Una brisa del Golfo

En Bahréin, el microestado insular del Golfo Pérsico, frente a Arabia Saudí, siempre hace viento. Cuando el sol calienta el desierto por las mañanas, fuertes ráfagas de viento entran desde el Golfo hacia la capital, Manama.

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Cuando se diseñó el Bahrain World Trade Center (BWTC), surgió la idea de aprovechar este recurso inacabable que es el viento, integrando grandes aerogeneradores en su estructura.

Los tres aerogeneradores de 29 metros de diámetro están instalados entre las dos torres de 240 metros (50 plantas) de altura y generan 1300 MWh al año, una cantidad equivalente al 15 por ciento de las necesidades energéticas del nuevo edificio o lo suficiente para dar luz a 300 hogares durante más de un año. Los tres aerogeneradores, cuyo eje principal está equipado con rodamientos de rodillos a rótula de SKF con recubrimiento NoWear, entraron en servicio en marzo de 2008 y están operativos el 50 por ciento del tiempo, en función del viento.

Tres puentes tendidos entre las dos torres del BWTC sujetan los aerogeneradores, orientados hacia el norte, que es la dirección de donde sopla el viento del Golfo. Las torres, situadas en la costa de Manama, tienen forma de vela y ayudan a canalizar y acelerar el viento que pasa entre ellas.

Diseñado por Atkins, una consultora de ingeniería británica, el proyecto del BWTC ha sido aclamado mundialmente por su compromiso con el desarrollo sostenible. Entre los premios recibidos, se incluyen el premio LEAF Awards de 2006 al «Uso óptimo de la tecnología dentro de un programa a gran escala», el Premio al «Diseño sostenible» de la industria de la construcción árabe y el premio al «Mejor edificio alto» de Oriente Medio y África concedido en 2008 por el Council on Tall Buildings and Urban Habitat.

El complejo BWTC incluye tiendas de lujo, oficinas, un gimnasio y un hotel Sheraton de cinco estrellas.

En las fases iniciales de planificación del BWTC, se estudió la posibilidad de instalar placas solares. Sin embargo, irónicamente, se descubrió que perdían eficacia con las altas temperaturas de Bahréin, y la energía eólica resultó ser una alternativa más viable.