Hacia las estrellas

 

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Resumen

La Société Anonyme Belge de Constructions Aéronautiques (SABCA) se fundó en 1920 para satisfacer las necesidades de la creciente industria de la aviación. Desde entonces, se ha diversificado en tres mercados: aviación civil, defensa y aerospacial. La facturación actual de SABCA asciende a unos 112 millones de euros y da empleo a más de 1.000 personas en tres centros en Bélgica.

 

El trabajo en equipo es el ingrediente esencial en el desarrollo del nuevo cohete lanzador Vega, que iniciará la fase de pruebas a finales de 2007.

Desde el lanzamientodel Sputnik, el 4 de octubre de 1957, el hombre no ha parado de enviar satélites al espacio. Actualmente, más de 800 satélites activos orbitan alrededor de la Tierra. De éstos, aproximadamente dos tercios son satélites de comunicación; el resto se utiliza para la navegación, la vigilancia militar, la observación, la astrofísica, las ciencias de la Tierra y la meteorología. Pero a pesar de la tendencia creciente hacia satélites de mayor tamaño, se ha identificado una necesidad de cohetes lanzadores más pequeños para poner en órbita satélites más ligeros. Aquí es donde entra el Vega.

Con sólo 30 metros de altura y 3 metros de diámetro, el lanzador Vega despegará en 2007, llevando al espacio satélites con cargas útiles de 300 a 2.000 kilogramos. El Vega es un lanzador de un solo cuerpo compuesto por tres secciones con propulsión sólida y un módulo superior con propulsión líquida. Para mantener los costes al mínimo, se utilizan avanzadas tecnologías de bajo coste así como las instalaciones de producción existentes de los lanzadores Ariane, las hermanas mayores del Vega.

Vega es un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Italiana y la Agencia Espacial Europea (AEE). El desarrollo empezó en 1998 y en 2005, se firmó un contrato entre el contratista principal del Vega, la empresa italiana European Launch Vehicle Spa (ELV), y la Société Anonyme Belge de Constructions Aéronautiques (SABCA) para el desarrollo y la calificación de los subsistemas del control del vector de empuje (TVC) del Vega.

Como especialista en vehículos espaciales, aviones militares y civiles, y con una lista de clientes que incluyen a Airbus, Boeing, Dassault, EADS-ST y Arianespace, SABCA es la empresa más indicada para el trabajo.

El TVC es un subsistema crítico para el lanzador Vega porque garantiza el control del lanzador durante las fases clave de propulsión. El sistema TVC se compone de dos actuadores electromecánicos, una unidad integrada de potencia y propulsión, una batería y un colector de cables que conectan entre sí todos los elementos individuales. La unidad integrada de potencia y propulsión recibe sus órdenes directamente del ordenador a bordo, que se monitoriza desde la estación base.

 

«Ariane 5, el último lanzadorde Arianespace, utiliza actuadores hidráulicos convencionales pero para el Vega utilizamos actuadores electromecánicos, toda una primicia para la AEE,» explica Kristof Decoster, ingeniero de diseño en SABCA que se incorporó al proyecto en 2004. Decoster lleva los actuadores desde la fase de diseño a la implantación, examinando todos los elementos incluyendo el motor, los engranajes, el husillo de rodillos y los sistemas de medición.

«Las exigencias son mucho más estrictas para los actuadores utilizados en lanzadores», explica Decoster. «Deben soportar vibraciones extremadamente intensas, temperaturas muy altas y fluctuaciones extremas de la temperatura, y deben soportar condiciones de vacío. Además, previamente al lanzamiento, en Kourou, en la Guyana francesa, deben soportar un clima cálido, húmedo y corrosivo, expuestos al polvo y a la sal».

Decoster cree que los actuadores electromecánicos son más fáciles de usar que los actuadores hidráulicos y que la tecnología supone una mejora significativa. «Pesan menos y cualquier ahorro de peso en los componentes utilizados para propulsar un lanzador, significa una mayor carga útil», explica. Los actuadores hidráulicos requieren recipientes a presión muy alta para el líquido hidráulico en el lanzador, mientras que los actuadores electromecánicos simplemente requieren una batería. «Además, los actuadores electromecánicos reducen el mantenimiento y facilitan la preparación del lanzador para el despegue. También serán más fáciles el almacenamiento y las pruebas ya que el sistema entero es mucho más flexible», dice.

«Nos pidieron una primera propuesta a finales de los 90. Se tardaron dos años en definir la nueva arquitectura y elaborar una especificación que sirviera de base para una oferta», explica Josiane Evrard, jefe de proyecto senior del departamento de mecatrónica de SABCA. «La primera fase del diseño preliminar finalizó en marzo de 2004 y ahora casi hemos acabado la fase de diseño crítica. La fase de calificación empezó a principios de este año y durará seis meses». El primer lanzamiento de calificación del Vega está programado para finales de 2007 y, si todo va bien, la producción del Vega podría empezar poco después.

 

Evidentemente, la precisiónexigida en la producción de componentes para cohetes espaciales es rigurosísima pero, con más de 40 años de experiencia en la producción de material espacial, SABCA está sobradamente cualificada. Sólo en la estructura frontal del Ariane 5, hay más de 2.000 tornillos y cada uno debe posicionarse con una precisión extrema, para conseguir una tolerancia de 5 micras. Es un trabajo que tarda unos cuatro meses. «Es una enorme responsabilidad», dice Evrard.

Además, al ser un proyecto conjunto compartido entre muchos países, si algún socio en cualquier región se da cuenta de que algo no va a funcionar en su parte del proyecto, esto afecta a todas las demás partes y todos los países participantes deben parar, reevaluar y volver a aprobar el proyecto, lo que explica por qué los plazos son tan largos.

Cuando el Vega finalmente despegue, ¿no será doloroso ver cómo tantos años de duro trabajo se van destruyendo sucesivamente a medida que el cohete gana altura? «Si hace lo que tiene que hacer, el hecho de que se destruya no es tan trágico», sonríe Decoster. Evrard añade: «Creo que todos sentiremos lo mismo cuando empiece a elevarse: ‘¡Ahí va mi pequeño!’».


Un componente esencial

SKF suministra husillos de rodillos, un componente esencial de los actuadores, a la planta de SABCA en Bruselas, Bélgica. «SABCA y SKF llevan muchos años trabajando juntos. Es una colaboración de verdad, trabajando estrechamente con una comunicación continua y mutuamente beneficiosa», dice Candide Netchenawoe, que trabaja en el departamento de compras y subcontratación para programas espaciales de SABCA.

«Para nosotros, todo se reduce al trabajo en equipo», dice Netchenawoe. «Y, por encima de cualquier otra cosa, lo que buscamos en nuestros proveedores es competitividad. Nuestros clientes más importantes siempre están buscando formas de reducir costes y nosotros debemos hacer lo mismo con nuestros proveedores».

Añade que la proximidad también es esencial. «Cuanto más lejos estamos del proveedor, mayores son los problemas de transporte», dice Netchenawoe. «Y, por supuesto, la calidad y la fiabilidad son tremendamente importantes».