Haciendo lo correcto Joan Bavaria

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Resumen

Joan Bavaria
Edad: 61
Familia: Casada con Jesse Collins; dos hijos adultos
Domicilio: Divide su tiempo entre Marblehead, Massachusetts; Tiburon, California; y los viajes de trabajo. «Dividimos nuestro tiempo en tercios», dice.
Aficiones: Fotografía, piragüismo, caminar, montar en bicicleta y cocinar.
Libros favoritos: A Conspiracy of Paper, de David Liss, sobre los inicios del mercado de valores en Inglaterra («Consuela mucho leer que las cosas eran peores»), The Poisonwood Bible de Barbara Kingsolver.
Película favorita: Little Voice.

«Si no eres parte de la solución, eres parte del problema» dicen a menudo los ecologistas y los activistas sociales. Joan Bavaria, asesora de inversiones, ecologista y pionera en el movimiento internacional a favor de la empresa sostenible está claramente del lado de la solución.

Joan Bavaria sabe lograr sus objetivos. Fue una lección que aprendió en los años 70, cuando desafió a la cúpula directiva con un programa de gimnasia de mediodía en el banco para el que trabajaba en Boston, Estados Unidos. Pese a la oposición de la dirección, el programa se hizo realidad y le trajo una oleada de atención mediática, felicitaciones del Consejo Presidencial para la Forma Física y el Deporte de Estados Unidos y –lo que es más importante– la gratitud de sus compañeros.

«Sabía que era lo correcto», dice ahora. «A la gente le encantó. Venían a verme y me decían: ‘Éste es el único descanso que tengo en todo el día’. Me di cuenta de que, a veces, si no puedes usar la puerta principal has de intentarlo por otra vía».

A lo largo de su carrera, Bavaria ha seguido muy atenta para hacer lo correcto. Es pionera del movimiento de inversiones socialmente responsables y una gran defensora de la empresa sostenible, y, entre otras cosas, ayudó a fundar Trillium Asset Management, en 1982. Bavaria, que sigue siendo presidenta y consejera delegada de Trillium, dice que la idea «no era simplemente crear otra sociedad de inversiones, sino ver el capitalismo desde una perspectiva multidimensional. En la compañía todos estamos interesados en estudiar la economía y, en particular, el mundo de las inversiones, y en ver cómo podemos integrar objetivos medioambientales y sociales en el proceso».

En la actualidad, Trillium tiene 33 empleados –que también son propietarios– y gestiona unos 630 millones de euros. Publica estudios sobre asuntos sociales e inversiones, trabaja con clientes y empresas en temas relacionados con la gestión social y medioambiental, aporta importantes recursos al activismo social y al trabajo comunitario, y dona el 5% de sus beneficios antes de impuestos a organizaciones benéficas.

Mirando atrás, Bavaria dice: «No fue una línea recta desde el banco hasta Trillium, pero mis experiencias en el banco cambiaron mis ideas sobre las empresas. Me di cuenta de que a veces, para hacer cambios, tienes que encontrar puntos de presión que no siempre se encuentran en las normas establecidas por la dirección».

Hoy, buena parte del trabajo de Bavaria se centra en temas relacionados con la sostenibilidad –el nombre de Trillium expresa los tres elementos intrínsecos a la sostenibilidad: ecología, economía y equidad– pero no tarda en decir que la idea que ella tiene de la palabra es diferente de la de muchos analistas económicos. «Va unida a la palabra crecimiento’», dice. «Yo no estoy tan segura de que haya una necesidad inherente de crecimiento. El sector en el que yo trabajo, el de las inversiones, obliga a las empresas a decir ‘crecimiento sostenible’ porque, si no lo hacen, sus acciones bajan. Pero a muchas empresas no les importa tanto sus beneficios trimestrales. Les importa ser viables y sólidas, les importa servir a sus clientes y empleados, y les importa desempeñar sus actividades y ser competitivas, pero no necesariamente quieren ser esclavas de esas comparaciones trimestrales de los beneficios.

