Grandes ruedas que no se detienen
Resumen
La sede de Codelco se encuentra en Santiago, Chile. En 2008, los beneficios de la empresa antes de impuestos ascendieron a 4970 millones de dólares (3330 millones de euros) y los ingresos de explotación derivados de la extracción de cobre totalizaron 10 000 millones de dólares (6750 millones de euros). Durante el mismo año, Codelco invirtió más de 50 millones de dólares (33,5 millones de euros) en investigación e innovación tecnológica, y tenía 19 300 empleados.
Al ritmo actual de producción, se estima que Codelco tiene reservas suficientes de cobre para otros 70 años de actividad extractiva.
Para describir la mina de cobre de Chuquicamata, en el norte de Chile, hace falta utilizar todos los sinónimos de la palabra «grande». Todo lo que tiene que ver con Chuquicamata es inmenso. Enorme. Descomunal.
Chuquicamata se encuentra en el lugar más árido de la Tierra, el desierto de Atacama, al oeste de los Andes. Pruebas realizadas por la NASA han mostrado que ni siquiera los microorganismos pueden sobrevivir en este entorno extremo. Pero la industria minera rebosa vida. Chile aporta más del 35 por ciento de la producción mundial de cobre, y las minas más importantes se encuentran en Atacama.
Cuando te asomas sobre la mina a cielo abierto de Chuquicamata, cuesta asimilar el enorme tamaño de lo que estás mirando. El pozo que se extiende a tus pies es inmenso; mide unos seis kilómetros de largo, cuatro de ancho y 1200 metros de profundidad. Te hace sentir diminuto.
Luego subes a una camioneta, adelantas a un camión volquete en una carretera polvorienta y te sientes aún más pequeño. El conductor del camión está sentado en una cabina varios metros por encima de ti. Si tu camioneta, como todas las de Chuquicamata, no tuviera una alta bandera naranja detrás, el conductor ni siquiera te vería.
La mina tiene 94 volquetes pesados y 13 palas excavadoras que trabajan a diario sacando y transportando el mineral después de barrenar y hacer las voladuras. Cada día se extraen de la fosa unas 600 000 toneladas de mineral. Para que un volquete pueda manejar cantidades tan grandes, debe ser capaz de transportar hasta 400 toneladas en cada viaje desde el fondo del pozo.
Invertir en este tipo de equipos móviles de minería es caro. Para muchas empresas mineras, es la inversión más importante que hacen. Una sola rueda de un volquete del tipo utilizado en Chuquicamata cuesta 18 000 dólares (12 000 euros); una pala cuesta 30 millones (20 millones de euros).
Los volquetes y palas no deberían detenerse nunca. En Chuquicamata se trabaja los 365 días del año y es vital asegurar la fiabilidad y disponibilidad de los equipos móviles. Pero mantenerlos funcionando con un mantenimiento mínimo es un reto constante en las duras condiciones –el polvo, las cargas– a las que están expuestos diariamente.
«Cada día, la gente de producción pide más máquinas y más disponibilidad», dice Óscar Olivos, jefe de mantenimiento de equipos de minería. «Pero también necesitamos tiempo para reparar los camiones y las máquinas. Es una lucha diaria».
Para salir victoriosa de esa lucha y contener los costes de mantenimiento, la empresa propietaria de la mina, Codelco (Corporación Nacional del Cobre de Chile), está probando Copperhead, el equipo de detección de fallos en línea de SKF. El sistema de monitorización de vibraciones detecta y monitoriza el estado de los sistemas mecánicos, midiendo parámetros como velocidad, temperatura, vibración y carga durante el funcionamiento de los equipos.
Los datos se transfieren de forma inalámbrica y se analizan, lo que permite programar el mantenimiento y las reparaciones en la primera oportunidad disponible, en vez de seguir un calendario fijo en el cual los equipos se detienen para inspeccionarlos, independientemente de que necesiten reparaciones o no.
«La colaboración con SKF es fundamental», dice Olivos. «Se exige cada vez más precisión en la monitorización de equipos móviles y hay que buscar nuevas tecnologías para conseguirla. Codelco quiere seguir extrayendo cobre en Chuquicamata durante muchos años. Y para que esa visión pueda ser realidad, debemos controlar los costes. Ahí es donde SKF puede ayudarnos».
