Algunos todavía piensan que no se puede viajar en crucero sin llevar un esmoquin en la maleta y que lo más emocionante que podría pasar es que los inviten a la mesa del capitán. El resto del tiempo lo pasarán sorbiendo daiquiris, acostados en una reposera, mientras el barco surca los mares. Y quizás se toparán con Fred Astaire en el bar, si tienen suerte.

AIDA tiene el mérito de haber transformado los cruceros en una experiencia mucho más juvenil y democrática. Su primer barco, el AIDA (luego renombrado AIDAcara), introdujo los restaurantes con autoservicio, ropa informal y wellness (bien­es­tar): saunas, piscinas, canchas de deportes y gimnasios.

El objetivo era atraer a un público más joven y le fue tan bien que, entre 2007 y 2013, se añadió un barco nuevo a la flota cada año.

Con la última incorporación, AIDAprima, cuya botadura está prevista para octubre de 2015, AIDA Cruises ha aumentado de talle. El nuevo barco, de 124.500 toneladas, tiene capacidad para 3250 pasajeros en lugar de los 2200 que pueden transportar sus barcos actuales, y tendrá más en todos los sentidos. Con 12 restaurantes, casi no será necesario comer dos veces en el mismo sitio. Y gracias a un techo corredizo hecho de una lámina transparente con protección contra rayos UV, uno puede relajarse en una playa rodeada de palmeras sin tener que preocuparse por el tiempo.

Pero AIDAprima, el primero de dos barcos gemelos que está construyendo Mitsubishi Heavy Industries en Nagasaki, Japón, tiene algunas características técnicas que lo diferencian de sus antecesores. “La más importante es el nuevo filtro de emisiones integral”, dice Jens Kohlmann, director de Astilleros y Proyectos Estratégicos de AIDA Cruises. “Este filtro, incorporado por primera vez en un barco de cruceros, reduce entre un 90 y un 99% tres tipos de emisiones: las partículas de hollín, los óxidos de nitrógeno y los óxidos de azufre”.

El nuevo filtro, que también se está instalando en toda la flota actual, es un elemento crucial de un paquete de medidas de AIDA, con una inversión de 100 millones de euros, para reducir el impacto medioambiental de su flota.

Es un hito importante: los cruceros usan fuel­oil marino hecho con los posos del proceso de refinado, lo que es duramente criticado por los activistas medioambientales. Pero AIDAprima, en cambio, está cosechando elogios de los ambientalistas. Según la NABU (Unión para la Preservación de la Naturaleza y la Biodiversidad), en Alemania, AIDAprima es el barco de cruceros menos contaminante de Europa. “Con este barco”, dice Leif Miller, Director Ejecutivo de NABU, “el líder del mercado alemán se adelanta a todos sus competidores a nivel mundial”.

AIDAprima también tiene un motor para dos combustibles, que puede funcionar con gas natural licuado, un combustible mucho más limpio, cuando está atracado en el puerto. “Los barcos de AIDA están amarrados el 40% del tiempo”, dice Monika Griefahn, directora de Medioambiente y Comunidad de la empresa. “Desde esta perspectiva, salta a la vista la importancia de nuestras medidas para reducir las emisiones en el puerto”. El barco también puede enchufarse a la red eléctrica del puerto, si existe una infraestructura apropiada.

Pero donde más se ahorra es en el consumo de combustible. El nuevo barco consume un 20% menos de energía que su antecesor inmediato, AIDAstella, a pesar de ser mucho más grande.

“La mitad de este ahorro procede de la mayor eficiencia energética de las operaciones hoteleras a través de mejores sistemas de aislamiento, bombas controladas electrónicamente y luces LED”, dice Kohlmann, “y, la otra mitad, de un innovador concepto de propulsión”.

La proa ha sido totalmente rediseñada, lo que le infundió una estética inusual del siglo XIX, con una línea absolutamente recta desde la proa hasta el agua. Según Kohlmann, por sí sola, la nueva proa ahorra un 10% en consumo de combustible.

Que el barco flote sobre pequeñas burbujas de aire también ahorra combustible: el Sistema Mitsubishi de Lubricación por Aire (Mitsubishi Air Lubrication System, MALS) genera una alfombra de burbujas que reduce la fricción y mejora en otro 7% el consumo de combustible. “Es el mínimo”, dice Matthias Weber, superintendente superior de Construcciones Nuevas. “Esperamos que sea más pero eso no lo sabremos hasta después de los viajes de prueba”.

Como dice Kohlmann: “Mostramos a nuestros huéspedes los lugares más bellos del mundo y es la belleza de la naturaleza lo que quieren experimentar. Un entorno intacto y un modelo de negocio sostenible son condiciones fundamentales para poder ofrecer cruceros exitosos en el futuro”.

Más estable
Parte de la comodidad que debe proporcionar un buen barco de crucero pasa por atenuar los efectos del oleaje. AIDAprima, como todos los barcos anteriores de AIDA, está equipado con estabilizadores de aleta retráctiles de SKF Blohm + Voss Industries de Hamburgo, Alemania. El funcionamiento de los estabilizadores, montados en la parte inferior del casco, es controlado por sensores para contrarrestar el movimiento de las olas y reducir el balanceo hasta en un 95%. Gracias a la potencia excepcional de sus motores, los estabilizadores de SKF pueden ser más compactos y ocupar menos espacio en el casco del barco que otros productos comparables.