Campanas emblemáticas

La iglesia de St. Buryan en Cornualles, Inglaterra, es famosa por tener uno de los carillones más pesados del mundo. Las campanas de la iglesia de St. Buryan tienen una larga historia, en la que también ha habido épocas de silencio.

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La iglesia de St. Buryan en Cornualles, Inglaterra, es famosa por tener uno de los carillones más pesados del mundo. Las campanas de la iglesia de St. Buryan tienen una larga historia, en la que también ha habido épocas de silencio.

El propio campanario fue acabado en 1501, tras 21 años de construcción con granito de la aldea de Lamorna. Algunas de sus piedras pesan más de dos toneladas, lo que le ha dado una enorme solidez. De hecho, un estudio realizado en 1991 mostró que con cuatro de sus campanas moviéndose en la misma dirección, el campanario, de 27 metros de alto, sólo se desplazaba 0,13 milímetros.

La campana número cuatro es la más antigua; data de 1638 cuando la fundición R. Pennington recibió el encargo de fundir ocho campanas. Sin embargo, un inventario de campanas de iglesia realizado a finales del siglo XIX indicó que sólo había tres campanas, fechadas en 1638, 1681 y 1738, lo que sugiere que el encargo nunca quedó finalizado y también que al menos dos restauraciones tuvieron lugar en el transcurso de esos años.

En 1901 Warner’s Bellfoundry volvió a fundir dos de las antiguas campanas, complementadas con un nuevo tenor, y también volvió a afinar la vieja campana tiple. El carillón mejorado se suspendió en un nuevo bastidor resistente de acero y se consagró el 31 de julio. Una banda de cinco hombres de la iglesia de St. Mary, en Penzance, tocó una composición de Bob Minimus. Sin embargo, las campanas luego cayeron en desuso por completo, debido a la falta de interés por parte de grupos de campaneros locales.

Por iniciativa del párroco de St. Buryan, el reverendo Maurice Friggens, un campanero vecino y artesanos locales consiguieron hacer repicar la tiple en un círculo completo en 1981 para conmemorar la boda del príncipe Carlos y Diana Spencer.

Gracias a la iniciativa de otra persona, Chris Venn, que había quedado fascinado por las campanas de St. Buryan desde que aprendió a tañer campanas unos 30 años antes, se restauraron las cuatro campanas y se añadieron otras dos. Después de cuatro meses de trabajo, cambiando ruedas, montantes, guías y poleas, y construyendo una estructura grande de apoyo de acero bajo el bastidor de las campanas, el carillón de cuatro campanas más pesado del mundo repicó el 16 de febrero de 1991.

Por medio de una campaña nacional, en junio de 1992 se habían recaudado fondos suficientes para volver a montar una tiple Gillett & Sons de 1884, proveniente de Holy Trinity de Huddersfield. La renovación más reciente de las campanas antiguas fue realizada por Whitechapel Bell Foundry de Londres y, en enero de 1994, recibieron el encargo para una nueva tenor. Esta campana, St. Solomon, y la tiple fueron montadas en su propio bastidor por debajo de las otras cuatro.

Sin embargo, resultó que a la St. Solomon le faltaba profundidad sonora para emparejarla con la campana de Gillett y, en 2001, se pidió una nueva tiple a Whitechapel.

Todos los cabezales de las campanas llevan rodamientos de rodillos a rótula SKF y se montan en soportes de pie con obturaciones de anillo en V, todo ello donado por SKF. Y cuando repican, las campanas recuerdan a todos, practicantes y no practicantes, su patrimonio histórico.