La era de la incertidumbre
El gigante de auditoría KPMG ha publicado un informe sobre cómo deberían afrontar las empresas un futuro cada vez más complejo y menos predecible.
Datos
4 escenarios futuros
Azul: Transformación
Visiones positivas de armonía con la naturaleza, justicia social, sentido de comunidad, innovación y capacidad de recuperación.
Verde: Restricción
Un mundo de normativas y reformas que disocien el crecimiento del consumo de los recursos naturales. Sustitución de recursos, eficiencia, preservación y protección.
Marrón: Crecimiento
Todo sigue igual, con ambiciones de crecimiento, lógica del mercado, autocomplacencia y erosión de sistemas naturales.
Rojo: Colapso
Imágenes de desintegración, conflicto, crisis, corrupción, sufrimiento, caos e instituciones débiles.
Desde luego, a todos nos preocupa el futuro de la Tierra. Sabemos que el cambio climático, el crecimiento demográfico y la escasez de recursos se agravan a cada año que pasa. Pero ¿hasta qué punto se toman en serio las empresas estas “megatendencias” globales? El grupo auditor KPMG sostiene que deberían empezar a incluir ya en sus planes los posibles riesgos y oportunidades ocultas.
En una publicación reciente, Expect the Unexpected: Building business value in a changing world (Esperar lo inesperado: crear valor para las empresas en un mundo cambiante), KPMG recopiló y analizó más de 20 pronósticos de agencias internacionales, grupos de expertos globales, agencias nacionales y reputados futuristas para identificar las fuerzas globales con más probabilidades de tener impacto en la comunidad empresarial.
El holandés Barend van Bergen dirige el Centro Global de Excelencia para el Cambio Climático y la Sostenibilidad de KPMG. KPMG encargó el informe, dice, “porque dada su transcendencia y relevancia para nuestros clientes, quisimos mantenernos en primera línea del debate sobre el tema”. Según el informe de su grupo, la lista resultante de 10 megatendencias “impactará en todas las empresas sin excepción durante los próximos 20 años”.
La afirmación está respaldada por algunos datos alarmantes: Trucost, una agencia independiente de investigación medioambiental, analizó las operaciones de más de 800 empresas que representaban 11 sectores entre los años 2002 y 2010. Utilizando como base la investigación medioambiental-económica actual, 22 impactos medioambientales, incluidos los gases de efecto invernadero, la captación de agua y la generación de residuos fueron convertidos en valor financiero y agregados. En 8 años, estos costes ascendieron de 566.000 millones de dólares a 846.000 (un aumento del 50%). Y muchas veces estos “costes medioambientales externos” están ocultos y no figuran en los informes financieros corporativos.
Dice van Bergen: “Las empresas tienen que saber qué son estas megatendencias y cómo afectarán a su modelo de negocio, producción, operaciones, clientes, etc. De hecho, es su responsabilidad fiduciaria ante sus accionistas. Los líderes empresariales deben comprender los riesgos y oportunidades que conllevan estas tendencias”.
Según Expect the Unexpected, hemos desencadenado cambios más extensos y más rápidos en los ecosistemas en los últimos 20 años que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Consideremos, por ejemplo, el cambio climático: el World Wildlife Fund y la Global Footprint Network afirman que, durante los últimos 20 años, el ritmo de consumo de recursos y producción de CO2 es un 50% más de lo que puede soportar la Tierra. El cambio climático expone a las empresas a muchos tipos de riesgos: físicos, legislativos, competitivos, sociales, judiciales y de imagen.
Pero el informe advierte que las proyecciones de tendencias individuales no serán suficientes como base de decisiones empresariales estratégicas o políticas gubernamentales. Para evitar consecuencias indeseadas, es necesario profundizar en las interconexiones entre las megafuerzas identificadas por KPMG. Cultivar maíz o palmeras como biocombustible para reducir los gases de efecto invernadero, por ejemplo, también puede provocar subidas en los precios de los alimentos debido a la competencia por el suelo cultivable, acelerar la deforestación, agotar recursos hídricos en algunas regiones y reducir la biodiversidad. De modo similar, una empresa puede comprender su dependencia directa del agua pero puede no haberse dado cuenta de que una mayor escasez de agua puede impactar en la disponibilidad de sus propios recursos materiales.
