La empresa Van Aarsen inició sus actividades construyendo un tradicional molino de agua holandés. Hoy en día, es el fabricante líder mundial de maquinaria para piensos y lidera el segmento de maquinaria para el reciclaje de neumáticos.

Van Aarsen InternationalBV tiene su sede en el pequeño pueblo de Panheel, al sureste de Holanda. Allí hay un viejo molino de agua de ladrillo rojo, testimonio de los orígenes de la compañía hace medio siglo. Actualmente, las esclusas del molino están cerradas y los patos pueden nadar libremente hasta el lago artificial a espaldas de los modernos edificios donde la compañía realiza su actividad actual: el diseño y la construcción de fábricas de piensos llave en mano. Van Aarsen vende el proceso completo desde el almacenamiento, la dosificación, el pesaje, el triturado y la mezcla de componentes, hasta la producción de bolas de alimento.

Y también se dedica al reciclaje de neumáticos. Aunque pudiera parecer lo contrario, no hay mucha diferencia entre los equipos para fabricar piensos para animales y la maquinaria para cortar neumáticos. «En principio, el proceso es el mismo. Por eso quisimos introducirnos en el sector de los neumáticos. Ya tenemos los conocimientos. Y ya pensamos en términos de procesos completos», dice Harold Schroijen, responsable de apoyo a ventas de Van Aarsen International BV.

Van Aarsen entró en el negocio del reciclaje de neumáticos a finales de los años 70. Pero según Jacques Emons, director comercial de Van Aarsen Rubber Technology BV, fue demasiado pronto. «Por aquel entonces, apenas había interés», dice. Hoy, el interés crece. Los clientes de Van Aarsen son empresarios que quieren hacer del reciclaje de neumáticos un negocio rentable, compañías que están en el negocio de la recogida de neumáticos y residuos, y gente que quiere usar el producto final.

«La mayoría de los países europeos han prohibido los vertederos», dice Schroijen. «Y con las nuevas normativas en cuanto a neumáticos usados que previsiblemente aplicará la UE en el futuro, existe la necesidad de hallar un uso alternativo. En la actualidad, la mayoría de los neumáticos usados siguen utilizándose como combustible en la industria cementera».

 

El reciclaje de losneumáticos usados perjudica menos el medio ambiente ya que, durante el proceso de corte y trituración, no se emiten sustancias químicas. «Esto sólo sucede cuando se quema el caucho», dice. «Durante el proceso de corte y trituración, la temperatura nunca supera los 80 grados».

Las cortadoras son máquinas enormes que procesan cinco toneladas de caucho por hora, el equivalente de 900 neumáticos de coches o 90 de camiones. «Los neumáticos no están hechos para ser destruidos, por lo que este proceso es muy difícil», dice Emons.

Las enormes cuchillas cortan no sólo el caucho y el tejido, sino también el refuerzo de alambre de acero, que es especialmente grueso en los neumáticos de camiones. Las tiras de caucho resultantes tienen una longitud entre 10 y 15 centímetros.

A continuación, las tiras se pasan por la trituradora principal, donde el tejido y al menos el 95% de los componentes de acero son separados del caucho, el cual es triturado en trozos de unos 22 milímetros. La mezcla es entonces sometida a un proceso de cribado en el que unos imanes especialmente diseñados eliminan las partículas de acero y un sistema de filtración separa los elementos textiles. Tras el cribado, el caucho es dividido en varias líneas de productos.

«Con operaciones de limpieza y triturado adicionales, se pueden lograr trozos de caucho de tan sólo 4 milímetros», dice Emons.

El caucho reciclado se utiliza sobre todo para producir céspedes artificiales para campos de fútbol.

«Para que tenga las características de un terreno de juego de hierba natural, se le añade entre 5 y 10 kilos de trozos de caucho por metro cuadrado», dice Emons. «Escandinavia es un gran mercado para esto».

 

Además, las tirasse pegan con poliuretano para producir las baldosas de caucho utilizadas en patios de recreo, pistas de atletismo y campos deportivos.

«Otras aplicaciones son la amortiguación de las vibraciones en las fábricas, la reducción de ruidos y el aislamiento», dice Emons. «Y casi todas las ruedas de los cubos de basura están hechas de neumáticos reciclados que han sido revulcanizados».

El reciclaje de neumáticos es sólo una pequeña parte de las actividades de Van Aarsen, pero a principios de 2004 la compañía adquirió la empresa holandesa Konings Rubber Technology, y espera crecer en esta área.

«Con la compra adquirimos maquinaria y diseños», dice Schroijen. «Hemos rescatado lo más útil y ahora nuestros ingenieros están aplicando sus conocimientos».

Unos 40 de los 125 empleados de Van Aarsen son ingenieros. «Son muchos», dice Schroijen, «pero tiene que ser así, ya que no sólo vendemos máquinas, sino el proceso completo».

---

Amplia colaboración

Desde un principio, los ingenieros de aplicaciones de SKF en Holanda han participado intensamente en el desarrollo de equipos de reciclaje de neumáticos para Van Aarsen. Las pesadas cargas y el comportamiento dinámico del proceso exigían un diseño estable que proporcionara una larga vida útil. Tanto en la cortadora como en la trituradora existen unas tolerancias muy estrechas para el juego axial y la desalineación del eje principal de la disposición de rodamientos.

Los ingenieros de aplicaciones de SKF realizaron cálculos con la herramienta SKF bearing beacon para determinar cuales eran los rodamientos más adecuados para la aplicación. Los resultados se utilizaron para optimizar el diseño de las máquinas y los ensayos demostraron la calidad de las mismas.

Este apoyo técnico es sólo parte de la colaboración entre SKF y Van Aarsen, fruto de un acuerdo firmado hace unos años en el que SKF apoya proactivamente el desarrollo de los productos y negocios de Van Aarsen. A cambio, SKF es el único proveedor de todos los rodamientos de Van Aarsen.