Industria

Megaciudades en movimiento

Con 11 millones de habitantes, São Paulo, en Brasil, forma parte de una nueva ola de megaciudades. Scania, el fabricante global de autobuses y autocares, desarrolla soluciones para mantener a estas urbes en movimiento.

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La empresa sueca Scania estableció su primera unidad de producción extranjera en São Paulo en los años 50. Hoy, uno de cada tres camiones que circulan por las carreteras de Brasil lleva el logo de Scania.

Scania Brasil se centra actualmente en fomentar la producción local, comprando componentes a proveedores próximos a sus fábricas. El objetivo es reducir los plazos de entrega en un mercado que fluctúa continuamente.

A principios de 2012, SKF firmó un contrato de tres años con Scania valorado en 18 millones de euros para el suministro de rodamientos para cubos de rueda y transmisiones de camiones. Estos rodamientos se fabrican en la planta de SKF en Cajamar, cerca de São Paulo, y se suministran a las plantas de producción de Scania en Brasil.

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Bienvenidos a la era de las megaciudades. La población mundial sigue creciendo, sobre todo en las zonas urbanas. En 1950 sólo había una ciudad con más de 10 millones de habitantes; hoy son más de 25. Naciones Unidas prevé que en 2025 haya 40 megaciudades y que en ellas vivan unos 630 millones de personas.

Estas zonas urbanas corren el riesgo de quedar paralizadas bajo el peso de su población, poniendo en peligro la sostenibilidad y el bienestar de sus habitantes.

Scania, fabricante global de camiones y autobuses, está buscando soluciones para ello. Según Jenny Johansson, responsable de asuntos públicos y medioambientales de Scania, desarrollar un transporte urbano sostenible es uno de los grandes objetivos de la empresa, y adoptar un enfoque holístico es un punto de partida imprescindible: para que estas ciudades puedan funcionar eficazmente, es necesaria la colaboración desde distintos ámbitos de la sociedad.

“Antes nos centrábamos mucho en el desarrollo tecnológico”, dice Johansson. “Pero hoy priorizamos lo que tiene un efecto palpable en la movilidad, aquí y ahora”.

Una de las iniciativas de la empresa es Ecolution by Scania, un conjunto de productos y servicios cuyo objetivo es reducir las emisiones de los vehículos. La formación de conductores y los sistemas de apoyo generan ahorro en el consumo de combustible de los clientes, un ahorro que tardaría años en conseguirse a través del desarrollo de motores. La empresa ayuda a los clientes a calcular los objetivos de consumo emitiendo un informe sobre los consumos conseguidos cada mes.

Johansson admite que no siempre es fácil convencer a los políticos y otros colectivos de la bondad de este concepto. “Es fácil legislar la implantación de tecnologías nuevas, y crear un mercado para ellas, pero el ahorro en términos de consumo de combustible puede ser pequeño, quizás un 1%. La formación de conductores puede reducirlo hasta un 15%”.

Scania también se centra en la sostenibilidad de las zonas urbanas. Una población que crece necesita más productos de todo tipo, y estos tienen que llegar a las ciudades. Recientemente, la empresa ha seguido con atención una prueba piloto en Ámsterdam en la que las mercancías se transportan a centros de distribución fuera de la ciudad. A continuación, las mercancías se reparten por el núcleo urbano durante la noche, utilizando un tranvía que durante el día transporta pasajeros.

Un elemento clave de la estrategia global de Scania es animar a la gente a usar el transporte público, prescindiendo del uso del coche o de la motocicleta, responsables de la mayor parte de las emisiones de dióxido de carbono en el transporte de pasajeros por carretera.

São Paulo, la ciudad más grande de Brasil, es un buen ejemplo. Construir sistemas ferroviarios es caro y lento. Por ello, para reducir la congestión, las autoridades de transporte público de la ciudad han optado por una flota de 17.000 autobuses de transporte rápido que utilizan carriles bus exclusivos. Hace poco, Scania anunció que entregaría los chasis de 101 trolebuses que serían operados por Ambiental Transportes en São Paulo, utilizando carriles exclusivos para autobuses eléctricos.

Wilson Pereira, responsable de las ventas de autobuses de Scania en Brasil, afirma que los vehículos eléctricos de Ambiental Transportes reducen la contaminación producida por la flota de autobuses. “[Los trolebuses] pueden transportar 96 pasajeros, frente a los 80 de un autobús urbano convencional de dos ejes”, dice Pereira. “Su capacidad se aproxima más a la de un autobús articulado de 18 metros, pero con una complejidad técnica muy inferior”.

São Paulo también tiene 50 autobuses de Scania con motor de etanol. Estos autobuses pueden reducir hasta un 90% las emisiones de dióxido de carbono.

Mientras tanto, Scania trabaja con Siemens para electrificar los trenes de potencia de los camiones y autobuses. Según Henrik Henriksson, vicepresidente ejecutivo y director de la división de ventas y marketing de Scania, podrían electrificarse pronto algunos tramos de calle para demostrar el concepto. “La electrificación ahorra mucho combustible”, dice. “Este proyecto pondría los cimientos para un transporte por carretera libre de combustibles fósiles”. Sin embargo, matiza Johansson, uno de los retos de esta tecnología es asegurar el suministro de energía eléctrica desde fuentes sostenibles.

 

Montaje de chasis en la planta de producción de Scania en São Paulo, Brasil.

En la aplicación para iPad de Evolution encontrará un reportaje en vídeo y más fotos de las instalaciones de Scania en Brasil.