Arme su helicóptero
Si su sueño es tener un helicóptero, ahora será más fácil hacerlo realidad gracias al kit para armar del fabricante belga Dynali.
Si su sueño es tener un helicóptero, ahora será más fácil hacerlo realidad gracias al kit para armar del fabricante belga Dynali.
Industria
Pese a que entró en el mercado hace poco, el fabricante belga de helicópteros Dynali está dejando huella. La demanda de su kit de helicóptero supera ampliamente la oferta. Con tan sólo una pequeña parte del precio de las máquinas de su competencia, los helicópteros de Dynali tienen el potencial de revolucionar el uso de helicópteros a pequeña escala alrededor del mundo.
Daniel Michau, piloto jefe de Dynali, conoció al diseñador y fundador de la empresa Jacques Tonet hace unos cinco años. «Cuando llegué, Jacques estaba trabajando en un prototipo que hemos mejorado radicalmente desde entonces», explica Michau. «Ahora nuestros helicópteros biplaza H2S de ocio están certificados y nuestra cartera de pedidos está desbordada».
El comandante Michau fue piloto de helicópteros de combate
para el ejército francés. Al jubilarse, pasó a ser piloto comercial, trabajando en África, Vietnam y la Guayana Francesa. «Tengo acumuladas más de 13.000 horas de vuelo en 20 modelos distintos de helicóptero. Cuando digo que el Dynali H2S podrá ser pequeño pero que está muy bien construido, sé de qué hablo», dice entusiasmado.
El H2S se puede adquirir en forma de kit en Europa por unos 95.000 euros. Se vende en piezas porque, en Europa, uno mismo puede hacer el mantenimiento del helicóptero que ha armado, pero para una máquina completa, el mantenimiento debe realizarse en un taller homologado, lo que puede resultar muy caro. El H2S se vende con un chasis completo de acero inoxidable y el motor ya montado. La cabina y el larguero de cola son de kevlar y fibra de carbono. «El acero inoxidable no sólo es resistente sino también flexible, y actúa como amortiguador», dice Michau. «Es un material perfecto para los helicópteros, pero somos el único fabricante que lo usa», dice.
Todas las piezas están referenciadas por números en un manual detallado de construcción paso a paso. «Es un poco como comprar un mueble en IKEA, sólo que tardas un poco más en montarlo», bromea Michau. Una persona con conocimientos básicos de mecánica tarda unas 250 horas en completar el montaje.
Una vez armado, el H2S tiene una velocidad de crucero de 165 kilómetros por hora, consume 25 litros de combustible por hora y puede equiparse con un tanque adicional. La carga útil –el peso de la tripulación, pasajero, combustible y cargamento– es de 245 kilogramos y la autonomía de vuelo es de tres horas con carga máxima (sin tanque extra). La máquina está equipada con un motor de 165 CV (121 kW) y están trabajando en un compresor para subir la potencia hasta los 220 CV (162 kW) pero, de momento, la gama sólo tiene un modelo.
Actualmente, se está desarrollando una versión del H2S como ambulancia aérea para los mercados africanos y asiáticos. Este helicóptero médico podrá transportar a un herido más el piloto, pero no tendrá sitio para el personal sanitario. Aunque es más pequeño que sus competidores, la solución de Dynali cuesta muchísimo menos. «El helicóptero médico de nuestro principal competidor se vende por 3,5 millones de euros y cuesta 2.000 euros por cada hora de vuelo. El nuestro se venderá listo para volar por tan sólo 100.000 euros y costará unos 100 euros por hora de vuelo», explica Michau. «Puede ser menos cómodo, pero yo preferiría llegar a un hospital en 30 minutos en un Dynali que en seis horas en un todoterreno». Dynali también está trabajando en un modelo cuatriplaza más versátil para aplicaciones médicas y civiles.
La empresa ya tiene docenas de clientes potenciales para la ambulancia aérea. Y prevén muchas otras oportunidades.
En Europa, las máquinas de Dynali se venden sobre todo a compradores privados, ya sean pilotos no profesionales o clubes de aviación. «También hay algunos profesionales que se interesan por nuestras máquinas, como un constructor belga que ahora puede visitar diez obras cada día en vez de sólo dos en su coche», dice Michau.
