A pesar de su propensión a picar si se las molesta, las abejas son una de las mejores amigas de la humanidad en el mundo natural. Contribuyen decisivamente no solo a polinizar las flores, sino también a los cultivos agrícolas.

Existen unas 20 000 especies diferentes de abejas, pero en los últimos años las poblaciones de varias de ellas han estado disminuyendo en distintas partes del mundo, en algunos casos hasta ser clasificadas casi en situación de riesgo o incluso en peligro de extinción.

Son varios los factores que han contribuido al descenso de las poblaciones de abejas, y muchos de ellos están impulsados por el cambio climático. Por ejemplo, a los científicos les preocupan los efectos que pueda tener sobre algunas especies de abejas el adelanto del deshielo primaveral.

Pero hay iniciativas en marcha en todo el mundo para abordar estos problemas. En la zona de Gotemburgo, en Suecia occidental, a través de Beepartner, empresas y organizaciones reservan espacios para la instalación de colmenas y pagan una cuota anual para sufragar su conservación. Una de estas colmenas se encuentra en el refugio corporativo de SKF, en Slottsviken.