Desde hace más de 150 años, las exposiciones internacionales han sido una de las mayores atracciones creadas por el hombre. Y a juzgar por la Expo 2010 de Shanghái, China, lo mejor y más grande aún está por llegar.

China piensa a lo grande. Se cree que la Expo 2010, que se inaugurará en mayo en Shanghái, será la mayor exposición internacional de la historia. Un total de 228 países y organizaciones internacionales han anunciado su participación. Los organizadores predicen que unos 70 millones de personas la visitarán durante los seis meses que estará abierta, de los cuales el 95 por ciento serán chinos. Y la factura final para la Expo 2010, en una ciudad que ya está gastando mucho en infraestructuras y renovación, terminará en algo más que los 2000 millones de euros anunciados.

Quizás la principal razón del enorme interés que ha despertado la Expo 2010 es el creciente protagonismo de China en la economía mundial. Siguiendo la huella del éxito de los Juegos Olímpicos de 2008, es la oportunidad de China para salir al escenario mundial y decir: «Aquí estamos».

Todos los países que han organizado una exposición universal, (exposición internacional o expo), esperan un efecto similar. Aunque la idea de una exposición mundial es que todos los países se reúnan, muestren y compartan sus tecnologías, artes y culturas, el centro de atención recae sobre la ciudad anfitriona y su capacidad para montar un espectáculo que deslumbre al mundo entero.

Estos acontecimientos tienen una larga tradición. El primero fue la Gran exposición de los trabajos industriales de todas las naciones, conocida más comúnmente como la Gran Exposición, que se celebró en 1851 en el Crystal Palace, construido a tal efecto en Hyde Park, Londres. Gran Bretaña estaba en su apogeo como potencia mundial y mostraba al mundo su supremacía tecnológica en la industria y en las artes y ciencias. El propio Crystal Palace era una maravilla de la arquitectura: un enorme invernadero con un esqueleto de hierro, más grande que cualquier otra cosa que el mundo hubiera visto hasta la fecha (y diseñado para reciclarse para compensar cualquier pérdida económica que pudieran sufrir los organizadores). La Gran Exposición atrajo a 6 millones de visitantes y se saldó con un beneficio modesto.

París fue la siguiente ciudad en probar suerte en este tipo de acontecimientos, organizando exposiciones que dejaron huella en el mundo o, al menos, en Francia. La Torre Eiffel fue construida para la Exposición de 1889 y sigue siendo un símbolo de París.

Entre 1851 y 1938, las exposiciones mundiales se centraron en el comercio y la tecnología, ofreciendo a los visitantes su primer contacto con inventos y avances como el teléfono, la noria o rueda Ferris (inventada por George W. Ferris), motores de vapor y el revólver Colt, junto con nuevas técnicas de fabricación y nuevos materiales. También podían contemplar curiosidades como un trono esculpido de carbón para la reina Victoria y el cuestionable «Museo Vivo», básicamente un zoológico humano de pueblos indígenas de todo el mundo.

El tema central cambió con la Exposición Universal de Nueva York en 1939 y la Exposición Universal del Deporte (una especie de feria internacional) de 1949 celebrada en Estocolmo. Los inventos y la tecnología seguían siendo importantes, pero ahora había nuevos temas, por ejemplo, «Construir el mundo del mañana» (el tema de Nueva York) y «El hombre y su mundo» (el tema de la feria emblemática de aquella época, la Expo 67 de Montreal).

En los años 90, los países empezaron a utilizar las exposiciones universales como plataforma para construir su imagen nacional a través de sus pabellones. En un mundo en que una imagen nacional fuerte podía ser un activo útil, los pabellones se convirtieron en campañas publicitarias. En 1992, España organizó la Expo 92 en Sevilla, y Barcelona fue la sede de los Juegos Olímpicos de Verano. Estos acontecimientos se utilizaron para subrayar que España ahora era un país moderno y democrático, y miembro destacado de la Unión Europea y de la comunidad internacional.

Estas tradiciones tienen su continuidad en Shanghái. La ciudad ha elegido el tema «Mejor ciudad, mejor vida», apoyado por varios subtemas que exploran las cualidades de la vida en la ciudad, como integración, prosperidad económica, innovaciones científicas y tecnológicas, espíritu comunitario e interacción entre zonas urbanas y rurales.

