Distribución integral

 

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Resumen

El Concesionario Oficial SKF Baudoin es el mayor distribuidor de rodamientos de Bélgica, con 300 empleados y una facturación anual de 60 millones de euros. Baudoin ha sido cliente de SKF desde hace 85 años. Su director general Johan Sleebus representa la cuarta generación de Concesionarios SKF en su familia.
Baudoin empezó en Mol y sigue teniendo su sede central en esa ciudad. Tiene otras 10 delegaciones en Bélgica, incluyendo una en Luxemburgo. En 2002, Baudoin fue adquirida por el grupo Eriks, el mayor distribuidor profesional de productos para el mantenimiento, reparación y explotación de Europa. La facturación del grupo Eriks en 2006 se estima en 850 millones de euros; el grupo da empleo a más de 4.200 personas.

 

El belga Pieter Baudoin empezó a comprar rodamientos a SKF en los años 20. Ahora, unos 85 años después, la empresa Baudoin y SKF todavía mantienen una relación comercial estrecha.

Pieter Baudoin empezócon un pequeño taller para reparaciones mecánicas en la ciudad belga de Mol. Se convirtió en cliente de SKF en 1922, antes de constituir formalmente su empresa –Baudoin– en 1926. Desde entonces, ha sido una presencia constante en la cartera de concesionarios SKF. Ambas empresas comparten una filosofía similar y, con los años, han forjado una relación de trabajo que ha dado muy buenos resultados. Johan Sleebus, bisnieto de Pieter Baudoin y actual director general de la empresa, cuenta a Evolution la historia de su empresa y su relación con SKF, que ahora cumple 85 años.

«Mi bisabuelo murió cuando aun era muy joven así que mi abuelo, Gerard Baudoin, tomó las riendas de la empresa en 1932 y empezó a desarrollar la empresa», explica Sleebus desde su despacho en Mol. «En el taller realizábamos todo tipo de trabajos de fresado y taladrado, trabajando con la industria pesada y fabricando recambios especiales como ejes. Al poco tiempo, los clientes empezaron a preguntar si también podíamos fabricar productos para la transmisión de potencia como rodamientos, piñones y poleas, que tenían que montar en los ejes. Así fue como la empresa empezó a trabajar en la distribución.

«La gente que no conocía a mi abuelo creía que era un hombre adusto pero, en el fondo, era una persona muy afable que se esforzaba por dar a sus empleados una atención personal y asegurarse de que se sintieran a gusto», dice Sleebus. «La clave de la relación con sus clientes residía en su capacidad para aportar soluciones técnicas. En vez de ser el más barato, su filosofía se basaba en estar allí para ayudar cuando surgían problemas. Si un cliente tenía un problema a las 3 de la mañana y tenía que parar la producción, mi abuelo iba a ayudarle».

Baudoin también era jefe de bomberos en Mol –en aquella época, voluntarios– y sufrió quemaduras graves en un incendio en la fábrica de un cliente. «Hubo un enorme incendio en una fábrica de vidrio y mi abuelo resbaló cayendo al suelo. Entró vidrio fundido dentro de sus botas y pasó meses en el hospital», dice Sleebus. «Pero le encantaba su trabajo como bombero. Quería ayudar a la gente y también veía a su empresa como un coche de bomberos para la industria local».

 

Desde 15 empleadosen los años 20, Baudoin ahora da empleo a unas 300 personas y su facturación asciende a unos 60 millones de euros. Hace 5 años, Baudoin se unió al grupo holandés Eriks, con 4.200 empleados y una facturación de 850 millones de euros. El grupo de productos más importante de Baudoin es la transmisión de potencia, que representa cerca del 40 % de la facturación. Los rodamientos se incluyen en esta categoría, representando cerca del 20 % de la facturación. Las herramientas suponen el 30 % de la facturación y todos los demás grupos de productos aportan el 30% restante, incluyendo juntas, cauchos y plásticos, productos de mantenimiento, tubos, control de fluidos, máquinas, soluciones para el almacenamiento y el transporte, y equipos y vestimenta de seguridad.

