Ingenieros para el futuro
Resumen
Brotan las semillas
El salón de actos de la Universidad Szent István de Gödöllő (SZIE) está decorada con un relieve de 120 metros cuadrados creado por el artista húngaro Amerigo Tot, que representa una semilla, símbolo del principio de todo. La propia SZIE es un motor de creatividad: ha utilizado parte de su presupuesto educativo para comprar equipos SKF y mejorar el nivel de la enseñanza impartida. Espera intensificar la transferencia de conocimientos entre la universidad, SKF y las empresas de la región. «Esos equipos no funcionan sin conocimientos», dice Tibor Mezei, director de asuntos académicos. «Los conocimientos nos los da SKF gratuitamente, que pone a disposición de la universidad las competencias técnicas de sus especialistas. Las empresas de la región empiezan a interesarse por los estudiantes y también por la tecnología y los métodos de SKF». El nuevo laboratorio de formación e investigación cuenta con equipos básicos y accesorios para la alineación de ejes y máquinas, incluyendo instrumentos para medir la vibración y herramientas para el montaje y desmontaje de rodamientos. Gracias a estos instrumentos, la universidad podrá impartir conocimientos técnicos del más alto nivel. Por su parte, SKF podrá hacer realidad su estrategia de «trascender el ámbito de los rodamientos y ofrecer al mundo sus conocimientos», dice József Budinszki, director de SKF Reliability Systems. Las semillas son sólo el principio. Seguirán creciendo.
El nuevo laboratorio de la Universidad de San Esteban, en Hungría, desempeña una función pionera en la formación de una generación de ingenieros con experiencia en tecnologías punteras y en el intercambio entre el mundo académico y la industria.
En abril de 2010, se inauguró un nuevo laboratorio de formación e investigación en la facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de San Esteban (Szent István Egyetem o SZIE) en Gödöllő, Hungría. El nuevo laboratorio, creado como iniciativa conjunta entre SKF y la universidad, está situado dentro del Centro de Ingeniería Informática de la universidad.
La idea nació en la Universidad de Gödöllő, que propuso a SKF la creación del laboratorio una vez finalizadas las obras de reforma de su Centro de Investigación en 2008. «Queríamos hacer llegar la tecnología a nuestros estudiantes para estrechar vínculos con la industria y formar ingenieros que fueran muy solicitados en el mercado laboral», explicó el rector László Solti en la inauguración. «Nuestra universidad quiere educar ingenieros que sepan cómo es un centro de trabajo».
Integrar la formación académica y la práctica tiene cada vez más importancia para estimular el interés por la ingeniería entre los estudiantes húngaros. En el pasado, eran generalmente reacios a matricularse en una carrera técnica, lo que provocó una gran escasez de ingenieros de primer nivel en el mercado laboral. El nuevo laboratorio desempeñará un papel fundamental a la hora de despertar el interés de los estudiantes húngaros.
Según István Szabó, director de la facultad de Ingeniería Mecánica, formar ingenieros altamente capacitados sería impensable sin los instrumentos modernos que aporta el nuevo laboratorio. Además, el laboratorio también creará nuevas oportunidades para SKF, ya que su tecnología podrá ser utilizada no sólo por la facultad de Ingeniería Mecánica sino también por otras áreas.
Por su parte, con su patrocinio del laboratorio de la SZIE, SKF pretende fomentar la transferencia mutua de conocimientos entre estudiantes, profesores y SKF. «Si no prestas atención a los estudiantes, a sus innovaciones e ideas, no sabrás qué estará ocurriendo en la práctica industrial dentro de 5 ó 10 años», dice Rene Laebel, director de SKF Reliability Systems. «Después de todo, son nuestros futuros socios comerciales y clientes potenciales».
Tamás Szabó, director general de SKF Hungría, comenta que hace unos años, una empresa cazatalentos le pidió que recomendara a ingenieros con profundos conocimientos teóricos y prácticos, y un buen dominio de idiomas extranjeros. Con cierta vergüenza, tuvo que admitir que no conocía a ninguno. Szabó espera en el futuro poder encauzar esas empresas hacia los estudiantes de la SZIE. Szabó recuerda que cuando él era estudiante, la gente peleaba por hacerse con el catálogo de SKF, el único catálogo de su tipo publicado en húngaro. Los catálogos eran especialmente útiles para ejercicios de informática y diseño. Hoy se pueden pedir en CD o descargarse desde el sitio web internacional de la empresa.
Paralelamente al descenso del número de estudiantes de ingeniería, se ha producido una caída en la calidad de la enseñanza. La universidad ha compensado este déficit incrementando el número de horas de enseñanza de física y matemáticas pero, ahora, el nuevo laboratorio llenará un hueco importante, aportando tecnología avanzada. Muchas empresas internacionales han establecido centros de producción en Hungría, incluyendo la región de Gödöllő, y estos centros necesitan profesionales preparados. «Esta demanda sólo podrá satisfacerse si familiarizamos a nuestros estudiantes con la tecnología más actual: la tecnología que se usa en la industria en general o incluso a un nivel superior. Ahora la tenemos en el laboratorio de SKF», dice Tibor Mezei, director de asuntos académicos de la universidad.
SZIE y SKF tienen intereses comunes, explica Tamás Szabó. A la universidad le interesa atraer al mayor número posible de estudiantes; a SKF le interesa incrementar el número de accionistas. Este laboratorio, el tercero en la región (hay otros en Lituania y la República Checa), puede ayudar a conseguir estos objetivos.
Además del nuevo laboratorio, la administración de la Universidad de Gödöllő tiene sus esperanzas puestas en el próximo lanzamiento de una «Academia SKF». Con esta Academia, se pretende crear un centro donde se organizarían cursos en distintos campos tecnológicos a cargo de expertos de SKF, en colaboración con profesores universitarios, abarcando tanto la educación de adultos como la formación continua de profesionales que trabajan en distintas empresas, dice Tibor Mezei. En el acto inaugural celebrado en abril, tanto desde la universidad como desde SKF, se expresó la esperanza de que el nuevo laboratorio marque sólo el principio de una relación duradera.
Brotan las semillas
El salón de actos de la Universidad Szent István de Gödöllő (SZIE) está decorada con un relieve de 120 metros cuadrados creado por el artista húngaro Amerigo Tot, que representa una semilla, símbolo del principio de todo. La propia SZIE es un motor de creatividad: ha utilizado parte de su presupuesto educativo para comprar equipos SKF y mejorar el nivel de la enseñanza impartida. Espera intensificar la transferencia de conocimientos entre la universidad, SKF y las empresas de la región. «Esos equipos no funcionan sin conocimientos», dice Tibor Mezei, director de asuntos académicos. «Los conocimientos nos los da SKF gratuitamente, que pone a disposición de la universidad las competencias técnicas de sus especialistas. Las empresas de la región empiezan a interesarse por los estudiantes y también por la tecnología y los métodos de SKF». El nuevo laboratorio de formación e investigación cuenta con equipos básicos y accesorios para la alineación de ejes y máquinas, incluyendo instrumentos para medir la vibración y herramientas para el montaje y desmontaje de rodamientos. Gracias a estos instrumentos, la universidad podrá impartir conocimientos técnicos del más alto nivel. Por su parte, SKF podrá hacer realidad su estrategia de «trascender el ámbito de los rodamientos y ofrecer al mundo sus conocimientos», dice József Budinszki, director de SKF Reliability Systems. Las semillas son sólo el principio. Seguirán creciendo.