquitecto Steven Beckers. «Tenemos una gran responsabilidad, porque nosotros [como arquitectos] dejaremos huella durante generaciones. Los entornos urbanos son la creación humana que más energía consume y más residuos produce. El 40 por ciento de todas las emisiones de CO2 procede de los edificios».

Para Beckers, la parte más importante de la sostenibilidad en la arquitectura es la comodidad ambiental de las personas. «Estudiando la relación entre lo externo y lo interno, es más fácil darse cuenta de que somos parte del entorno en que vivimos», explica.

Según Beckers, para lograr la sostenibilidad hay que contemplar un edificio como un todo, en toda su complejidad, incluyendo la iluminación, el tratamiento del agua, el uso de materiales sostenibles, el consumo de energía, el entorno y, no menos importante, la comodidad de sus habitantes. ¿Qué ambiente ofrece? ¿Dónde y cómo deben colocarse las escaleras de modo que se usen más que los ascensores? ¿Dónde da el sol? ¿Qué vistas hay? Un mejor aislamiento térmico y un menor consumo energético también forman parte de ese todo.

¿Es más caro construir un edificio con estas características? «Sí», dice Beckers, «si se enfoca puramente como una inversión financiera. Pero no resulta tan caro si se integra el aspecto de la sostenibilidad desde el comienzo del proyecto. Y la inversión se recupera tras algunos años.

«Es fácil construir un edificio inteligente», dice. «El reto es diseñarlo y volver al cabo de unos años no sólo para comprobar el consumo de energía y agua, sino también para preguntar a sus usuarios si están satisfechos con el edificio».

Beckers confiesa que hace algún tiempo sus clientes y colegas no tomaban muy en serio sus ideas sobre la sostenibilidad. Ahora él y el equipo de Art & Build Architects, con sede en Bruselas y calificada como «empresa ecológica», son galardonados por su enfoque arquitectónico hacia el desarrollo sostenible. El año pasado recibieron dos premios prestigiosos –BEX (The Building Exchange) y MIPIM 2008– uno en la categoría de arquitectura sostenible, y el otro en la categoría de centros de negocios, por la nueva sede administrativa del Consejo de Europa, en Estrasburgo, Francia.

«Nunca ocultamos que para nosotros la sostenibilidad es prioritaria», dice Beckers. De hecho, hace poco el estudio perdió el concurso de un edificio en Francia porque, afirma, «la idea era demasiado avanzada para su tiempo».

«Hoy, la sostenibilidad es la palabra de moda en la arquitectura y, a partir de ahora, influirá en todo tipo de arquitectura», dice. «La arquitectura contextual es una tendencia. La arquitectura objetual, aplicada en el museo Guggenheim de Bilbao, por ejemplo, en la que se crea un objeto sin integrar comodidad y ecología, ha quedado obsoleta».

Su propia casa, un edificio de tres fachadas de los años 50 construido en el estilo del icono de la arquitectura Frank Lloyd Wright, es «verde», pero su color es el del ladrillo.

«Tiene ventilación e iluminación natural y un tercio de la casa está por debajo del nivel del suelo, para estar cerca de la naturaleza y las variaciones estacionales», dice Beckers. «Todas las estancias de la casa tienen contacto con los árboles».

Beckers pasó 14 años en el extranjero antes de volver a Bélgica. Su amigo Pierre Lallemand le propuso que echara una mano con el problemático edificio de la Comisión Europea, Berlaymont.

Beckers recuerda su reacción: «‘Estás loco’, dije. ‘¡Es demasiado grande para mí!’ Luego me llamó el gobierno y no pude negarme». Más adelante, Beckers se incorporó como socio a Art & Build Architects que, desde 1999, ha pasado de 30 a 130 empleados y está presente en seis países.

Beckers está muy contento con su vida y su trabajo. Y su vida personal parece estar íntimamente ligada a su trabajo. Dice que de momento no necesita ninguna afición. Su familia, su trabajo y su docencia –media jornada a la semana en Université Libre Bruxelles– son sus intereses. Nunca deja de pensar en su trabajo. Incluso cuando camina por la calle, ve cosas que quiere cambiar.

«Pero no me corresponde solucionarlo todo», dice. «Guardo las ideas en la cabeza. Antes o después, sale una mezcla de impresiones. Lo llamo pensamiento lateral. Ahora mismo estoy trabajando en una de estas ideas: un vidrio capaz de respirar como el GORE-TEX».

Beckers dice que lee mucho, principalmente sobre la naturaleza, la ciencia, las innovaciones y la sociología. Alimenta su creatividad con la enseñanza o haciendo senderismo con su familia en las Ardenas belgas, o incluso simplemente viajando en avión o tren.

«Como arquitecto tocas de todo en la vida», dice. «Tienes que ponerte retos diarios y no es un negocio para hacerte rico. Pero no me puedo quejar. Mi casa está a 10 minutos del estudio y mi familia y yo solemos ir a restaurantes. Me encanta comer y la cocina belga es excelente».

«Bruselas es una ciudad internacional bien situada, con una calidad de vida muy superior a la de Londres, donde viví durante 11 años», dice Beckers. «Los precios son razonables y la gente es seria y trabajadora, aunque es verdad que tenemos fama de ser un poco aburridos».

Steven Beckers se marcha rumbo a su siguiente reunión, en un restaurante a dos manzanas de distancia.

REDUCCIÓN DEL 50 POR CIENTO EN EL CONSUMO ENERGÉTICO EN VERANO

El arquitecto Steven Beckers fue nombrado arquitecto en jefe para el proyecto Berlaymont de la Comisión Europea en 1996. Su objetivo fue ofrecer comodidad, flexibilidad y economía en el uso de recursos y el mantenimiento. «La simple idea de dejar entrar la luz pero no el calor reduce el consumo energético en más de un 50 por ciento en verano», dice Beckers. «Y al atrapar el calor en invierno, el ahorro energético puede llegar al 35 por ciento».

El edificio Berlaymont, sede de la Comisión en Bruselas, fue renovado entre 1991 y 2004, para eliminar las 1200 toneladas de amianto que revestían su estructura de acero. El edificio acristalado de 18 plantas, una torre en forma de cruz con cuatro alas, tiene una superficie cubierta de 240 000 metros cuadrados y espacio de trabajo para 3800 personas.

En colaboración con SKF, Beckers y su equipo desarrollaron un sistema computarizado de paneles de cristal que incorpora 800 actuadores SKF que cambian el ángulo de los paneles en función de la posición del sol, las nubes y los edificios cercanos. Los actuadores regulan 3000 cristales secundarios que automáticamente capturan el calor que llega al edificio en el invierno y lo desvían en verano.