Ernest Moniz – Centrado en la eficiencia

 

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Resumen

EDAD: 62 años
VIVE EN: Brookline, Massachusetts
FAMILIA: Casado con Naomi Moniz, profesora emérita de portugués. Su hija es estudiante de doctorado de microbiología marina en el MIT.
AFICIONES: Pesca con mosca y fútbol

 

¿Hay una solución para los intereses opuestos del mundo, de una creciente demanda de energía y la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono? Según Ernest Moniz, director de la Iniciativa Energética del MIT, la hay. La clave está en la eficiencia.

Ernest Moniz, experto en energíadel Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos es el tipo de científico que parte de una perspectiva general. Y la perspectiva general es desalentadora.

¿Cómo podrá el mundo suministrar energía a una población creciente de miles de millones de personas, o satisfacer la creciente demanda de electricidad en China y otros países en vías de desarrollo, sin que las emisiones de dióxido de carbono aumenten de forma espectacular?

Moniz, ex subsecretario de Energía de la administración Clinton, entre 1997 y 2001, es realista. Él cree que el mundo tiene que combinar de forma inteligente todos sus recursos, incluyendo la energía nuclear, el carbón, el gas natural y las fuentes renovables como la energía eólica y solar. Pero, al mismo tiempo, no descarta la posibilidad de que algún genio en algún lugar del planeta –quizás incluso un estudiante suyo– descubra una solución radicalmente nueva.

Mientras tanto, su máxima prioridad es la eficiencia. Aumentando la eficiencia energética, dice, «sólo sumas beneficios». Moniz se incorporó al MIT en 1973, y se especializó en física nuclear teórica. Después de cambiar su interés a las políticas y tecnologías energéticas, ahora es director del Laboratorio de Energía y Medio Ambiente y director de la Iniciativa Energética del MIT.

La eficiencia cumple los tres requisitos de todas las soluciones energéticas, dice: satisfacer necesidades legítimas de desarrollo, proteger los intereses de seguridad nacional y –algo muy importante para Moniz– preservar el medio ambiente.

En cuanto a la reacción de la industria, Moniz cree que, como primer paso, las empresas deben hacer más eficientes sus procesos y edificios. La eficiencia en la construcción, dice, es «la fruta más fácil de cosechar». En los Estados Unidos, por ejemplo, los edificios comerciales y residenciales representan el 70 por ciento de la demanda total de electricidad del país. Otros sectores donde podrían obtenerse grandes ahorros energéticos incluyen los procesos industriales, el reciclaje y la refabricación.

En su búsqueda de soluciones de energía reales, Moniz colabora con varios consejos asesores de empresas de seguridad nacional y energética.

Mirando el futuro de la energía global, Moniz habla de teravatios. Un teravatio es una medida del uso de la energía que representa un billón de vatios de potencia eléctrica. Actualmente, el mundo consume 14 teravatios o 14 millones de megavatios.

¿Qué ocurrirá cuando la población mundial alcance los 9.000 millones de personas, desde los 6.700 millones actuales? ¿Qué ocurrirá cuando el nivel de vida en la India y China se aproxime al nivel europeo? ¿Qué ocurrirá cuando el uso mundial de energía se duplique? Sólo pensarlo produce vértigo.

 

En 2003, Moniz fueel autor principal de «El futuro de la energía nuclear», un informe del MIT sobre la viabilidad de incrementar la capacidad de generación de energía nuclear en los Estados Unidos. Desde entonces, se le considera un defensor de la energía nuclear, que no emite dióxido de carbono a la atmósfera. Pero Moniz se irrita cuando se sugiere que promueve la opción nuclear. Dice que estudia todas las fuentes potenciales de energía que tiene el mundo y añade: «No tengo intereses en ninguna en concreto».

Además, dice, la energía nuclear por sí sola no podrá satisfacer la demanda de energía del mundo. Hoy, la capacidad mundial de energía nuclear suma un tercio de teravatio, del total de 14 teravatios. Incluso si se produce un resurgimiento, dice Moniz, la producción máxima que se podría conseguir en 2050 no pasaría de un teravatio.

El carbón puede ser más prioritario, dice Moniz. Es barato y abundante; Estados Unidos, China y la India tienen reservas enormes. En el espacio de tan sólo un año, China aumentó la producción de energía con carbón en un décimo de teravatio. La pasada primavera, el MIT publicó un segundo informe en su serie sobre la energía, «El futuro del carbón», en el que Moniz y sus coautores del MIT promueven la recuperación del dióxido de carbono para impedir que el carbón acelere el calentamiento global. «Tenemos que controlar los problemas medioambientales del carbón», dice Moniz.

El siguiente informe de la serie del MIT tratará sobre la energía solar, que según Moriz tiene un enorme potencial a largo plazo, porque el sol irradia cientos de teravatios a la Tierra. Pero el aprovechamiento rentable de esa energía sigue plagado de ineficiencias y se necesitan avances tecnológicos.

 

Moniz es optimistarespecto al potencial de la tecnología para resolver los retos energéticos del mundo. Pero no siente el mismo optimismo respecto a la capacidad de los humanos de cambiar sus hábitos de consumo. Sin compartir las visiones apocalípticas del futuro, cree que tendremos que hacer «algunos ajustes importantes» para hacer frente al calentamiento global. Teme que el mayor peso recaiga en los pobres del mundo, que tienen pocos recursos para hacer esos ajustes.

En su propio ámbito, Moniz se entusiasma con la iniciativa de los estudiantes del MIT para solucionar los problemas energéticos del mundo. El MIT Energy Club, con más de 700 socios, promueve un amplio espectro de conferencias y actividades sobre la eficiencia energética. Como un padre orgulloso, Moniz muestra una fotografía de un grupo de estudiantes de ingeniería trabajando en la construcción de un coche supereficiente. Su lema: «Somos nosotros a quienes esperábamos».


SKF y el MIT

Conservar energía es una idea popular pero las empresas quieren ver resultados en sus balances: ¿Cuánto pueden ahorrar si mejoran la eficiencia energética a lo largo de la vida útil de sus equipos? SKF ha colaborado con el Massachusetts Institute of Technology de Estados Unidos para desarrollar modelos que cuantifican los ahorros energéticos en sistemas como fábricas papeleras, parques eólicos y aviones comerciales.

Para calcular el ahorro potencial de energía, los expertos de SKF ofrecen a sus clientes una valoración llamada Análisis de las Necesidades del Cliente – Energía y Sostenibilidad. Esta valoración permite estimar el ahorro energético para un proceso de fabricación entero o una aplicación concreta. Las mejoras pueden pasar por instalar rodamientos de baja fricción, evitar la desalineación de ejes y mejorar las prácticas de mantenimiento. En la planta de un cliente, SKF pudo identificar una docena de áreas de mejora con un ahorro energético potencial total de 100.000 dólares al año.