Hace poco, un diario describió a Rahel Frey como «la mujer más rápida de Suiza», lo que se ajusta mejor a su trayectoria que a su estilo de vida.

En el automovilismo internacional, hay pocas mujeres detrás del volante. «En las distintas series del mundo sólo sé de ocho, incluyéndome a mí misma, que conduzcan monoplazas», dice la piloto Rahel Frey.

«Y cuatro somos suizas», añade orgullosa.

Frey debutó en la competición a los 12 años con el karting. Los kart sólo tienen motores pequeños –las clases van de 60 cc a 250 cc– pero parecen coches de Fórmula Uno en miniatura. En la clase Superkart alcanzan velocidades de 240 kilómetros por hora. El karting generalmente se ve como un peldaño hacia categorías más veloces y caras. Algunos de los mejores pilotos de Fórmula Uno empezaron con los kart.

«Ya a esa edad mostraba talento, y mi padre, que también competía en karting cuando era joven, me animó a continuar», dice Frey, y añade: «A mi madre le habría gustado que hubiera dedicado más tiempo y energía a mis estudios».

A los 18 años, después de seis temporadas en el karting, pasó a correr en algo más serio: el Campeonato Suizo de Formula Renault 2000. En 2004, su primer año, acabó cuarta. La temporada incluyó una victoria, la primera de una mujer, en el circuito de Dijon. Al año siguiente, acabó tercera en el Campeonato Suizo, entre 30 participantes. Obtuvo dos victorias, seis podios y siete vueltas más rápidas de nueve rondas. Esto le abrió las puertas para entrar en la Eurocopa en la clase Renault 2000 en 2006 y en la serie International Formula Masters el año siguiente.

¿Ser mujer es un inconveniente en el automovilismo? «Sí y no», contesta Frey. «Sí, porque la mayoría de los hombres piensan que eres más débil pero la fuerza física no es un factor importante. Estoy en buena forma y entreno regularmente para fortalecer mis brazos, cuello y hombros. Hago footing y ciclismo para aumentar mi resistencia y también hago escalada, que ayuda a mejorar la concentración mental. Aun así, las mujeres tenemos que demostrar nuestra resistencia física y mental antes de que nos acepten plenamente como miembros de un equipo.

«Por otra parte, creo que a las mujeres les resulta más fácil encontrar patrocinadores», dice. «Y conseguir patrocinadores que contribuyan a sufragar los gastos es una parte muy importante del automovilismo. A lo mejor algunos pilotos de élite en la Fórmula Uno ganan millones pero para pilotos como yo, cuesta mucho dinero participar y el dinero que se gana con los premios es una miseria. Hay que pagar todo: el coche, ser miembro del equipo, las inscripciones en las carreras, costes de reparación del motor, neumáticos y los desplazamientos a las carreras.

Frey no puede permitirse un agente. «Soy mi propio agente», dice. «Esto supone mucho trabajo. Pero así aprendo más acerca del negocio y me ayuda a madurar. Generalmente, es el agente quien consigue los patrocinadores y negocia las condiciones del patrocinio. Hacer todo eso yo sola me mantiene muy ocupada cuando no estoy compitiendo o entrenando».

Tiene la risa fácil. «Soy una persona naturalmente alegre», dice Frey. «Pero parece que me transformo en cuanto me pongo el casco. Todos los mecánicos del box dicen que me convierto en otra persona: seria, incluso agresiva».

¿Qué dice de sus puntos fuertes y débiles? «Es difícil juzgar tu propio carácter», dice Frey. «Diría que soy muy decidida y centrada. Eso va bien en las carreras pero tiende a crear problemas en la vida familiar. Mi mayor defecto es la impaciencia. Es algo que no conviene en los deportes de motor. En una carrera, un buen piloto espera hasta tener una buena oportunidad para adelantar sin peligro. Debes estar dispuesta a aguantar varias vueltas hasta que la situación sea propicia. Me cuesta esperar».

¿Qué le depara el futuro? «No lo he pensado mucho», confiesa Frey. «Muchas personas creen que un piloto simplemente se pone detrás del volante y arranca. No es así. El automovilismo exige mucho entrenamiento, práctica y concentración. Planifico tácticas de carrera y pruebo coches. Estoy con los mecánicos en el taller cuando desmontan el motor y lo vuelven a montar, para entenderlo todo. Las carreras te exigen cuerpo y alma. Quiero progresar.

«Pero si no puedo entrar en la clase de élite, volveré a los estudios», dice. «Terminé el instituto, así que no habrá problemas para matricularme en una universidad».

¿Las carreras de coches son tan peligrosas como parecen? «Hoy la seguridad en las pistas es infinitamente mejor que hace 20 años y los accidentes graves son raros», dice Frey. «He dado trompos en la gravilla unas cuantas veces, pero cuando estoy en la pista, vivo mi pasión a tope y no soy consciente del peligro».

International Formula Masters

SKF es uno de los principales socios de la serie International Formula Masters (IFM), una nueva clase de competición lanzada en 2007. En la primera temporada, hubo ocho eventos (16 carreras) en España, Francia, la República Checa, Portugal, Suecia, Alemania, Gran Bretaña e Italia, con cobertura en directo en Eurosport.

La IFM se proyecta como un camino hacia la élite del deporte de motor, dice el organizador N. Technology SpA de Italia. Se basa en tres principios cuya intención es agradar por igual a aficionados, pilotos, patrocinadores y equipos:

• Prestaciones: los coches de la Fórmula S2000 usados en la IFM pesan 550 kilogramos con el piloto y tienen un motor Honda de 250 caballos que impresiona por su potencia tanto a los pilotos como a los aficionados.
• Promoción: junto con el Campeonato Mundial de Turismos de la FIA en una multitud de eventos internacionales, la IFM cuenta con el compromiso de Eurosport de transmitir en directo todas las carreras durante cinco años.
• Precio: la IFM ha implantado innovadoras medidas de reducción de costes para que pueda entrar el mayor número posible de pilotos aspirantes.