Rumbo a China

 

Contenido relacionado

 

Después de una década de intensos preparativos, el velero Götheborg III, navega hacia China. El buque ya ha demostrado su capacidad para salir airoso de condiciones meteorológicas muy adversas pero le aguardan quizás más amenazas, no sólo de tormentas sino también de piratas. Evolution continúa su reportaje sobre las aventuras del Götheborg III.

El 6 de junio de 2004, el Götheborg III, una réplica de un velero del siglo XVIII, salió majestuosamente del dique al puerto de Gotemburgo. Era el primer paso importante de un viaje que llevaría el buque a China, un paso presenciado por el rey Carlos Gustavo XVI de Suecia, el protector del buque, y la reina Silvia, su madrina, junto con miles de espectadores. El acontecimiento fue emitido por la televisión sueca y china.

Pero pasarían casi dos años de trabajo duro y pruebas antes de que el buque estuviera listo para hacerse a la mar. Por fin, el 2 de octubre de 2005, el Götheborg III emprendió el viaje que le llevaría a España, Brasil, Sudáfrica, Australia, Indonesia y, finalmente, Shanghai en agosto de 2006.

Frente a la ciudad de Vigo, en España, el Götheborg III cargó cada uno de sus 10 cañones con 200 gramos de pólvora. El rey Juan Carlos de España, que estaba visitando el barco, ayudó a disparar los cañones, que fueron la señal de partida para la Volvo Ocean Race. Después de hacer escala en Cádiz, el Götheborg III partió rumbo a Brasil.

El buque se puso a prueba por primera vez frente al Cabo Finisterre en España, cuando encontró vientos de hasta 27 metros por segundo. Luego, frente a la costa de Brasil, una violenta tormenta rompió el mastelero de juanete de proa, la sección más alta de las tres secciones del palo trinquete.

«El barco no corrió ningún peligro», explica Hans-Erik Emanuelsson, técnico jefe. «El aparejo está diseñado para romperse y evitar que el buque sufra daños estructurales. Tenemos experimentados carpinteros a bordo quienes pudieron reparar el mástil roto».

La velocidad media del Götheborg III se estima en
4-5 nudos. La velocidad máxima alcanzada hasta la fecha es de 11 nudos.

«Es un placer gobernar el Götheborg», dice Peter Kaaling, capitán del velero durante la etapa de Sudáfrica a Shanghai. «Tiene un excelente comportamiento en el mar y se desplaza con suavidad y eficiencia, incluso con vientos fuertes. Sus características de navegación de barlovento son excelentes para un buque de vela aparejado de fragata; podemos navegar 60 grados hacia barlovento, que es fantástico».

El Götheborg III necesita una numerosa tripulación, ya que todo el trabajo se hace a mano. Por ejemplo, para izar la vela de gavia –la más grande– se necesitan de 15 a 20 hombres. Hacen falta dos hombres para sujetar la rueda del timón, y tres si hace mar gruesa. La presión que debe soportar el timón es enorme. La cuerda que baja hasta el timón está hecha de piel de alce, muy resistente y no se estira.

Aunque la meteorología sigue planteando serios peligros para el Götheborg III y su tripulación, otro peligro nada desdeñable son los piratas, que abundan en algunos tramos del viaje del buque. Los piratas modernos utilizan lanchas veloces para cazar a sus presas, robando todo lo que pueden, incluyendo, en algunos casos, el propio barco.

«No creo que los piratas roben el buque y nos abandonen en el mar», dice Kaaling. «El mayor peligro es que suban al barco y roben todo lo que tenga valor. Sin embargo, nos han prometido una escolta militar en el Estrecho de Malaca y frente a la costa de Somalia, que son las zonas de mayor riesgo».

La tripulación suma unas 80 personas, de las cuales 20 son oficiales. El resto de la tripulación se compone de voluntarios (hubo cerca de 4.000 solicitudes), que se relevan en cada etapa de la travesía. Algunos voluntarios cuentan con años de experiencia de navegación, otros con prácticamente ninguna. Para los oficiales, el viaje se divide en dos secciones y el relevo se hace en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

 

El trabajo se divide en turnos: cuatro horas de trabajo y ocho horas de descanso. Un buque de madera necesita un mantenimiento constante, puesto que la madera es erosionada por el sol, el viento y la lluvia. Los carpinte­ros siempre tienen trabajo, al igual que los veleros que reparan las velas y los tripulantes que calafatean la cubierta.

