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Un monumento giratorio

Un monumento giratorio

Con sus 9 metros de altura, La Impéria causó bastante revuelo cuando fue desvelada a los ciudadanos de Constanza, Alemania, en una mañana de hace casi 25 años.

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El escultor Peter Lenk levantó su estatua La Impéria en plena noche en 1993, y la colocó en la zona ribereña de la ciudad de Constanza, Alemania. La estatua representa a una mujer gigantesca que sostiene las figuras del papa Martín V y del emperador Segismundo, y se inspira en el relato corto La Belle Impéria escrito por el francés Honoré de Balzac. El tema de este relato corto fue el Concilio de Constanza, que tuvo lugar entre 1414 y 1418, que fue convocado por Segismundo y en el que Martín fue elegido papa.

Las obras de Lenk, repartidas por varias ciudades alemanas, suelen tener más de grotesco que de bello. No es de extrañar, pues, que la estatua La Impéria, hecha con 18 toneladas de hormigón, generara cierta polémica en el momento de su inauguración. Sin embargo, el Ayuntamiento de Constanza tuvo que renunciar a sus protestas porque no tenía competencias en la materia. La zona portuaria donde se alza la estatua es propiedad de Deutsche Bundesbahn (Ferrocarriles Alemanes), que la acogió con entusiasmo.
 

Ahora, la estatua es un monumento muy conocido de la zona. Gira sobre sí misma cada cuatro minutos y, para asegurar un movimiento uniforme y sin inconvenientes, el rodamiento axial sobre el que descansa la estatua se lubrica mediante un sistema progresivo de lubricación automática instalado por Sistemas de lubricación SKF.