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¡No es para todos! El Venturi Fétish

El Fétish es un deportivo como pocos. Su producción no pasa de las 10 unidades al año y los resultados son electrizantes.

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Resumen

Acerca del Fétish
El Venturi Fétish no tiene caja de cambios sino un conmutador de marcha adelante-punto muerto- atrás. Una reductora convierte la rotación del motor eléctrico de 220 kW (de hasta 12.500 revoluciones) en una tasa manejable al volante. La reductora y las ruedas delanteras llevan rodamientos SKF con prestaciones confidenciales. “Confiamos en los conocimientos de SKF para calcular la vida de los rodamientos y otros parámetros cruciales del rendimiento”, dice Gildo Pallanca Pastor, propietario y presidente de Venturi. “Tratamos con SKF Racing, expertos en un campo altamente especializado. SKF siempre nos escucha y tienen mucha experiencia en aplicaciones de motores eléctricos”.

Venturi Automobiles, un pequeño alevín entre los peces gordos de la industria de la automoción, ha demostrado que los coches eléctricos son algo más que una apuesta por el medio ambiente. “Son resistentes, tienen unas prestaciones increíbles y son una opción práctica incluso en las condiciones más difíciles”, dice Gildo Pallanca Pastor, propietario y presidente de la empresa. Venturi ha diseñado varios modelos eléctricos, desde vehículos urbanos hasta deportivos, entre ellos el Fétish, que Pastor describe como “el primer deportivo eléctrico de lujo del mundo”.

Para dar más notoriedad a la marca, la empresa, con sede en Mónaco y una filial en los Estados Unidos, se propuso simultáneamente lograr récords y demostrar la fiabilidad, eficiencia y robustez de sus vehículos bajo condiciones extremas.

Venturi tiene dos récords mundiales de velocidad ratificados por la Federación Internacional del Automóvil. En septiembre de 2009, el Venturi Jamais Contente, con un tren de fuerza eléctrico alimentado por pilas de combustible, alcanzó 487 km/h sobre las Salinas de Bonneville en Utah, Estados Unidos. Al año siguiente, el mismo vehículo (conocido en EE.UU. como el Buckeye Bullet y dotado de baterías en lugar de pilas de combustible) superó su propia marca con una velocidad de 495 km/h.

Otra marca llamativa fue lograda en 2010 con un tipo de vehículo totalmente distinto: un Citroën Berlingo normal y corriente, sólo que equipado con un tren de fuerza eléctrico Venturi. Cumplió la travesía más larga hecha por un vehículo eléctrico hasta la fecha, casi 14.000 kilómetros desde Shanghái hasta París. A lo largo de dos meses y medio, atravesó el Desierto del Gobi entre tormentas de arena, cruzó puertos de montaña a más de 3.000 metros de altitud en medio de nevadas y recorrió carreteras precarias en Kazajstán.

El Citroën Berlingo con motor Venturi usado para la travesía es del mismo tipo que ganó la licitación europea organizada por el servicio postal francés para una pequeña camioneta de reparto. La primera de las 250 camionetas con motor Venturi de La Poste entró en servicio en 2010. La red de concesionarios de Peugeot-Citroën está comercializando el mismo modelo en 10 países europeos.

El próximo reto es la creación de un vehículo de cero emisiones capaz de soportar las condiciones meteorológicas extremas del continente antártico. Este vehículo, que será el primer vehículo eléctrico en la Antártida, todavía está en fase de desarrollo. Se probará en la Estación Internacional Princesa Isabel, la primera base antártica que funcionará exclusivamente con energías renovables.

Después de hacerse con dos récords de velocidad mundiales y demostrar de forma espectacular la fiabilidad y robustez de sus motores, Venturi aún tiene más ases en la manga. Cuando se trata de aceleración, pocos coches superan al Fétish. Su motor eléctrico VM300, de 220 kW de potencia y 380 Nm de par motor, alcanza los 100 km/h en cuatro segundos, lo que le permite rivalizar con deportivos como Ferrari y Lamborghini.

El Fétish fue presentado por primera vez en 2004 en el Salón del Automóvil de París como prototipo, y el primer coche se fabricó en 2010. El motor está colocado centralmente detrás del conductor, como en un Fórmula 1. El chasis monocasco está hecho de fibra de carbono y aluminio en forma de panal, y la carrocería es de fibra de carbono. Dos compartimentos deformables garantizan un alto nivel de seguridad para los ocupantes en caso de accidente. La batería de ión litio de 54 kWh pesa 450 de los 1.225 kilogramos del vehículo y le da una autonomía de 340 kilómetros.

El Fétish incorpora un sistema de control electrónico que permite a los ingenieros de Venturi en Mónaco monitorizar el rendimiento y diagnosticar posibles fallos, aún cuando el coche se encuentre al otro lado del planeta, mediante una conexión WiFi o GPRS.

“El Fétish no es un vehículo producido en serie y no lo será nunca”, dice Pastor. “Cuesta 300.000 euros y está dirigido a una clientela exclusiva. Se construye a mano cuando recibimos el pedido y la producción se limita a 10 coches al año. Cada coche se personaliza según las especificaciones del comprador”.

 

Gildo Pallanca Pastor y Venturi Automobiles

Gildo Pallanca Pastor, que probó suerte durante un tiempo como piloto de carreras, nació en 1967 en Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo (después de la Ciudad del Vaticano) con 31.000 habitantes, de los cuales sólo 6.000 son monegascos nativos. Es un acérrimo defensor del capital de riesgo y la financiación de la innovación. Utilizando la riqueza acumulada por su abuelo, un promotor inmobiliario, fundó en 1998 el Monaco Business Angels Forum. Además de Venturi, es propietario o accionista importante de unas 20 empresas y organizaciones.

El primer coche de Venturi fue un deportivo Grand Tourisme presentado en el Salón del Automóvil de París en 1984. Durante los años siguientes, Venturi, que en aquel entonces tenía su sede en Francia, diseñó y produjo vehículos GT técnicamente avanzados, algunos de los cuales ganaron carreras. Pero Venturi nunca había llegado a ser rentable y su nombre estaba a punto de desaparecer del automovilismo cuando Gildo Pallanca Pastor la compró en 2001. La empresa, ahora con sede en Mónaco, ha desarrollado varios modelos eléctricos, desde coches urbanos hasta deportivos de lujo. Coches con motores Venturi ostentan dos récords mundiales de velocidad y uno de distancia para vehículos eléctricos. La empresa tiene una planta de montaje en Sablé-sur-Sarthe, Francia, y una filial, Venturi North America, en Columbus, Ohio.