Sin embargo, otros «clientes» no son tan bienvenidos. Una noche en noviembre de 2007, Michau fue secuestrado en su casa por un delincuente disfrazado de policía y armado con un Kalashnikov, que lo llevó al taller de Dynali. Michau explica: «Todo el equipo, que trabajaba horas extra, estaba atado en el suelo, y dos hombres me obligaron a subir a un helicóptero a punta de pistola. El Dynali no está construido para el vuelo nocturno, ya que no tiene luces ni en la cabina ni en el cuadro de mandos. Pero tenían una linterna, así que despegamos y pusimos rumbo a una cárcel cercana a unos 30 kilómetros de distancia».
«Aterrizamos en el patio e intentamos recoger a dos hombres más, lo que hacía cinco en el helicóptero. El peso era demasiado para una máquina biplaza así que volvimos a aterrizar y dejamos a un hombre», continúa Michau. «Estábamos despegando nuevamente cuando dos tipos saltaron y se agarraron a uno de los patines, lo que hizo caer el helicóptero. Quedé bastante malherido en la caída pero los guardias me dejaron en el patio durante tres horas porque pensaban que era uno de los delincuentes. Algunos reclusos me dieron mantas y me trajeron bebidas hasta que me llevaron al hospital», cuenta.
«Pero llevo muchos años trabajando como piloto de pruebas y, de vez en cuando, te encuentras situaciones tensas», dice sonriendo.
El único problema de Dynali con sus helicópteros es que no pueden fabricar suficientes para satisfacer la demanda. Su primer pedido se firmó en 2004 y ahora la empresa está construyendo su séptimo helicóptero. «Ha sido una larga curva de aprendizaje. La tecnología es muy compleja y precisa, y no es sencillo asegurar que todo funcione a la perfección», dice Michau. «La aeronáutica necesita su tiempo, tienes que ajustarte al ritmo que te imponen tus materiales», añade. Sin embargo, pronto finalizará la construcción de una nueva planta de producción de 1.300 m2, junto a la existente, donde Dynali podrá producir diez máquinas al mes, que supera la cifra actual de dos o tres.
«Dynali será el helicóptero de bajo precio más vendido del mundo, pero tendrá el mismo potencial que un modelo más caro», insiste Michau. «Esto es un negocio serio y sólo usamos las mejores piezas en nuestras máquinas. A pesar de recibir muchas ofertas de otros fabricantes, elegimos a SKF como proveedor de rodamientos. Hemos tenido mucha suerte con nuestras palas de rotor. Sabía que el director técnico de Eurocopter se iba a jubilar y le convencimos para que abriera un taller para nosotros. Esa clase de experiencia no se puede comprar», añade.
A pesar de la elevada demanda, Dynali no teme a los imitadores: «Las fórmulas son tan precisas que si cambias un solo rodamiento, la máquina no volará», explica Michau. «El secreto está en la puesta a punto; sólo Tonet y yo conocemos la fórmula y lo hacemos a escondidas para que nadie nos pueda ver», sonríe.
No hay duda de que Dynali está despertando interés en todo el mundo. «Nos visitó una delegación china y querían llevarse dos máquinas pagando en metálico y muchos otros países también han mostrado interés», dice Michau. «Los franceses han intentado convencernos para que nos traslademos allí; nos ofrecieron un paquete increíble con todo tipo de ventajas fiscales y beneficios pero, a pesar de que el gobierno belga no ha mostrado ningún interés ni ofrecido ayuda, Jacques es un ciudadano leal y se niega a abandonar su país natal», añade Michau.
Tonet trabajaba en el negocio de avionetas antes de dedicarse a los helicópteros y construyó su primer prototipo monoplaza hace diez años. Tonet nunca pasó del bachillerato y es prácticamente un autodidacta en mecánica e ingeniería. Incluso aprendió solo a volar, una hazaña excepcional. «Cuando lo conocí, vi su pasión, motivación y energía. Yo aporté mi experiencia y así se formó Dynali», dice Michau.
Solución apropiada
El equipo de SKF trabajó en estrecha colaboración con Dynali para seleccionar los rodamientos más apropiados. «El helicóptero tiene unas 130 posiciones de rodamiento», dice Bernard Brootcorne, de SKF Bélgica. «Usamos 45 rodamientos distintos, principalmente rodamientos rígidos de bolas y cabezas de articulación que incorporan rótulas».