Ganándole al tiempo
Para este Jawa 750 ha sido una carrera larga y muy dura. Le llevó 70 años encontrar su nuevo hogar. Este feroz coche rojo –el último de su especie– ha sido restaurado y se exhibe ahora con orgullo en el Museo Nacional de la Técnica en Praga.
Para este Jawa 750 ha sido una carrera larga y muy dura. Le llevó 70 años encontrar su nuevo hogar. Este feroz coche rojo –el último de su especie– ha sido restaurado y se exhibe ahora con orgullo en el Museo Nacional de la Técnica en Praga.
Lo habían construido para la carrera checoslovaca de las 1.000 millas, una prueba anual y continua de resistencia, que se organizaba durante los años 30. La carrera exigía coches ligeros y rápidos que debían resistir de forma fiable el esfuerzo de tantos kilómetros a gran velocidad. Afortuna-damente, los checoslovacos tenían una industria automovilística que era una de las más innovadoras del mundo en su día. Los ingenieros de la fábrica Jawa, en Praga, diseñaron un coche compacto biplaza con una novedosa construcción única basada en un chasis de madera. Esta estructura ligera, permitía que el motor de dos tiempos de 750 centímetros cúbicos, hiciera que el coche volase por las carreteras.
Jawa construyó seis 750, todos los cuales participaron en la carrera de 1935. Aunque ninguno ganó la carrera, fueron los tres primeros en la categoría de 750 cc. El coche ganador mantuvo una velocidad media de 83,7 kilómetros por hora durante la carrera, un récord impresionante incluso hoy en día.
Desafortunadamente para los 750, la de 1935 fue la última carrera checoslovaca de las 1.000 millas. Los coches fueron devueltos a Jawa y más tarde acabaron en manos de particulares. A lo largo de los años, casi todos desaparecieron pero, en 1976, Jan Egidy adquirió un ejemplar desvencijado y donó lo que quedaba del coche al Museo Nacional de la Técnica en 1992.
Dado el lamentable estado del coche, fue necesario un largo y costoso trabajo de reconstrucción. El museo encontró un socio privado en SKF Loziska a.s. y en 2001, empezó el proyecto de restauración.
Finalmente, el Jawa 750 fue presentado al público en una ceremonia en la Sala del Transporte del museo el 15 de junio de 2005, el 70 aniversario de la carrera en la que participó. Impresiona verlo: un coche de carreras compacto, agresivo y elegante, con un capó redondeado y aerodinámico, huecos para las ruedas bien esculpidos y una rejilla frontal sólida y de diseño antiguo.
Construido en una época en la que los automóviles de
elite eran objetos de belleza, el Jawa 750 es una valiosa obra de arte mecánico que todavía conserva intacta su estirpe de corredor.