Es una combinación ganadora y la Expo Shanghái 2010 parece bien encarrilada para ofrecer lo que podría ser el mayor espectáculo sobre la Tierra.

¿Quién está detrás del evento?

La Oficina Internacional de Exposiciones (OIE), con sede en París, fue constituida en 1928 por 31 países con la intención de regular el tipo y la frecuencia de las exposiciones mundiales. La OIE «registra» o «reconoce» las exposiciones universales o mundiales. Una exposición registrada puede organizarse una vez cada cinco años y una exposición reconocida puede organizarse una vez entre cada exposición registrada. A veces, se deniega un reconocimiento oficial pero la exposición se celebra de todos modos, como fue el caso de la Exposición Universal de Nueva York de 1964-1965.

¿Una inversión razonable?

Para las ciudades anfitrionas, es difícil asignar un valor económico concreto a las exposiciones universales. La Gran Exposición de Londres de 1851 generó ganancias para los organizadores, al igual que muchas otras celebradas después. Originalmente, Moscú fue nombrada sede de la Expo 67, pero dio marcha atrás por el elevado coste que le supondría. La Expo 67, finalmente en Montreal, costó 283 millones de dólares canadienses (178 millones de euros), pero los ingresos adicionales por turismo generados aquel año para Canadá se calcularon en 480 millones (303 millones de euros). La Expo de Luisiana de 1984 dio en quiebra. Un estudio realizado para el Pabellón Holandés de la Expo 2000 calculó que generó unos 350 millones de euros para la economía holandesa, 10 veces más que lo que costó levantarlo. Y a pesar de la inversión inicial de 2000 millones de euros en la Expo Shanghái 2010, esta será un símbolo del poderío económico de China, y el mundo entero estará mirando. El valor de marca creado probablemente compensará el gasto.

DÓNDE Y CUÁNDO

1851 Londres (Reino Unido) 1855 París (Francia) 1862 Londres (Reino Unido) 1867 París (Francia) 1873 Viena (Austria) 1876 Filadelfia (Estados Unidos) 1878 París (Francia) 1879 Sídney (Australia) 1880 Melbourne (Australia) 1881 Milán (Italia) 1884 Nueva Orleans (Estados Unidos) 1888 Barcelona (España) 1889 París (Francia) 1893 Chicago (Estados Unidos) 1896 Nizhny Novgorod (Rusia) 1896 Budapest (Hungría) 1897 Bruselas (Bélgica) 1897 Estocolmo (Suecia) 1898 Omaha (Estados Unidos) 1900 París (Francia) 1901 Búfalo (Estados Unidos) 1901 Charleston (Estados Unidos) 1904 San Luis (Estados Unidos) 1905 Lieja (Bélgica) 1906 Milán (Italia) 1910 Bruselas (Bélgica) 1911 Turín (Italia) 1913 Gante (Bélgica) 1914 Lion (Francia) 1915 San Francisco (Estados Unidos) 1915 San Diego (Estados Unidos) 1929 Barcelona (España) 1933 Chicago (Estados Unidos)1935 Bruselas (Bélgica) 1937 París (Francia) 1939 Nueva York (Estados Unidos) 1939-1940 San Francisco (Estados Unidos) 1949 Estocolmo (Suecia) 1958 Bruselas (Bélgica) 1962 Seattle (Estados Unidos) 1964 Nueva York (Estados Unidos) 1967 Montreal (Canadá) 1968 San Antonio (Estados Unidos) 1970 Osaka (Japón) 1974 Spokane (Estados Unidos) 1982 Knoxville (Estados Unidos) 1984 Nueva Orleans (Estados Unidos) 1985 Tsukuba (Japón) 1986 Vancouver (Canadá) 1988 Brisbane (Australia)1990 Osaka (Japón) 1992 Sevilla (España) 1993 Daejeon (Corea del Sur) 1998 Lisboa (Portugal) 1999 Kunming (China) 2000 Hannover (Alemania)2005 Aichi (Japón) 2006 Chiang Mai (Tailandia) 2008 Zaragoza (España) 2010 Shanghái (China) 2012 Yeosu (Corea del Sur) 2015 Milán (Italia)