KPMG recomienda aplicar un enfoque de pensamiento sistémico, con diagramas de ciclos causales, en el desarrollo de modelos de predicción cuantitativos. Evidentemente, cuanto más nos alejemos del presente, menos útiles serán los modelos matemáticos formales. Por ello, los futuristas recurren a métodos de escenario basados en relatos cualitativos. “Hemos intentado resumir varios escenarios posibles en cuatro arquetipos diferentes”, dice van Bergen (ver recuadro), y anima a las empresas a considerar qué suerte correrían sus estrategias actuales en cada uno de estos futuros posibles.
Según reza el informe de KPMG: “El gran reto de nuestra era (disociar el progreso humano del consumo de recursos y del deterioro medioambiental) también será una de las grandes fuentes del éxito futuro de las empresas”. De hecho, la sostenibilidad se percibe cada vez más como una fuente de innovación y crecimiento y no simplemente como una forma de reducir costes y gestionar riesgos.
Tener presente el futuro puede ser rentable. Según el Carbon Disclosure Project, las empresas con enfoque estratégico en el cambio climático duplicaron aproximadamente la rentabilidad total media de la inversión de las empresas más importantes a nivel global (el ‘Global 500’ de la FTSE Global Equity Index Series) entre enero de 2005 y mayo de 2011. Por ejemplo, la tendencia hacia la escasez de recursos crea oportunidades para las empresas que pueden aumentar el rendimiento de los cultivos, reducir la degradación del suelo y sostener a poblaciones pesqueras. Las ciudades en crecimiento necesitan mejoras de sus infraestructuras, incluyendo construcción, agua y servicios sanitarios, electricidad, gestión de residuos, transporte, sanidad, seguridad ciudadana y conectividad a Internet y teléfonos móviles. El carácter integrado de las ciudades modernas obligará a las empresas a colaborar entre sí, con sus proveedores y clientes, con gobiernos locales y nacionales, y quizás incluso con sus competidores para aportar soluciones óptimas.
El informe de KPMG lamenta la falta de normativas globales claras, de incentivos reguladores poderosos y de un campo de juego igualado en el que la comunidad empresarial pueda apoyarse en su transición hacia el crecimiento sostenible. “La empresa es una parte proactiva de la ecuación, pero ella sola está limitada”, dice van Bergen. “El gobierno también tiene que cumplir con su papel y promover colaboraciones entre el sector público y privado”.
Van Bergen encara el futuro con cierta ambivalencia. “Depende de tu visión del mundo y de la humanidad”, dice. “Desde una perspectiva económica o técnica, no falta capital ni tampoco la tecnología necesaria. Para solucionar todos nuestros problemas medioambientales y sociales, bastaría un 2-3% del PIB global. Pero su puesta en práctica se ve trabada por intereses creados y por la falta de voluntad política. A los gobiernos les preocupa la crisis financiera, así que hay muchas barreras. Pero a nivel macroeconómico, con mucha innovación y nuevas formas de pensar, existen soluciones”.
El informe de KPMG puede descargarse gratuitamente en kpmg.com.
10 mega-fuerzas globales de sostenibilidad
Energía y combustibles
Aumentará la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles, con cambios en los patrones de consumo, incertidumbre en la oferta y más regulación.
Cambio climático
Se predice que las pérdidas anuales en PIB derivadas del cambio climático sumarán un 1-5% anual.
Urbanización
A medida que las ciudades crecen y atraen a una mayor proporción de la población global, también crecerán sus necesidades de infraestructuras.
Riqueza
El crecimiento explosivo de la clase media global creará una enorme base de consumidores mientras que será más difícil acceder a mano de obra barata.
Seguridad alimentaria
El efecto de otras megatendencias sobre la disponibilidad de alimentos provocará fuertes subidas de los precios.
Escasez de agua
Según la ONU, la demanda global de agua dulce en 2030 puede superar la oferta en un 40%.
Deterioro de ecosistemas
Los ecosistemas estresados y dañados inciden negativamente en la cantidad y calidad de los recursos naturales.
Deforestación
La pérdida continuada de masa forestal hará que se intensifiquen las normas gubernamentales y la presión de los consumidores a favor de la explotación sostenible de los bosques.
Crecimiento demográfico
A medida que crece la población de la Tierra se ponen en peligro la salud de los ecosistemas y la oferta de recursos naturales.
Escasez de recursos materiales
El aumento espectacular de la demanda de materiales intensificará la competencia entre empresas y favorecerá las restricciones comerciales.