Ansiosos por aprender
Drypers Andina es una joven empresa colombiana que quiere aprender. Trabajar con SKF le allana el camino.
Drypers Andina es una joven empresa colombiana que quiere aprender. Trabajar con SKF le allana el camino.
Industria
La ciudad de Cali en Colombia, escondida entre las montañas de los Andes, es famosa por su festival de salsa de verano. Pero Cali es también un centro industrial en el departamento del Valle del Cauca y la sede de Drypers Andina, un proveedor líder de pañales desechables en Colombia y sus países vecinos.
La empresa ha tenido que superar una difícil serie de cambios de propietario. Se fundó en 1999 como filial de la empresa estadounidense Drypers Corporation, pero tras la quiebra de la empresa matriz al año siguiente, Drypers Andina pasó a manos del grupo PI Mabe de México, antes de ser comprada a finales de 2007 por el conglomerado chileno de pulpa y papel CMPC.
Creada originalmente para aprovechar las ventajas fiscales otorgadas a las inversiones en Colombia, y utilizando maquinaria norteamericana reacondicionada, Drypers Andina actualmente produce 18 millones de unidades al mes y sus ventas anuales ascienden a 20 millones de dólares. El 30 por ciento de su producción se exporta a países como Venezuela, Perú y Panamá. Con alrededor del 14 por ciento del mercado colombiano, se sitúa justo por detrás de gigantes como la multinacional Kimberly Clark y el competidor local Tecnosur.
Mientras sus propietarios cambiaban, la empresa ha sido dirigida por un equipo de dirección colombiano que se ha esforzado en todo momento por
mejorar la calidad del producto y la productividad. «Somos una empresa joven y tenemos muchas ganas de aprender», dice Jorge Iban Lozano, jefe de mantenimiento de la empresa.
Un ejemplo reciente de estos esfuerzos sería el convenio IMS (Solución Integrada de Mantenimento SKF), basado en el rendimiento, que entró en vigor en agosto de 2007. El contrato abarca el suministro de rodamientos, de componentes y equipos afines, lubricantes, ingeniería de fiabilidad y lubricación, productos de mantenimiento, tecnología de monitorización de la condición y formación del personal. Se trata de una inversión importante para una empresa relativamente modesta como Drypers Andina pero, como dice Carlos Paredes, jefe de planta: «Hicimos el análisis y con SKF, hay una serie de oportunidades que, con el tiempo, deberían aportar ahorros que compensarán con creces lo que hemos pagado».
Como prueba de los deseos de perfeccionarse del personal, se registraron mejoras de la productividad poco tiempo después de la entrada en vigor del convenio con SKF, antes de que pudieran tener efecto algunos de los ajustes tecnológicos. «Una de las mejoras más importantes durante los primeros meses del convenio fue, simplemente, un cambio de actitud», dice. «La gente estaba motivada. Empezaron a ver las cosas de modo distinto. Les encanta aprender, así que estamos intentando llevar a todos al mismo nivel de conocimientos».
Drypers Andina se inició con un producto básico hace una década, pero ha ido mejorando la estética de sus productos utilizando diseños elaborados localmente. Ha diversificado los componentes de la cintura de sus pañales, incorporando bandas elásticas e innovadores velcros a su gama.
La empresa entró en el mercado de marcas blancas con un contrato para suministrar pañales a la multinacional Johnson & Johnson en el año 2000. Bajo el paraguas de la empresa mexicana PI Mabe, ese enfoque se convirtió en una estrategia dominante. Drypers Andina suministra productos de marca blanca para importantes cadenas de supermercados sudamericanas como Makro. «Hemos crecido sustancialmente, incorporando nuevas marcas y fortaleciendo nuestra posición mediante la fabricación de productos para terceros», dice Gustavo Vargas, director de recursos humanos.
