Alice Bah Kuhnke – una vida comprometida

Alice Bah Kuhnke, de Sektor3, cree que las organizaciones de voluntarios deben promocionarse mejor y mostrar el impacto que tiene su labor sobre nuestra vida diaria.

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Alice Bah Kuhnke, de Sektor3, cree que las organizaciones de voluntarios deben promocionarse mejor y mostrar el impacto que tiene su labor sobre nuestra vida diaria.

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Alice Bah Kuhnke, responsable del nuevo grupo sueco de expertos Sektor3, es una cara conocida para la mayoría de suecos. A los 19 años fue presentadora de Disney Time. Siguieron 10 años en televisión como presentadora y periodista de investigación. Dejó la televisión, entre otras cosas, para hacerse cargo del departamento «Ideas for life» de la empresa aseguradora sueca Skandia. En 2004 asumió el puesto de secretaria general de la organización de comercio justo Fairtrade de Suecia, donde permaneció hasta que empezó a funcionar el nuevo grupo de expertos en noviembre de 2008. A lo largo de su vida profesional, se ha labrado fama de hacerse oír.

«Siempre ha ocurrido que la gente a mi alrededor sabe quién soy, aunque no me conozca», dice Kuhnke. La principal razón era que en Horda, el pequeño pueblo del sur de Suecia donde Kuhnke pasó su infancia, era la única niña cuyo padre era de Gambia y la única con la piel oscura.

«Quizás por eso nunca me ha dado miedo ser el centro de atención», añade riéndose.

Además, la vida de pueblo en Horda hizo de ella una persona participativa. Situado en el corazón del cinturón bíblico sueco, Horda tenía tres iglesias libres cristianas muy activas y asociaciones centradas en la artesanía, el escultismo y los deportes.

«Mientras fuimos creciendo, fue natural para nosotros participar en todo tipo de actividades y esto ha contribuido mucho a formarme como persona», dice Kuhnke.

Ahora, como responsable del grupo de expertos Sektor3, Kuhnke representa a sus 30 organizaciones afiliadas, que van desde lo cultural hasta lo social, cooperativo y religioso.

A modo de explicación de su papel, Kuhnke habla del sector en la sociedad sueca que engloba los grupos civiles. La diversidad de este sector es enorme y sus miembros se determinan exclusivamente por su participación voluntaria en una actividad promovida por personas que comparten un valor o interés común. Este interés común puede abarcar desde un torneo de fútbol para niños o un grupo local de teatro hasta empresas cooperativas y congregaciones religiosas e incluso programas de fidelización de supermercados.

Suecia, con una población de tan solo 9 millones de habitantes, puede presumir de tener 32 millones de afiliados a 160 000 organizaciones, lo que quiere decir que prácticamente todo el mundo pertenece a algo.

«Somos uno de los países con más afiliaciones. Pero creo que la gente no se da cuenta de su importancia real», dice Kuhnke.

Un cuestionario de Sektor3 preguntó a altos funcionarios de la política sus opiniones sobre la sociedad civil.

«Todos estaban de acuerdo en que se estaba haciendo una labor buena e importante, pero nadie tenía una estrategia política que implicara a la sociedad civil», indica Kuhnke. En su opinión, esto confirma la necesidad de fomentar el debate y concienciar sobre lo que se ha hecho.

Kuhnke predice que la importancia del sector civil seguirá creciendo, dadas las transformaciones que se están produciendo en la sociedad. El sistema de bienestar ya no será suficiente para garantizar buenas escuelas o una buena sanidad para todos.

«Hemos llegado a una situación en la que el trabajo voluntario debe contemplarse desde una nueva perspectiva, tanto por parte de las propias organizaciones como del resto de la sociedad», dice Kuhnke.

A través de la investigación y el debate, Sektor3 quiere ayudar a las personas que participan en actividades cívicas a afrontar el futuro y encontrar la forma de asimilar los cambios sociales, independientemente de si la causa es la crisis financiera actual o problemas medioambientales como el cambio climático.

«Para potenciar lo positivo e identificar lo negativo, la sociedad civil debe someterse a escrutinio», continúa Kuhnke. «Debemos separar el grano de la paja. Aunque muchas cosas en la sociedad civil son buenas, hay algunas que no lo son».

Este enfoque crítico debe empezar en las propias organizaciones, dice Kuhnke. A través de seminarios, talleres y conferencias organizados por Sektor3, las organizaciones afiliadas podrán provocar el debate tanto dentro como fuera de su entorno más inmediato.

Según Kuhnke, la mayoría de los grupos civiles suecos reciben financiación estatal, pero esta financiación probablemente desaparecerá y habrá que potenciar otras fuentes. En eso las empresas pueden desempeñar un papel importante. En varios países se han fomentado las aportaciones a organizaciones benéficas a través de desgravaciones fiscales. Se ha sugerido que Suecia debería seguir el ejemplo.

«Pero cuando el Parlamento encargó un estudio, solo miró el impacto que tendrían las reducciones fiscales sobre el presupuesto estatal», dice Kuhnke. «Hay cientos de preguntas más que son importantes». Por ejemplo: ¿cómo afectarán a la sociedad civil? ¿A quiénes beneficiarán? ¿Qué impacto tendrán sobre la democracia?

La primera investigación promovida por Sektor3 fue un estudio comparativo de ocho países que permiten a las empresas desgravar sus donativos a organizaciones benéficas. Los resultados del estudio de Sektor3 se presentaron en la tradicional asamblea anual que se celebra cada verano en Almedalen, en la isla de Gotland de la costa este de Suecia.

Alice Bah Kuhnke es, desde el 1 de septiembre, vicepresidenta de sostenibilidad y RSC en ÅF Group, una consultora técnica sueca con unos cuatro mil empleados.