Aunque el negocio de distribución constituye actualmente el 90 % de la facturación de Baudoin, el taller sigue siendo el alma de la empresa. Sleebus aclara que no han conservado esa parte del negocio por sentimentalismo. «Las máquinas averiadas están llenas de piezas estándar», dice, «pero la gente también necesita piezas únicas como ejes, y podemos combinar las dos en una solución completa».

Además de ser un proveedor integral, Baudoin examina el coste total de propiedad con sus clientes y ofrece una gama de servicios destinados a reducir los gastos generales y aumentar la producción para ayudar a combatir la creciente competencia desde los mercados extranjeros. «Intentamos reducir el número de proveedores que necesitan, ofreciéndoles una amplia gama de productos», dice Sleebus. «Les guardamos las existencias que necesitan para que no lo tengan que hacer ellos».

«Nuestra plataforma online optimiza el proceso de pedido y, junto con colaboradores como SKF, suministramos soluciones técnicas completas, trabajando con los clientes para mejorar el mantenimiento y las aplicaciones», explica Sleebus. «Aquí es donde se produce la unión de las dos actividades y es un orgullo para nosotros poder ayudar a la industria belga a ser más eficiente y productiva, gracias a este enfoque basado en los conocimientos».

 

Gerard Baudoin tuvo dos hijas. Monique, la menor –y tía de Sleebus– se casó con Roel Sleebus, quien se hizo cargo de la empresa tras la jubilación de su suegro. La hija mayor y madre de Sleebus, Nicole, se casó Jan Sleebus, médico y hermano mayor de Roel. «Mi tía y mi madre también trabajaron para la empresa desempeñando funciones administrativas; es un negocio con un claro carácter familiar», dice Sleebus, quien se incorporó a la empresa en 1993, inicialmente como responsable de marketing. Posteriormente, sus funciones se ampliaron para incluir ventas, gestión de productos y toda el área de contacto con el cliente. «Yo me ocupaba de las cosas divertidas y mi tío hacía todo lo demás», sonríe.

«En Baudoin, al igual que en el resto del grupo Eriks, seleccionamos por actitud y luego impartimos las habilidades necesarias», dice Sleebus, que lleva ya tres años como director general. «Evidentemente, queremos tener beneficios pero queremos ganarlos dando lo mejor de nosotros y ofreciendo a nuestros clientes una solución, y no limitándonos a hacer lo mínimo. Los empleados de Baudoin tienen en cuenta las consecuencias que tendrán sus acciones para el resto de la empresa. No siempre es fácil explicarlo pero, hablando con alguien, se sabe intuitivamente si esa persona encajará o no en el equipo».

Y, dice Sleebus, esta actitud es compartida por SKF. «Es una colaboración excelente y nuestras comunicaciones son muy abiertas, aunque nuestra relación sigue siendo una de proveedor-cliente», dice. «Desarrollamos soluciones efectivas para los usuarios finales para nuestro provecho mutuo. Se trata de crear cosas juntos y compartir conocimientos. Es una filosofía que se puede ver en SKF. A medida que crecemos, se hace cada vez más difícil mantener el ambiente familiar de la empresa, pero haré todo lo posible por conservarlo porque nuestra gente es nuestro bien más preciado. Y creo que SKF opina lo mismo».


Trabajando en colaboración

Baudoin y SKF colaboran estrechamente en proyectos para optimizar los procesos de los clientes. Cuando un cliente de Baudoin, el fabricante de productos químicos Nippon Shokubai, tuvo un problema con un ventilador, las dos empresas aunaron fuerzas para encontrar una solución.

Nippon Shokubai tenía problemas con un extractor utilizado para evacuar gases tóxicos de su línea de producción. Había que sustituir el ventilador y cambiar los rodamientos cada seis meses. Al tener que parar la línea durante un día entero para realizar el trabajo de mantenimiento, el coste resultaba muy elevado.

Trabajando juntos, SKF y el departamento de ingeniería de Baudoin diseñaron una aplicación nueva con un eje y un alojamiento nuevos, producidos e instalados por el taller de Baudoin en un tiempo mínimo. Hasta ahora, tres años después, no ha sido necesario cambiar el ventilador. El cliente ha calculado que esta solución le ahorra al menos 50.000 euros al año.