Y para Codelco, el dinero ahorrado en Chuquicamata significa más ingresos para el Estado. Codelco es de propiedad estatal al cien por cien y debe responder ante más de 16 millones de exigentes «accionistas», los ciudadanos de Chile.
La extracción de cobre tiene una larga historia en Chile. En el período precolombino, las culturas indígenas de la región elaboraban herramientas de cobre, desarrollaban técnicas metalúrgicas básicas e incluso producían aleaciones. Más recientemente, se descubrió en la mina de Chuquicamata una momia que data de alrededor del año 550 de nuestra era. Apodado el «hombre de cobre», el minero momificado se había quedado atrapado en un antiguo pozo por la caída de una roca.
A principios del siglo XX, Chile era líder mundial en la producción y exportación de cobre. Pero empresas norteamericanas empezaron a interesarse por la extracción de cobre chileno, invirtiendo en minas como la de Chuquicamata. En los años 50 se firmó un convenio por el cual se otorgó a Chile el control del 20 por ciento de su producción de cobre.
La nacionalización del cobre se formalizó en 1971, cuando una reforma constitucional estableció una participación estatal del 51 por ciento en las reservas de cobre del país. Codelco fue constituida en 1976. Desde entonces, ha ido creciendo hasta convertirse en el mayor productor de cobre del mundo, propietaria de cerca del 20 por ciento de las reservas mundiales de cobre. En 2008, Codelco produjo 1,5 millones de toneladas de cobre fino.
Para Codelco, producir cobre al menor coste posible para el pueblo chileno es un objetivo prioritario. Pero también tiene otros objetivos cruciales. En 2003 se aprobó la política de desarrollo sostenible de Codelco, que estableció el desarrollo sostenible y la responsabilidad social como elementos importantes de su proyecto empresarial.
Según afirma la «Política Corporativa de Desarrollo Sustentable» de la empresa: «La misión de Codelco es desplegar, de forma responsable y ágil, toda su capacidad de negocios mineros y relacionados, con el propósito de maximizar a largo plazo su valor económico y su aporte al estado de Chile». Codelco ya ha recorrido gran parte de este camino. En 2008, el índice global de accidentes de Codelco fue el más bajo de su historia. Durante ese mismo año, Codelco invirtió 54 millones de dólares (36 millones de euros) en proyectos medioambientales.
«Aquí en Chuquicamata, la sostenibilidad y la seguridad son nuestros principios rectores», dice Olivos. «Cuando contratamos un trabajador nuevo, primero hablamos de seguridad y sostenibilidad, y luego hablamos del proceso».
SKF en Chuquicamata
En la planta concentradora, donde se pulveriza el mineral de cobre, varios productos y servicios de SKF ayudan a reducir los costes de mantenimiento y aumentar la fiabilidad y seguridad. Entre ellos se incluyen:
-
Un sistema en línea de monitorización de vibraciones de equipos rotativos. Este sistema, desarrollado como proyecto conjunto con el gigante de la automatización de procesos Honeywell, facilita el control operativo y mantenimiento predictivo de la planta, al identificar daños incipientes en equipos rotativos críticos.
-
Retenes de gran diámetro para molinos. El sistema de obturación utilizado en los muñones de los molinos ha sido mejorado con el uso de retenes de gran diámetro, que se fabrican en un material conocido por su resistencia a la abrasión y al desgaste.
-
Zapatas hidrostáticas. Estos componentes pueden trabajar en condiciones extremas y soportan las pesadas cargas de los molinos SAG, que tienen una capacidad de proceso de 182 000 toneladas al día. SKF también ofrece un programa personalizado de servicios de reparación y mantenimiento.
-
Soluciones de lubricación. Para los sistemas de lubricación de los molinos, SKF suministra bombas de lubricación, que aportan ahorros significativos al reducir los costes de reparación y renovación.
Para los equipos de minería móviles, la mina de Chuquicamata está probando el sistema SKF Copperhead, que combina un robusto sistema de monitorización en línea con sensores de vibración y temperatura resistentes y un software de análisis fácil de usar. Desarrollado específicamente para vehículos todoterreno que trabajan en condiciones ambientales extremas, el sistema monitoriza la vibración, temperatura, velocidad y otros parámetros específicos.