La combinación del trabajo físico duro y estar en alta mar es agotadora. Cuando la tripulación no trabaja, generalmente pasa el tiempo durmiendo en sus hamacas. Entremedias, se consumen abundantes comidas. El Götheborg III cuenta tanto con un congelador como con una cámara frigorífica pero en las etapas largas del viaje, la comida fresca se agota rápidamente. A partir de entonces, la tripulación tiene que conformarse con platos más sencillos como pasta, arroz y comida congelada o enlatada.

Aunque por fuera el Götheborg III se parezca a un buque del siglo 18, está repleto de equipos modernos. Por una parte, todos los buques que navegan en aguas internacionales deben cumplir con las normas internacionales de seguridad. Tanto el casco como el equipamiento están homologados, con cinco mamparos estancos, bombas dobles para apagar incendios y achicar agua, y un sistema de rociadores totalmente automático. Además, el barco produce su propia agua potable con la ayuda de tecnología de osmosis inversa. Todos los equipos técnicos son supervisados por un sistema informatizado de alarma y vigilancia.

El Götheborg III está equipado con cinco motores diesel: dos motores Volvo Penta, con 550 caballos de potencia cada uno y responsables de impulsar el barco; dos motores que generan 180 kW de electricidad cada uno, el equivalente energético de 20 viviendas familiares; y un grupo electrógeno de emergencia de 90 kW, guardado en un lugar oculto.

 

Aunque el Götheborg III tiene motores, es un velero. A una velocidad de 5-6 nudos, consume unos 100 litros de gasóleo por hora; los cuatro depósitos tienen capacidad para un total de 36 metros cúbicos de combustible, que darían para 360 horas de navegación, por lo que es esencial economizar el combustible.

Pero pese a toda su tecnología, el componente más importante del Götheborg III es su tripulación.

«Todo se puede reparar», explica Jesper Lindholm, un carpintero que ha participado en la construcción del buque desde el principio. «Los marineros sabemos encontrar soluciones para casi todo y repuestos no faltan. Además, tenemos a 80 marineros entusiastas a bordo siempre dispuestos a echar una mano».

Se prevé que el Götheborg III pasará cuatro meses en Shanghai. Durante este tiempo, se revisará a fondo la jarcia firme del buque y se volverá a pintar la quilla. Después, el buque partirá rumbo a casa, haciendo escalas en Hong Kong, Singapur, Malasia, el Canal de Suez, España y, finalmente, el puerto de Gotemburgo.

Ya se ha planificado un segundo viaje a Shanghai, esta vez pasando por Noruega, el Canal de Panamá hasta los Estados Unidos, Tokio y finalmente de vuelta a Shanghai, donde participará en la Expo del 2010.


 

Vigilancia segura

El SKF Multilog Condition Monitoring Unit (CMU) y el sistema de apoyo a la toma de decisiones industriales @ptitude Industrial Decision Support System de SKF representan importantes equipos de seguridad a bordo del Götheborg III. SKF Multilog recopila datos de vibraciones de unos 20 puntos de medición en el buque, como el grupo electrógeno y las bombas. A continuación, la información se envía por e-mail a SKF en Gotemburgo, donde ésta se analiza. El sistema @ptitude es una solución modular que ayuda a mejorar la eficiencia global de las plantas de producción, sustituyendo la laboriosa tarea de recopilación y análisis de datos, con el análisis automático, la resolución de fallos y la notificación de órdenes de trabajo. El barco recibe un mensaje si hay cualquier cosa que precise un ajuste a bordo.

Este mensaje es entregado a los oficiales ingenieros, puesto que son los responsables de los equipos técnicos.


 

Una réplica exacta

Por fuera, el Götheborg III es una réplica exacta del velero original Götheborg I, construido en 1738. Se hundió a las afueras del puerto de Gotemburgo en 1745 al volver de su tercer viaje a China. En 1796, el Götheborg II corrió una suerte similar y se hundió frente a Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

El trabajo para reconstruir la réplica empezó en 1996. El Götheborg III se diferencia de otros proyectos similares en el sentido de que se ha construido conforme a las normas de navegación internacionales, lo que lo homologa para la navegación transoceánica.

El buque ha emprendido un viaje de 11 meses a Shanghai, China.

LA RUTA PREVISTA ES:
Etapa 1. Gotemburgo/Cádiz/Vigo (España)
Etapa 2. Cádiz/ Recife (Brasil)
Etapa 3. Recife /Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
Etapa 4. Ciudad del Cabo/Port Elizabeth/
Fremantle (Australia)
Etapa 5. Fremantle/Yakarta (Indonesia)
Etapa 6. Yakarta/Guangzhou/Shanghai (China)

Para ver un artículo anterior sobre el Götheborg III en Evolution 4/2003, visite http://evolution.skf.com-old