Un peso pesado
Haeusler AG es el referente global en maquinaria para el doblado de metal. Las fuerzas generadas en estas gigantescas máquinas requieren rodamientos capaces de soportar enormes cargas.
Haeusler AG es el referente global en maquinaria para el doblado de metal. Las fuerzas generadas en estas gigantescas máquinas requieren rodamientos capaces de soportar enormes cargas.
Industria
Al escuchar «ingeniería suiza», probablemente la mayoría piense en operaciones de pequeña escala y de gran precisión, como la relojería. Por eso puede sorprender que en Suiza haya una empresa que fabrica algunas de las máquinas para el conformado del metal de mayor tamaño y más pesadas del mundo.
El conformado del metal con máquinas herramienta es otro concepto que a veces tiene una interpretación errónea. La mayoría de la gente asocia máquinas herramienta con equipos más bien pequeños, como tornos, taladros y fresas. Pero las máquinas herramienta capaces de doblar chapa de hasta 24 centímetros de grosor y transformarla en productos como depósitos a presión y tuberías pueden medir más de 20 metros de largo y pesar más de 1000 toneladas. La fabricación de esas enormes máquinas es precisamente el negocio al que se dedica Haeusler AG.
Christian Haeusler fundó su empresa en 1936 en un pequeño taller de cerrajería en Dornach, un pueblo situado 12 kilómetros al sur de Basilea. Allí se concentra parte de la industria farmacéutica suiza, en el norte de Suiza en la frontera con Francia y Alemania. Los recipientes a presión y otros equipos de procesamiento químico utilizados en la elaboración de productos farmacéuticos se construyen con chapas de metal curvadas y Haeusler no ha parado de crecer desde que decidió dedicarse a la fabricación de máquinas dobladoras.
Haeusler vendió su primera máquina para doblar perfiles metálicos en 1950. Su primera exportación fue una máquina enviada a Países Bajos en 1952, a la que siguió una máquina similar vendida a la India tres años después. En 1958, Haeusler abrió una segunda fábrica en Rheinfelden, unos 12 kilómetros al este de Basilea al otro lado de la frontera en Alemania, para facilitar el acceso al recién creado Mercado Común Europeo. En 1978, el espacio en Dornach ya no era suficiente para dar cabida a las máquinas cada vez más grandes que construían y la fábrica de Haeusler se trasladó a un pueblo cercano, Duggingen, a orillas del río Birs.
«Christian Haeusler, nuestro fundador, falleció en 1980», dice Camille Haeusler, vicepresidenta de la empresa. «Le sucedió su hijo, Jörg Haeusler –mi tío– y bajo su dirección la empresa ha crecido y se ha diversificado. Ahora fabricamos muchas máquinas distintas pero todas tienen la función de crear distintas formas a partir de metal en chapa, tubo o perfil».
El programa de producción de la empresa se divide en seis categorías: máquinas para doblado de metal de tres y cuatro rodillos, máquinas para doblado de secciones y tubos, máquinas para fabricar cabezales abombados o embridados para recipientes a presión, máquinas calibradoras, equipos de soldadura y ensamblaje, y sistemas de conformado del metal, por ejemplo, líneas de producción completas para fábricas de tubos, llantas y depósitos de combustible.
«Actualmente, existe una fuerte demanda global de tuberías para la industria petroquímica», explica Camille Haeusler. «Como resultado, las máquinas para doblar chapa y convertirla en tubos –máquinas de tres rodillos con un rodillo superior pretensado– actualmente representan más de la mitad de nuestro volumen total de negocio».
Haeusler también fabrica máquinas que doblan enormes perfiles y tubos de acero en formas curvas. Los visitantes de los Juegos Olímpicos en Sydney, Australia, en el año 2000, probablemente pasaron por la estación de ferrocarril Olympic Park de la ciudad y presenciaron las pruebas de ciclismo en el Dunc Gray Velodrome. Las elegantes formas curvadas de las cubiertas de estas dos estructuras se apoyan en tubos de acero de 35 centímetros de diámetro conformados en máquinas de Haeusler. Máquinas más pequeñas convierten tubos en serpentines para intercambiadores de calor y calderas.
«A lo largo de los años, hemos adquirido mucho conocimiento sobre los procesos que tienen lugar antes y después del doblado del metal en la fabricación de tubos», dice Haeusler. «Esto nos permitió entrar en un nuevo segmento de negocio en 1991, cuando suministramos una planta completa para fabricar tubos a Corea del Sur».
«Una instalación completa para fabricar tubos cuesta entre 40 y 70 millones de euros», continúa. «Después del pedido coreano, se nos adjudicaron proyectos llave en mano para fábricas de tubos en Egipto e Irán en 2002 y en Rusia en 2007. En el segmento de plantas completas para la fabricación de tubos, creemos que nuestra cuota de mercado llega al 70 por ciento».
Como contratista general para la fábrica en Egipto, Haeusler no sólo suministró todas las máquinas sino que también coordinó a todos los proveedores, se responsabilizó de la puesta en servicio y continuó como consultor para la empresa propietaria de la fábrica durante dos años después de la puesta en marcha. La unidad central de la planta en Port Said, Egipto, pesa 153 toneladas. Fue fabricada en Duggingen, transportada por carretera a Basilea, luego por barcaza por el Rin hasta Amberes y finalmente en buque de carga por el Mediterráneo hasta Port Said.
«Siempre hemos estado en la vanguardia de la tecnología de doblado del metal», dice Camille Haeusler. «Nuestras máquinas se consideran las más avanzadas de nuestro sector. En 1964 desarrollamos la primera máquina dobladora hidráulica de cuatro rodillos del mundo. En 1986 suministramos en Francia la máquina dobladora de cuatro rodillos de mayor tamaño del mundo, con un peso de más de 1000 toneladas. Más tarde, en 2001, superamos nuestro propio récord con una máquina de cuatro rodillos aún mayor para Dillinger Hütte, un cliente alemán. En 1997 construimos el mayor ensanchador del mundo, que se vendió a Francia para participar en la construcción de los cohetes Ariane.
«También se nos conoce por la durabilidad de nuestras máquinas», dice Haeusler. «Aproximadamente el 90 por ciento de todas las máquinas que hemos construido desde los años 50 todavía funcionan. Para máquinas como éstas, SKF ha sido nuestro proveedor de rodamientos –principalmente rodamientos de rodillos a rótula de gran tamaño– desde hace décadas. Estoy convencida de que los rodamientos de SKF han contribuido significativamente a nuestro prestigio».
Con chapa doblada
Es imposible enumerar todas las aplicaciones de la chapa doblada. Se convierte en patas para plataformas petrolíferas, torretas para aerogeneradores y tubos de presión para las turbinas de centrales hidroeléctricas o térmicas. Se utiliza en la construcción de cascos de barcos, fuselajes de aviones y bordes de ataque de alas. También se convierte en llantas y depósitos de combustible para camiones. La lista es inacabable.