«Así pues, para nosotros, la sostenibilidad sería un sistema que considera los costes medioambientales y sociales de la actividad económica y se preocupa por la salud de las instituciones económicas. Pero esto podría obligar a cambiar los horizontes temporales y abandonar la idea de que tiene que haber crecimiento y actividad económica, independientemente de la población y los recursos subyacentes.

«Las empresas siempre crecerán haciéndose con los negocios de otras personas o creando nuevos negocios», dice, «así que ahí hay crecimiento, pero no sé si se debe pensar que todo necesita crecer».

Este punto de vista es compartido por los clientes de Trillium, a quienes Bavaria califica de «muy progresistas».

«Somos una compañía con un claro predominio femenino y hay quienes acuden a nosotros más por la idea de la mujer», dice. «Pero para la mayoría de la gente el medio ambiente es probablemente el tema principal. Es también el área más importante para mí personalmente».

«Cuando empezamos este trabajo en 1982, casi no había confluencia entre la comunidad inversora y los temas medioambientales, y nosotros los hemos unido. Ahora hay una enorme actividad por parte de los inversores y las empresas en torno al medio ambiente. Los principios que surgieron de la creación de CERES [Coalición para Economías Medioambientalmente Responsables] han proporcionado un marco a las empresas. Hoy es totalmente diferente».

Bavaria fue miembro fundador y presidenta durante muchos años de CERES, que fue fundada en 1989 como una asociación de destacados grupos ecologistas e inversores institucionales que buscaban modos de alinear el dinero invertido con la responsabilidad social y medioambiental. La necesidad de que las empresas diesen una información exacta llevó a la elaboración de los Principios CERES, 10 directrices para la gestión medioambiental.

Los 10 principios abarcan la protección de la biosfera, el uso sostenible de los recursos naturales, la reducción y eliminación de residuos, la conservación de la energía, la reducción de riesgos, productos y servicios seguros, la recuperación del medioambiente, la información al público, el compromiso de la dirección, y las auditorías e informes.

«Desde el principio sabíamos que no iríamos a ninguna parte a menos que obtuviésemos una buena información», dice Bavaria. «Te llegaban datos del gobierno, de los grupos ecologistas, de las empresas, pero no podías confiar en que fueran objetivos y exactos. Así que impulsamos la idea de una declaración de objetivos corporativos relacionados con el medio ambiente y la obtención de información directamente de las empresas. La Global Reporting Initiative salió de ahí, y es ahora una directriz para la elaboración de informes sobre sostenibilidad».

Al final, dice Bavaria, todo depende de la gente. «Las empresas no son entidades sin rostro, son un conjunto de personas», dice. «Y a las personas les gusta ser tenidas en cuenta. El mensaje que quiero transmitir cuando estoy con directivos no es más que éste: ‘Hagan lo correcto, lo que crean que es lo correcto’. Para nosotros, lo importante siempre ha sido la gente. A veces es el director general, otras es un gerente. Pero fundamentalmente la mayoría de la gente es buena y quiere tener la oportunidad de hacer lo correcto, y yo me limito a darles esa oportunidad».


Una reconocida ecologista

La asesora de inversiones y ecologista Joan Bavaria ha recibido un reconocimiento considerable por su trabajo a lo largo de su carrera. Entre sus muchos premios, recibió (junto con Tessa Tennant del Reino Unido) el Premio Internacional del Medio Ambiente 2004 de la Ciudad de Gotemburgo por sus esfuerzos «para estimular un desarrollo positivo y continuo y atraer la atención hacia proyectos medioambientales estratégicamente interesantes ya implementados». En 2000, la Cruz Verde Internacional (junto con su organización en Estados Unidos, Global Green USA) le concedió el Premio Milenio al Liderazgo Medioambiental Corporativo, y en 1999 fue nombrada «Héroe del Planeta» por la revista Time, que la calificó de «ardiente activista» a favor de las inversiones socialmente responsables y el medio ambiente.