Empezando con maquinaria americana reacondicionada, los directivos locales han reconocido desde hace tiempo la necesidad de invertir en productividad. «El mercado colombiano está muy desarrollado y la competencia es intensa», dice Paredes. «Todo empezó cuando nos pusimos a estudiar alternativas tecnológicas. Buscábamos rodamientos que duraran pero no encontramos lo que buscábamos hasta que contactamos con SKF».
Como señaló el banco de inversiones Merrill Lynch –en un informe después de que CMPC desembolsara 5,6 millones de dólares por Drypers Andina– la planta ha estado trabajando al 50 por ciento de su capacidad. Existen las condiciones para conquistar una mayor participación en el mercado. En opinión de Merrill Lynch, el mercado colombiano es «altamente atractivo» y está «subexplotado». Después de la adquisición en diciembre, Eliodoro Matte, presidente de CMPC, declaró a la prensa: «Se trata de un paso importante para la internacionalización y desarrollo del negocio de los pañales en la región».
CMPC domina el mercado de pañuelos de papel en Chile y Uruguay y es un líder sólido en Perú y Argentina. También está presente en Ecuador, México y Brasil. En 2007, las ventas de la división de pañuelos de papel de CMPC ascendieron a 700 millones de dólares, lo que representa casi una cuarta parte del total del Grupo. En ese contexto, la dirección de Drypers Andina se siente optimista respecto a las perspectivas de crecimiento en Colombia con su nuevo propietario. «Participan en toda la cadena de valor de la industria de pulpa y papel, empezando por productos forestales», dice Vargas. «Plantan bosques en Argentina y Chile. Hacen papel.
Y también hacen papel de cocina, servilletas, papel higiénico y compresas femeninas. Es una gran empresa. Nosotros somos su puerta de entrada en el mercado
colombiano».
Una posible vía de crecimiento sería a través de la introducción de marcas de CMPC que han funcionado en otros países sudamericanos, como los pañuelos Elite. En marzo, la fábrica ya estaba produciendo los pañales Babysec de CMPC, que también tiene una marca fuerte en productos de incontinencia para adultos, Cotidian. «El mercado de pañales está creciendo, también en el segmento de adultos», dice Paredes. «Creemos que la idea es crecer en este mercado».
Mayor disponibilidad
Después de más de dos años de negociaciones, Drypers Andina y SKF acordaron en 2007 implantar una Solución Integrada de Mantenimiento SKF (IMS) basada en resultados en la planta de Santander de Quilichao, a las afueras de la ciudad de Cali, Colombia.
La implementación empezó en agosto de 2007, con el objetivo de reducir los paros de producción no programados un 14 por ciento anual respecto al promedio de 2003–2005. Un contrato en dos etapas garantizó el suministro de rodamientos y unidades de rodamientos, equipos de transmisión de potencia, obturaciones, lubricantes y tecnología de monitorización de la condición durante tres años. Servicios como ingeniería de fiabilidad, mantenimiento predictivo e ingeniería de lubricación se definieron en un contrato de un año de duración. Miller Nossa, responsable de Fiabilidad de SKF, trabaja de forma fija en la planta y SKF también imparte formación a los trabajadores de producción de Drypers Andina. Los recambios son suministrados por SKF en régimen de consignación. «Eso ha reducido nuestros costes de inventario», dice Jorge Iban Lozano, jefe de mantenimiento de Drypers Andina.
Hasta marzo de 2008, para las dos líneas de montaje en activo, se lograron las reducciones exigidas en todos los casos excepto en una línea
durante un mes. El porcentaje de equipos considerados en estado crítico se redujo del 12 por ciento en agosto de 2007 a tan sólo un 1,4 por ciento en enero de 2008.
«La disponibilidad de la maquinaria ha mejorado este año», observa Lozano. «Parece haber una mayor estabilidad».
Para SKF, el convenio puede tener gran trascendencia. «No hemos tenido muchos contratos IMS en esta parte de Colombia», dice Daniel Felipe Reyes, especialista en negocios AEO para SKF América Latina y líder del proyecto Drypers. «Esto abre la oportunidad de replicar la experiencia en otras empresas locales».