Energía solar

En la ciudad alemana de Fürth, cerca de Núremberg, una pequeña empresa dedicada a la energía solar se ha convertido en un gran proveedor del sector fotovoltaico, además de un fabricante de centrales solares completas, una de ellas para SKF.

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En la ciudad alemana de Fürth, cerca de Núremberg, una pequeña empresa dedicada a la energía solar se ha convertido en un gran proveedor del sector fotovoltaico, además de un fabricante de centrales solares completas, una de ellas para SKF.

Industria

La empresa alemana Sunline AG tiene más de 20 años de experiencia en la construcción de centrales solares. Ahora está construyendo una central nueva para SKF sobre el tejado de su Centro de servicios logísticos (Logistics Services Centre) en Schweinfurt, Alemania.

«Cuando comenzamos hace 20 años, la competencia se reía de nosotros», dice Michael Schatz, director general de Sunline, «pero yo llenaba auditorios y entusiasmaba a la gente con la nueva tecnología».

Y Schatz ha conservado intacta su capacidad de irradiar entusiasmo , como demuestra al describir la empresa, su actividad y su tecnología.

La empresa fue fundada en 1986 y empezó a cotizar en bolsa en 2005. «Ahora tenemos más de 10 megavatios instalados, sólo sobre techos y sólo en Alemania», dice Schatz. Los 110 empleados de la empresa generan un volumen de negocio que oscila entre 80 y 100 millones de euros al año.

Naturalmente, la empresa se beneficia de la actual preocupación por el calentamiento global. La Unión Europea quiere producir el 20 por ciento de su energía con fuentes renovables en 2020. «Es una tendencia en la que no hay marcha atrás», dice Schatz. «Y el tren va cada vez más deprisa».

Ese tren también está recibiendo un buen empujón por el marco financiero favorable que rige la energía solar en muchos países. Por ejemplo, en Alemania, hace 17 años que las compañías eléctricas están obligadas por ley a comprar energía a fuentes sostenibles a un precio superior. El precio va bajando con el tiempo, para fomentar el desarrollo de tecnología más eficiente, pero el impulso inicial fue esencial para permitir que los pioneros ganasen dinero. Otros países han seguido el ejemplo de Alemania. Y la tecnología está evolucionando. «Dentro de seis años, con el incremento del coste de otros combustibles y la mayor eficiencia de la tecnología solar, creo que ya no serán necesarios estos precios artificiales», dice Schatz.

La empresa ha logrado encontrar proyectos interesantes, sobre todo en la ciudad donde tiene su sede, Fürth, que significan buena publicidad para sus productos. Por ejemplo, el antiguo vertedero es hoy es una «Montaña energética» de 1,2 megavatios. Los escépticos decían que el vertedero iría hundiéndose con el tiempo, por lo que no sería posible instalar paneles solares encima. «Utilizamos mesas de acero puestas al revés, que daban estabilidad al conjunto, y fijamos los paneles a las patas», explica Schatz. Ahora los paneles cubren dos laderas de la colina y sus destellos se pueden ver por encima de los árboles.

También hay una «Pared solar» de 850 metros de largo, junto al club de golf de la ciudad, con distintos tipos de paneles solares integrados en una pared para generar un total de 1,02 megavatios de electricidad. Fürth, que produce cinco megavatios de energía solar, ahora se llama la «Ciudad solar». «Es, en gran parte, obra nuestra», dice Schatz.

Pero Sunline se siente atraída cada vez más hacia climas meridionales. «Ocho módulos solares, compuestos por varias células fotovoltaicas, producen un kilovatio de electricidad al año en Alemania», dice Schatz. «En España, podemos generar un 50 por ciento más». Además, hay extensas zonas desérticas en España y Marruecos que están lo suficientemente alejadas de los centros de población para poder construir un parque solar grande sin molestar a nadie. «En Alemania, no nos gustaría ver los campos cubiertos de paneles, por lo que el 90 por ciento de nuestras instalaciones se realiza en tejados», dice Schatz. En el sur, Sunline puede pensar a lo grande. «Allí, estamos planeando proyectos de 5 y 10 megavatios», dice.

Sol en el tejado
Un nuevo tejado en el Centro de servicios logísticos de SKF en Schweinfurt, Alemania, brindó una buena oportunidad para hacer algo por el medio ambiente. En el futuro, casi toda la electricidad consumida por el centro procederá del sol.

Otto Wieber, responsable del Centro de servicios logísticos de SKF en Schweinfurt, Alemania, tuvo una idea. El centro necesitaba un tejado nuevo y creyó que era un buen momento para combinarlo con una central fotovoltaica. «Hizo falta mucho tiempo para convencer a la gente», dice, «pero ahora está hecho y a todo el mundo le interesa. Los centros de SKF Logistics Services en otros países se están planteando hacer lo mismo».

Cambiar el tejado, que fue encargado a dos empresas locales, Röder y Handschuh, ya fue todo un reto. El centro estaba a tope de trabajo y no podía cerrar. Por lo tanto, hubo que cambiar el tejado en pequeñas secciones para no interrumpir la actividad que se desarrollaba abajo. Para ello, se creó un pequeño patio en el centro del edificio con espacio suficiente para una grúa. Hubo que construir una pared alrededor del patio e instalar desagües de modo que no entrara agua en el edificio principal. La grúa, que tenía un alcance de 150 metros de diámetro (la mayor construida dentro de un edificio en Alemania) podía extenderse por encima del edificio para recoger material –hasta 2,8 toneladas– y llevarlo a cualquier parte del tejado.

De acuerdo con la estrategia de sostenibilidad de SKF, los materiales utilizados en el nuevo tejado pueden desecharse al final de su vida útil sin tener un impacto negativo sobre el entorno. Pero al menos igual de importante, en términos de sostenibilidad, es lo que hay encima: miles de módulos solares.

Sunline, de la ciudad cercana de Fürth, está construyendo la central eléctrica.

«Cuando se hizo la oferta del contrato por el tejado, se especificó que había que integrar la instalación fotovoltaica en el nuevo techo», dice Michael Schatz, director general de Sunline. «Las otras empresas sugirieron precisamente eso, atornillando los módulos al tejado. Sin embargo, nosotros pensamos que eso crearía cientos de puentes térmicos, por lo que propusimos fijar los módulos a chapas metálicas trapezoidales y simplemente sujetar las chapas al tejado con bloques de hormigón. Creo que por eso nos dieron el contrato».

La nueva central eléctrica cubre una superficie de 15.000 metros cuadrados y produce hasta 700.000 kilovatios de electricidad al año. Con unos 3.900 módulos solares se puede producir suficiente electricidad para 175 hogares de cuatro personas, lo que supone una reducción de 270 toneladas de dióxido de carbono al año.

SKF prevé que el proyecto suministrará el 90 por ciento de la electricidad que consume el Centro de servicios logísticos, pero el personal está trabajando duro para hacer un uso más eficiente de la energía. Según Karl-Heinz Burkhard, jefe de proyectos del Centro de servicios logísticos de SKF: «La moral ha subido mucho aquí. La gente ha visto que SKF realmente se está tomando en serio el tema de la sostenibilidad».

Dice Walter Ragaller, portavoz de SKF Alemania: «Queremos que sea un proyecto modelo. Nos han visitado el Ayuntamiento de Schweinfurt y un parlamentario del Partido Verde, y también queremos que nos visiten las escuelas». Hay planes para construir un centro de visitantes en el tejado, para que la gente pueda ver la central independientemente del tiempo que haga.