Industria
Cargill Cacao et Chocolat France

Mayor exigencia

Para satisfacer la creciente demanda de sus productos, el fabricante de chocolate Cargill ha revisado los procesos utilizados en su planta de Grand-Quevilly, en Francia, en colaboración con SKF. El resultado es una operación aún más fluida.

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En la localidad de Grand-Quevilly, al sudoeste de la ciudad medieval de Ruan, en Normandía, Francia, el aroma del chocolate inunda las calles. Desde 2003, Cargill Cacao et Chocolat France, filial de la empresa estadounidense Cargill Inc., fabrica aquí, para los aficionados al dulce, productos industriales de cacao y chocolate, entre ellos cacao en polvo, pasta y manteca. Abarca todo el proceso de producción, desde el grano hasta la barra de chocolate.

La fábrica de Cargill está especializada en productos de cacao sostenibles y orgánicos, de primera calidad y sabores sutiles. Ante el aumento de la demanda, Cargill ha buscado formas de incrementar la capacidad de producción de sus diversas instalaciones, identificando oportunidades de mejora en los rodamientos y la lubricación de determinadas máquinas. Después de realizar análisis vibratorios, termográficos y ultrasónicos, y examinar detenidamente los aceites usados, la empresa identificó una serie de oportunidades que permitirían mejorar la fluidez de las operaciones. Fue entonces cuando llamó a SKF.

“Nuestra relación con SKF viene de hace mucho tiempo”, dice Didier Parard, director de fábrica de Cargill Grand-Quevilly. “Son proveedores nuestros desde hace muchos años, así que era lógico preguntarles qué podríamos optimizar en nuestras operaciones. Nuestra colaboración con SKF formó parte de una estrategia más amplia orientada a optimizar nuestra fábrica y a mejorar nuestra capacidad de producción. SKF presta un nivel de servicio similar al que ofrecemos a nuestros propios clientes”.

Cargill

Cargill suministra productos y servicios alimenticios, agrícolas, financieros e industriales al mundo entero. Tiene 155 000 empleados en 70 países. La fábrica de Grand-Quevilly fue inaugurada en 1997. Cargill la compró a OCG Cacao en 2003. La planta da empleo a 135 personas y realiza el proceso industrial completo, desde el grano crudo hasta el cacao en polvo terminado, pasta y manteca, y está especializada en cacao y chocolate de primera calidad. Cada año, Grand-Quevilly procesa cerca de 40 000 toneladas de grano y produce 28 000 toneladas de chocolate.

SKF ha suministrado a Cargill:

  • Rodamientos de rodillos SKF Explorer Upgrade
  • Soportes SE
  • Sellos radiales de eje HMSA10
  • Capacitación para 12 mecánicos

www.cargill.com

La planta de Cargill
La planta de Cargill está especializada en productos de cacao sostenibles y orgánicos, de primera calidad y sabores sutiles.

Thiebault Muny, jefe de ventas de SKF para Normandía, explica que esta fue la primera vez que SKF trabajó con Cargill como consultora, impartiendo capacitación en el montaje y desmontaje de rodamientos, lubricación y cálculo de vida útil de los rodamientos. “Organizamos un taller de 3 días para 12 empleados de Cargill y creo que tuvo un impacto muy positivo”, dice Muny. “Aprendieron rápidamente, comprendieron la importancia de las medidas geométricas, el impacto de la cantidad adaptada de lubricante y las consecuencias del ajuste en función de la carga. Esta capacitación permitió reducir los costos de propiedad y mantenimiento, y aumentar la productividad”.

Parte del secreto de nuestro éxito se debe a colaboraciones con empresas como SKF.
Didier Parard, DIRECTOR DE FÁBRICA de Cargill Grand-Quevilly

Además de capacitar a los empleados, SKF también puso a disposición de Cargill sus conocimientos técnicos para implementar una serie de mejoras específicas de la producción. Por ejemplo, se consiguió reducir las interrupciones de la producción tras modificar el sellado y la lubricación de los soportes de los ventiladores de tres máquinas tostadoras. También se mejoró la confiabilidad de la trituradora de polvo, que presentaba deficiencias en el sellado de los rodamientos. “Propusimos diferentes tipos de soportes y sellos, y modificamos los programas de lubricación para alargar la vida útil de los rodamientos, lo que ha permitido reducir las paradas en la producción”, explica Muny.

Durante el proceso de conchado, cuando se mezcla, agita y airea el chocolate líquido a 80 ºC para producir un sabor intenso y una textura suave, Cargill también experimentaba problemas ocasionales de sobrecalentamiento de los soportes. La solución de SKF consistió en engrasar los equipos con un lubricante más viscoso.

Cinta transportadora en la planta de Cargill.
Cinta transportadora en la planta de Cargill.

También se realizaron mejoras graduales en las líneas de tostado, donde se trituran los granos tostados hasta formar una pasta. Explica Muny: “propusimos un enfoque diferente en el montaje de los rodamientos, así como cambios en la cantidad y frecuencia de la lubricación necesaria para evitar el agarrotamiento y mejorar la confiabilidad. También instalamos acelerómetros para monitorear continuamente las vibraciones.

“Nos interesa mucho adaptar específicamente la capacitación al proceso de producción de los clientes individuales”, continúa Muny. “Fue muy interesante para nosotros. Hoy, nos encontramos en una situación privilegiada para poder evaluar las necesidades de nuestros clientes y elaborar una solución personalizada adaptada a sus necesidades de aprendizaje. Les ayudamos a comprender mejor sus problemas y cómo podemos ayudarles con nuestros conocimientos especializados. En estas situaciones, todos ganamos. Es algo que nos gustaría explorar con otros clientes que podrían beneficiarse de un enfoque más personal”.

Parard comenta: “En Cargill somos expertos en nuestro negocio principal, pero parte del secreto de nuestro éxito se debe a colaboraciones con empresas como SKF, que pueden aportar un servicio de alta calidad en sus ámbitos específicos de competencia. Nuestra cultura corporativa prioriza la mejora continua y siempre queremos avanzar, por todos los medios posibles”.