Fabricación

Pasión por los residuos

El entusiasmo de Veena Sahajwalla por los residuos ha contribuido a mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la industria siderúrgica.

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Resumen

Veena Sahajwalla
Nacida en: Mumbai, India
Vive en: Sídney, Australia
Familia: Marido, Rama Mahapatra, e hijas gemelas, Mira y Tara, de 18 años
Formación: Licenciada en Ingeniería Metalúrgica, Instituto Indio de Tecnología, Kanpur, India Máster en Ingeniería de Metales y Materiales, Universidad de la Columbia Británica (British Columbia University), Canadá Doctorada en Ciencia e Ingeniería de Materiales, Universidad de Michigan, Estados Unidos
Premios: Premio Pravasi Bhartiya Samman (Ciencias) de 2011 del Gobierno Indio, Premio Eureka de 2005 para la Investigación Científica (Museo Australiano), premio Científico del Año (Ingeniería) de 2008 de Nueva Gales del Sur, y muchos más.

Enlaces relacionados

Centre for Sustainable Materials Research and Technology

CSIRO

Arrium

Sahajwalla es ingeniera de materiales y directora del Centro de Investigación y Tecnología de Materiales Sostenibles de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. Ha ayudado a transformar la industria siderúrgica en Australia, inventando un proceso de producción de acero en el cual neumáticos viejos y plásticos desechados sustituyen al coque y al carbón. Ahora, junto a su equipo de investigadores, estudia otras alternativas, como cáscaras de macadamias y otros residuos agrícolas, además de equipos eléctricos usados. Si tuviera más tiempo, podría estudiar más productos. “Tengo una lista larguísima de residuos”, dice.

Sahajwalla, hija de un ingeniero de caminos y una médico, creció en la ciudad india de Mumbai. Sus padres querían que estudiara medicina pero su vocación era otra. “Desde siempre, quería trabajar en una profesión técnica”, dice. “Me siento ingeniera hasta la médula. No me veo trabajando en otra cosa”.

En el Instituto Indio de Tecnología en Kanpur, Sahajwalla fue la única mujer que estudiaba metalurgia, y se graduó con la mejor nota de su promoción. Se trasladó a Canadá para hacer un máster y luego se doctoró en la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

Después de leer una ponencia en un congreso internacional en Estados Unidos, algunos delegados australianos le ofrecieron la posibilidad de trabajar en las Antípodas. Acabó su doctorado un viernes en 1992 y al lunes siguiente ya estaba en Melbourne, trabajando para el organismo científico más prestigioso de Australia, la Organización de la Commonwealth para la Investigación Industrial y Científica (CSIRO).

Pasó dos años en la CSIRO y en 1994 aceptó un cargo académico en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney. Años después, durante un periodo sabático en Estados Unidos, pasó tiempo inspeccionando algunas plantas siderúrgicas. A raíz de esas visitas empezó a plantearse cómo se podía modificar el proceso de fabricación.

Al ver cómo funcionaban los hornos se puso a experimentar con otros combustibles, como el polietileno en forma de frascos usados de champú y detergente. Luego pasó a los neumáticos (“Bueno, ¿y por qué no?”, pregunta) y descubrió que eran un sustituto excelente –y ecológicamente sostenible– para el coque. Tras tres años de trabajo en el laboratorio, contactó con el fabricante más importante de acero de Australia, OneSteel, para poner en práctica su teoría de usar neumáticos triturados como sustituto parcial del carbón y del coque. Tuvo tanto éxito que, a mediados de 2013, OneSteel (ahora Arrium) había evitado que 1,6 millones de neumáticos acabaran en los vertederos mientras acumulaba un ahorro energético significativo.

Este logro le ha valido varios premios a Sahajwalla, pero también hizo que explorara con más detenimiento las posibilidades de los residuos, un tema que le apasiona. A media conversación, se para y saca una vieja almohada de una bolsa reciclable bajo su escritorio.

“¿Qué hacemos con esto cuando ya no sirve?”, pregunta. “Nos repugna; es totalmente inservible”. Sahajwalla quiere identificar los materiales dentro de la vieja funda de algodón y darles otros usos. Echando un vistazo detrás del escritorio, se ve al menos una docena de bolsas con todo tipo de residuos en su interior.

Si dependiera de Sahajwalla, al mantra ecologista de “reducir, reutilizar, reciclar” se le añadiría un cuarto término: “reformular”. Esto nos empujaría a estudiar las muchas maneras en las que podríamos transformar nuestros residuos en otros productos.

“Sólo pensamos ‘Ya no sirve. Al vertedero’ porque somos incapaces de ver más allá de los materiales de cada producto ”, dice Sahajwalla. “Si hacemos las tres R y, aun así, echamos cosas al vertedero, significa que debemos replantearnos la manera en la que reciclamos. Los científicos y los ingenieros podemos contribuir a la cuarta R”.

Sahajwalla cree que debe adoptarse un enfoque más global en lo que respecta a los residuos. Afirma que es demasiado caro y poco práctico separar los materiales de un coche desguazado o de un teléfono móvil roto, por ejemplo.

En lugar de separarlos en flujos individuales, dice, es mucho mejor investigar cómo producir reacciones más efectivas a temperaturas altas entre los materiales utilizados en estos productos.

En mayo de 2013, Sahajwalla fue invitada a dar la Howe Memorial Lecture, la conferencia más prestigiosa de la industria siderúrgica global. Aprovechó la oportunidad para recalcar el potencial de los residuos, diciendo: “Podría ser el futuro; podríamos ser el sector que ayude a todos los demás a pasar a la fabricación limpia”.

Acero más ecológico
Con el método tradicional, se inyectan carbón y coque en los hornos de arco eléctrico para producir las reacciones químicas necesarias para fabricar acero. En la tecnología de inyección de polímeros desarrollada por la ingeniera de materiales Veena Sahajwalla, una parte del coque se sustituye por viejos neumáticos de caucho y plásticos. El carbono y el hidrógeno de los neumáticos desempeñan la misma función que el carbono en el carbón mineral y el coque: actúan como agente reductor para convertir el óxido de hierro en hierro. El proceso lo utiliza Arrium (antiguamente OneSteel), socio industrial de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en sus operaciones australianas desde 2008, y ha evitado que cerca de 1,6 millones de neumáticos acaben en el vertedero. Además, los neumáticos resultan más eficientes que el coque y han supuesto un ahorro para la empresa en su consumo energético. La tecnología patentada ha sido sublicenciada a una planta en Tailandia, y Arrium ha iniciado conversaciones con otras multinacionales del acero.